• Prison Art, creada en 2014 por Jorge Cueto, ha capacitado y reintegrado a la sociedad a más de 200 personas privadas de la libertad en México.
  • La empresa tiene tiendas en México, España y Alemania, así como distribuidoras que surten en Austria, Suiza, Polonia, Canadá y Estados Unidos.
  • Cueto busca ampliar el programa y beneficiar a más personas privadas de la libertad por medio de una alianza con la empresa de fondeo colectivo Playbusiness.

David Guzmán estaba resignado a pasar el resto de su vida tras las rejas. Había sido sentenciado a más de 40 años de prisión por un delito que no cometió, no tenía dinero para contratar abogados que sacaran adelante su caso y sus esperanzas se desvanecían día a día. 

Decidió tomar “una terapia ocupacional” para distraer su mente, absorta en la dinámica diaria del penal de Tulancingo, en el estado de Hidalgo. La capacitación que eligió consistía en crear grabados originales, sus propias piezas de arte, con la asociación civil Proyecto de Arte Carcelario. Esa elección le cambió la vida. 

Proyecto de Arte Carcelario es la organización social detrás de la empresa de accesorios de lujo Prison Art, una empresa social que lleva el arte creado en las cárceles mexicanas al mercado de la moda nacional e internacional. Esta asociación se encarga de capacitar a las personas privadas de la libertad para que rompan el círculo de la criminalidad.

La asociación paga por el trabajo que realizan los participantes de su programa, lo que les permite mejorar sus condiciones de vida en prisión y hacer frente a sus compromisos financieros. 

“Prison Art es una chispita que te mueve todo”, dice David, que con el dinero que ahorró con su trabajo pudo pagar el proceso legal para que se revisara su caso. Fue hallado inocente y salió de la cárcel luego de 7 años. 

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Jorge Cueto es la mente detrás de Proyecto de Arte Carcelario y Prison Art

Jorge Cueto pasó casi un año recluso en el penal de Puente Grande, Jalisco. Ahí se dio cuenta de que las personas que salían de prisión, regresaban al poco tiempo debido a su falta de capacitación en oficios y a los problemas de discriminación en los empleos.

“Cuando los muchachos salen de la cárcel, salen sin preparación, sin familia, sin apoyo del gobierno; pero con una carta de antecedentes penales que evita que les den trabajo», dice en entrevista con Business Insider México.

A través de su asociación Proyecto de Arte Carcelario, Cueto implementó un programa piloto para capacitar en el empleo a sus compañeros. Su objetivo era evitar que grupos criminales se aprovecharan de su vulnerabilidad – no tenían trabajo, casa o familiares a quienes recurrir – para «ampliar sus redes de distribución de drogas, para tener sicarios y para cometer más delitos y crímenes en nuestro país”, comenta.

En 2014 lanzó Prision Art, el brazo comercial de su proyecto social. 

David Guzmán muestra el diseño de una chamarra. Diego Ventura / Business Insider

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Productos de lujo salidos de las cárceles mexicanas

Prision Art ofrece más de 200 diseños únicos, creados por las personas privadas de su libertad. Sus productos están dirigidos a consumidores nacionales y extranjeros con alto poder adquisitivo.

Los precios de sus bolsas van de los 4,000 a los 7,000 pesos, aproximadamente. Recientemente hicieron una colección conmemorativa de la caída del Muro de Berlín, que se vende en México y Alemania. 

Los productos de Prison Art se venden en lugares turísticos y comerciales de lujo, como avenida Masaryk – en la zona de Polanco de la Ciudad de México -, San Miguel Allende, Playa del Carmen, Mayakoba y Valle de Bravo. También tiene tiendas en los aeropuertos de Cancún y la Ciudad de México.  

En 2019, la empresa estrenó boutiques en las ciudades de Barcelona e Ibiza, en España; así como en Metzingen, Alemania. Además, trabaja con distribuidores que llegan a diversos países, como Austria, Polonia, Suiza, Canadá y Estados Unidos.

