• El mundo laboral ha sufrido diversos ajustes en los últimos cuatro años.
  • La pandemia y otros fenómenos como la Gran Renuncia hicieron que la gente reflexionara sobre su empleo.
  • Ahora, el debate está en aquellos puestos de trabajo con títulos que parecen ficticios.
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Allá por 1993, Financial Times publicó una columna lamentando los grandiosos puestos de trabajo que aparecían en Estados Unidos y Reino Unido. 

«La inflación monetaria puede estar bajo control en Gran Bretaña, pero no se puede decir lo mismo de los títulos de trabajo», escribió Adrian Furnham, profesor del University College London. 

«Casi todos los estadounidenses mayores de 23 años parecen tener el título de ‘vicepresidente ejecutivo‘ grabado en relieve en sus tarjetas de presentación».

Pero esto es lo que pasa con la inflación: nunca termina. Según un nuevo análisis de 2.4 millones de anuncios de puestos de trabajo realizado por Datapeople, los títulos son aún más grandilocuentes en la actualidad que cuando Furnham se quejaba del estado de las taxonomías corporativas. 

Desde 2019, los empleadores han triplicado el uso de la palabra «líder» en los trabajos tecnológicos iniciales; aumentaron el uso de «principal» en 57% y redujeron a la mitad el uso de la palabra «junior». 

«Me sorprendió lo dramático que ha sido», explicó Maryam Jahanshahi, directora de I+D de Datapeople. «Está escalando en muchos y diferentes tipos de empleos». 

¿Qué impulsa a las empresas a dar puestos de trabajo cada vez más elegantes? 

Hay cuatro factores que alimentan esta tendencia:

1. Olvídate del pago de horas extras

La Ley Federal del Trabajo (LFT) requiere que los empleadores paguen a los colaboradores por las horas extras, pero esto puede cambiar en otros países.

Por ejemplo, en Estados Unidos si los trabajadores están clasificados como gerentes asalariados no tiene derecho a pago de horas extra. 

Por lo tanto, las compañías están explotando «el pozo» al otorgar títulos que suenan importantes a los trabajadores con salarios bajos. 

En un estudio publicado en enero, investigadores de Harvard y la Universidad de Texas en Dallas descubrieron que algunos asistentes de recepción ahora son «directores de primeras impresiones», mientras que los limpiadores de alfombras se han transformado en «gerentes de limpieza». 

Los ahorros suman. El estudio estima que los empleadores están utilizando los cargos de trabajo «rimbombantes» para engañar a la gente con 4,000 millones de dólares al año en pago de horas extras.

2. Reclutamiento y retención de profesionales

En los cargos mejor pagados, los jefes están utilizando el «inflado de puestos de trabajo» para tratar de atraer a un mayor grupo de candidatos y evitar que los demás «abandonen el barco». 

En comparación con incentivos como salarios más altos y mejores beneficios, agregar un «sénior» adicional al título de alguien es gratis. 

La práctica se ha vuelto especialmente común durante la Gran Renuncia, lo que ha dificultado que las empresas se aferren a los empleados. 

«Debido a que el mercado es tan ajustado», menciona Michelle Reisdorf, directora de distrito de la firma de personal Robert Half.

«Muchos gerentes de contratación definitivamente están siendo creativos en todos los métodos posibles para atraer a los mejores talentos».

3. Hacer que el personal junior y de nivel medio parezca más importante para los clientes externos

Es por eso que los bancos de inversión otorgan el título de vicepresidente a prácticamente todos, para dar un aire de autoridad a los banqueros inexpertos. 

Goldman Sachs reveló una vez que emplea a casi 12,000 vicepresidentes, un tercio de toda su fuerza laboral. El año pasado, la firma de contabilidad EY otorgó a sus asociados en Reino Unido el título de «socio», con la esperanza de que les ayudaría a ganar más negocios. 

Ojo: el nuevo título no vino con un aumento o una participación en las ganancias de la organización.

Incluso he oído hablar de algunas empresas que mantienen una base de datos de dos títulos para cada empleado: uno normal para fines internos y uno «inflado» que representantes de ventas, lo siento, gerentes de desarrollo de negocios. Esos deben utilizarlos en sus llamadas a los clientes. 

Un estudio de marketing reciente encontró que la táctica funciona, incluso cuando se implementa mediante inteligencia artificial. 

Cuando un chatbot se presentó como un «gerente de servicio al cliente» en lugar de un «representante de servicio al cliente», las personas lo calificaron como más agradable, confiable y bien informado.

4. Satisfaciendo las expectativas de la Generación Z

A lo largo de los años, a medida que los puestos de trabajo se han vuelto más sofisticados, los empleados más jóvenes han llegado a esperar esos títulos mucho antes que las generaciones anteriores. 

También esperan ser promovidos con más frecuencia, lo que cambia los empleos aún más rápido. 

