- Uno de los mayores miedos que existen en torno a la IA tiene que ver con la posibilidad de que se trate de una tecnología que llegó para eliminar millones de puestos de trabajo.
- Una de las mayores herramientas contra este fenómeno podría ser el aprendizaje, según Rishad Tobaccowala, asesor empresarial.
- El alto ejecutivo recomienda dedicar al menos una hora al día a aprender.
- ¿Ya conoces nuestra cuenta de Instagram? Síguenos.
Goldman Sachs, uno de los bancos más grandes del mundo, publicó un informe en marzo. En este, mencionó que la revolución de la inteligencia artificial podría afectar en los próximos años a 300 millones de puestos de trabajo. Sin embargo, puede que exista una herramienta para combatir la automatización de esos empleos.
La entidad financiera no es la única que apunta en esa dirección.
Numerosos expertos —incluidos algunos de sus principales desarrolladores— pidieron que se regule el auge de la IA generativa. La razón para ello son las consecuencias negativas que podrían tener para la humanidad herramientas como ChatGPT.
En cambio, algunos analistas sugieren que la inteligencia artificial no ha llegado para quitarle el trabajo a nadie, sino que se trata de una nueva tecnología a la que hay que saber adaptarse y no tenerle miedo. De hecho, los más optimistas consideran que estas herramientas podrían servir para revertir décadas de desigualdad salarial.
Los trabajadores que van a correr menos riesgo serán aquellos que se preocupen por averiguar cómo funciona y en qué consiste la IA. Al menos así lo ve Rishad Tobaccowala, asesor empresarial con 40 años de experiencia como alto ejecutivo.
«El mundo cambia tan deprisa que, si no aprendes, la vida útil de tus habilidades disminuye muy rápido», asegura. «Si no estás probando ChatGPT, si no estás investigando cómo es la Web3, si no estás averiguando cómo podría afectarte el relevo generacional, y cuáles podrían ser las implicaciones para ti mismo, para tu negocio o para tus clientes… llegará un momento en el que serás irrelevante».
Dedicar al menos una hora al día a aprender
Este asesor empresarial, que ofrece consejo a grandes directivos de compañías que están incluidas en el índice FTSE 100 y en la lista Fortune 500, tiene una recomendación para ti: dedícale al menos una hora al día a aprender algo nuevo.
«Digo una hora al día o 7 horas a la semana, porque algunas personas, debido a su rutina, puede que solo puedan hacerlo el sábado y el domingo o viernes, sábado y domingo», afirma Tobaccowala. Añadió que él intenta que sean un par de horas al día.
El experto subraya que no es una cuestión de vida o muerte, pero explica que, en su caso, forma parte de la rutina diaria: «Me levanto por la mañana y paso una hora aprendiendo. Luego paso la siguiente hora haciendo algún tipo de ejercicio: corriendo, nadando, algo así. Luego paso la siguiente hora desayunando con mi mujer, hablando con mis hijos, etc., y ya estoy listo para trabajar».
Con esa rutina, Tobaccowala indica que consigue hacer 3 cosas nada más levantarse: «He mejorado mi sistema operativo mental, porque he aprendido durante una hora, he mejorado mi sistema operativo físico, porque he hecho ejercicio de alguna manera durante una hora, y he mantenido mi sistema operativo emocional, hablando con la gente que me importa, y luego ya me voy a trabajar».
Aun así, el hábito de dedicar al menos una hora al día a aprender no te exime de cometer errores. El propio Tobaccowala reconoce al ser entrevistado por Business Insider España que, durante su carrera como alto ejecutivo en Publicis Groupe, ha cometido «muchos errores».
«A menudo le digo a la gente que cometer errores no es tan importante», argumenta. «No es tanto si cometes el error, sino lo rápido que te das cuenta de que lo has cometido y qué haces para corregirlo, y luego que es lo que aprendes de ello».
En su caso, como futurólogo, Tobaccowala asegura haberse adelantado a muchas tendencias publicitarias: al mercado digital, a las redes sociales… Sin embargo, admite que no supo ver venir el mercado de las búsquedas online.
«El error por el que no lo vi venir y que nunca volveré a cometer […] es que presté demasiada atención a mis clientes», admite. «Le prestaba atención a lo que mis clientes necesitaban y a lo que hacían, pero, si lo recuerdas, la publicidad en buscadores no venía de grandes anunciantes. Era gente que no se anunciaba o que hacía publicidad clasificada la que empezaba a anunciarse en buscadores».
El experto asesor explica que el motivo por el que cometió ese error fue que no tuvo en cuenta otras perspectivas que no fueran las de sus propios clientes: «Nunca lo he repetido. De hecho, ahora voy al extremo de revisar siempre otros aspectos».
AHORA LEE: Ophelia Pastrana, una nerd curiosa que reivindica la diversidad
TAMBIÉN LEE: La cultura Millennial es anticuada. Hay una cosa que podría salvarla: llegó la hora de renovar la marca generacional