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Las bolsas de Prison Art quieren darle la vuelta al mundo de la mano de Playbusiness

Prison Art busca expandir su presencia internacional a través de una alianza con la empresa de fondeo colectivo Play Business. 

“Estamos buscando una inversión a través de crowdfunding, y queremos crecer esta marca mexicana de impacto social a todo el mundo”, comenta Cueto.

La meta es recaudar entre 15 y 30 millones de pesos en esta ronda de inversión. 

“Lo que es muy interesante es que esa inversión será por todo el tiempo que se mantenga en operación Prision Art”, dice Ciro Mosqueira, director de marketing de la firma de fondeo, a Business Insider México.

Playbusiness espera la participación de 2,000 personas. Los interesados podrán invertir desde 5,000 pesos a cambios de rendimientos de entre 18% y 28% en promedio, durante todo el tiempo que exista la firma. 

“La gente se podrá sensibilizar con estos temas y al mismo tiempo servirán como portadores del mensaje de que pueden crear negocios de este tipo que son redituables y que tienen un fin social que aporta algo positivo al país”, comenta Mosqueira.

Prision Art México
Diego Ventura / Business Insider

La importancia de transformar vidas 

Tras salir de la prisión, David Guzmán siguió trabajando en Prison Art. Actualmente es coordinador, capacitador y artesano. Tiene a su cargo a 60 alumnos – una cuarta parte de las 203 personas que integran el proyecto. 

Para él, lo principal es darle una nueva esperanza a las personas que habitan los 8 centros penitenciarios donde Proyecto de Arte Carcelario tiene presencia y a quienes recuperaron su libertad, pero no pueden acceder al mercado laboral.  

“No sé si hayas estado en un lugar en donde hay oscuridad total, en una cueva, de esos lugares en donde no ves nada, ni una sola luz. Pues para un preso que está en la cárcel y que después sale de ella, es lo mismo; no hay nada allá afuera, solo oscuridad”, dice David. 

Él entiende mejor que nadie que, para las personas en reclusión, mantenerse en el programa es una decisión diaria que implica un gran esfuerzo. Por eso, también les da apoyo emocional. 

“La simple desesperación de que te vayan a poner un candado a tu puerta todas las noches, puede joderte todo el trabajo de un día con ellos. Es una lucha de todos los días, hablar con ellos y motivarlos”, comenta.

Por eso, saber que los productos que elaboran se venden en otros países y que lo que hacen es valioso, juega un papel tan importante en su proceso para lograr una nueva vida. 

“Imagínate la felicidad y motivación que siente un chavo que llegas y le dices ‘se vendió en Alemania tu bolsa “wey”, y dice ‘no manches ¿apoco?’, y ya se siente un “wey” importante y así empoderas a toda la banda, eso te cambia la vida”, dice David. 

Cortesía de Prision Art México

“Si ella pudo, por qué yo no”

De las personas que integran Prison Art, 30% son mujeres. 

De los 8 centros penitenciarios donde la asociación tiene presencia, al menos dos – uno en Querétaro y otro en Hidalgo – son femeniles. Para ellas, participar en el proyecto también implica descubrir nuevos talentos.

“Yo tuve la oportunidad de capacitar a una señora mayor de 60 años de la etnia otomí, que estaba tan limitada que imagínate que firmaba con una x. Resultó que era una excelente tatuadora, y no lo sabía, jamás lo creyó. Ella entonces se convirtió en un aliciente para las otras más jóvenes, que decían ‘si esa señora tan viejita pudo, por qué yo no’”, cuenta David. 

Al cierre de 2018, 176,819 personas estaban privadas de la libertad en centros penitenciarios estatales del país. 94.8% de ellos son hombres y 5.2%, mujeres, de acuerdo con el Censo Nacional de Gobierno, Seguridad Pública y Sistema Penitenciario Estatales 2019 publicado por el INEGI. 

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