Cuando JobSage encuestó a los trabajadores el año pasado, 58% de la gente centennial aseguró que esperaba un ascenso cada 18 meses, en comparación con 20% de los baby boomers y 27% de la Generación X. 

Los trabajadores de la generación Z también estimaron que se necesitan entre tres y seis años para convertirse en vicepresidente. Los boomers, por el contrario, ponderaron que convertirse en vicepresidente requiere una década o más de experiencia.

Las consecuencias

«Inflar» puestos de trabajo se ha vuelto una situación tan mala que las empresas se están quedando sin nuevos títulos para otorgar a sus trabajadores. 

Algunos mezclan un montón de palabras antiguas, lo que da como resultado monstruosidades como «vicepresidente ejecutivo sénior», que no debe confundirse con vicepresidentes sénior y vicepresidentes ejecutivos. 

Otros están tratando de conferir una nueva autoridad a palabras que no suenan para nada mayores. 

En las grandes empresas de tecnología, por ejemplo, los ingenieros de plantilla normalmente se sientan por encima de los ingenieros sénior; los ingenieros de más alto rango se llaman becarios, el título que muchas empresas usan para los pasantes.

Pero el mayor problema no es la confusión, es que los títulos engreídos en realidad no atraen a mejores talentos. 

En un análisis, Datapeople descubrió que agregar la palabra «sénior» a puestos que en realidad son analistas financieros junior da como resultado 39% menos solicitantes calificados

Esto se debe a que los candidatos de nivel junior ven el título «elegante» y piensan que no están calificados para el puesto. Mientras que los candidatos de nivel sénior leen la descripción del empleo y se dan cuenta de que están sobrecalificados. 

«Es un proceso de reclutamiento muy ineficiente», pondera Jahanshahi. «La gente se siente cansada y timada». 

Peor aún, el engaño conduce a una caída de 27% en el número de candidatas, lo que dificulta que las organizaciones diversifiquen su fuerza laboral.

Una situación peligrosa

También hay peligros para los empleados. En lugar de hacerte lucir impresionante, tener un montón de títulos grandiosos en tu currículum puede llevarte a perder oportunidades. 

«A veces, estos títulos elevados pueden dejarte fuera de la carrera por un empleo», precisa Reisdorf, el ejecutivo de Robert Half. 

«Alguien mira tu gran título elegante y dice: ‘Bueno, estás sobrecalificado’ o ‘Este trabajo no será de tu agrado'». 

Aún así, a pesar de las desventajas de este tema, creo que hay algunas cualidades redentoras en el estado actual de las cosas. 

Solía ​​admirar el espíritu igualitario en Bloomberg, donde la mayoría de mis compañeros y yo éramos llamados reporteros, independientemente de nuestro nivel de experiencia. 

Pero desde que me uní a Insider, he llegado a apreciar la forma en que su jerarquía más transparente, con seis títulos que van desde reportero junior hasta corresponsal en jefe; ofrece a los escritores un camino más claro y equitativo para el avance profesional y los aumentos salariales.

Unas excepciones

Incluso hay ventajas en el tipo de títulos creativos que hemos llegado a ridiculizar. En un estudio, el renombrado psicólogo organizacional Adam Grant descubrió que darles a los trabajadores la oportunidad de crear sus propios títulos condujo a un menor agotamiento

Los títulos adoptados por los empleados de una organización parecían particularmente absurdos: «ministro de dólares y sentido» (COO), «diosa de los saludos» (asistente administrativo) y «mensajero mágico» (gerente de relaciones públicas), hasta que notamos que trabajaban para la organización sin fines de lucro Make-A-Wish, que cumple los sueños de los niños en fase terminal.

Si incluir un título caprichoso en sus firmas de correo electrónico ayuda a estos empleados a hacer frente a un trabajo emocionalmente desafiante, ¿quiénes somos nosotros para reírnos?

Muestra cómo los cargos de nuestros trabajos no son solo un resumen de nuestras responsabilidades diarias o un indicador de nuestro lugar en el organigrama. 

También moldean nuestra identidad como seres humanos. Significa algo para nosotros que el mundo nos llame por un nombre que refleje cómo nos vemos a nosotros mismos. 

Pero el estudio de la «diosa de los saludos» contenía otro detalle importante: los empleados que se dieron a sí mismos títulos de trabajo extravagantes también mantuvieron los aburridos normales. Una cosa es llamar a alguien un «mensajero mágico». Otra cosa es publicarlo en ZipRecruiter.

«Si quieres llamar a alguien un director de felicidad internamente, hazlo por todos los medios», finaliza Jahanshahi.

«Pero externamente al mundo, debes usar títulos específicos de la industria que coincidan con la antigüedad del puesto. De lo contrario, nadie encontrará ese trabajo, a menos que alguien en Twitter decida convertirlo en un meme».

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