• Los científicos son conocidos por utilizar el nombre de una celebridad para nombrar especies.
  • Honrar a una celebridad de esta manera puede mostrar su fanatismo o llamar la atención sobre el animal en sí.
  • Sin embargo, es muy difícil cambiar el nombre científico de una especie y eso puede generar arrepentimientos.
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Taylor Swift tiene una. Leonardo DiCaprio tiene un puñado. ¿David Attenborough? Demasiadas para contar. 

La lista de especies con nombres de celebridades es larga e incluye desde moscas (Beyoncé) hasta líquenes (Oprah Winfrey) y lagartos (Lionel Messi). 

Un epónimo es el nombre científico de una especie basado en una persona, ya sea real o ficticia. 

Cuando los científicos nombran una especie con el nombre de una celebridad, a menudo puede aparecer en los titulares y captar atención para los animales o plantas que pueden resultar menos carismáticos. Por ejemplo, el caracol de Jimmy Buffet o los helechos de Lady Gaga. 

Algunos investigadores dicen que es una manera de llamar la atención sobre las arañas y otros animales que de otro modo serían ignorados. Otros son simplemente fans o quieren reconocer el activismo ambiental de la celebridad.

Esto ocurre con Sericomyrmex radioheadi, una hormiga que lleva el nombre de la banda Radiohead, que es consciente del impacto del carbono.

Ciertas especies tienen rasgos físicos o de comportamiento que se adaptan a una persona famosa o a un personaje. Tarantobelus jeffdanielsi es un gusano redondo que mata tarántulas y lleva el nombre del personaje de Jeff Daniels en la película Arachnophobia. 

Sin embargo, algunos expertos consideran que nombrar una especie con el nombre de un famoso es una receta para el “arrepentimiento de nomenclatura”. 

Si una celebridad cae de su pedestal, ¿qué significará para las arañas o babosas que quedaron tras su escándalo?  

El caso del milpiés de Taylor Swift

Un investigador de Virginia Tech encabezó los titulares tras nombrar un milpiés en honor a Taylor Swift. Parecía una medida inteligente, ya que los artrópodos cotidianos rara vez hacen historia. Asimismo, este tipo de publicidad puede ayudar a crear conciencia, de acuerdo con un artículo reciente.

La bióloga Katie Blake de la Universidad de Oxford y sus coautores descubrieron que las especies con el nombre de una celebridad tenían casi tres veces más visitas a páginas en Wikipedia que las especies de control sin apodos famosos.

No obstante, es necesario estudiar más a fondo si esas opiniones realmente se traducen en mejores esfuerzos de conservación.

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Andre Seale/VW PICS/Universal Images Group via Getty Images

Y no está claro si la atención es siempre positiva, especialmente si la mala reputación de una celebridad es más grande que su fama.

“Necesitamos más trabajo para comprender mejor cómo se ven afectadas las especies cuando reciben el nombre de alguien que es bastante controvertido”, dijo Blake. “No solo en términos de actitudes hacia estas especies, sino también de acciones de conservación, cuando sea necesario”. 

Aunque Blake cree que el nombre de una celebridad pueden llamar la atención sobre anfibios e invertebrados “que no son exactamente los taxones favoritos del público, las consecuencias de ponerles el nombre de alguien que no agrada puede empeorar el estado de conservación de dichas especies”.

Esa es una de las razones por las que algunos científicos quieren cambiar el nombre de un escarabajo ciego de las cavernas. 

La iniciativa para salvar un escarabajo que lleva el nombre de Hitler 

Parte del atractivo de un nombre científico es que no cambia y es el mismo en todos los idiomas. Sin embargo, recientemente, los investigadores han propuesto cambios en “nombres científicos que conmemoran a individuos históricos que cometieron crímenes atroces contra la humanidad”.

Christopher Bae, profesor de antropología en la Universidad de Hawai’i en Mano, y sus colegas fueron más específicos. Ellos afirmaron que los nombres de “tiranos, dictadores, colonialistas y traficantes de esclavos” deberían cambiarse. 

Algunos ejemplos incluyen a Adolf Hitler, Cecil Rhodes y George Hibbert, que tienen especies que llevan su nombre. 

En realidad, Hitler tiene dos insectos que llevan su nombre. Uno, el Rochlingia hitleri, lleva extinto hace millones de años. El otro es un raro escarabajo cavernícola, Anophthalmus hitleri. 

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Sergio Pitamitz/VWPics/Universal Images Group via Getty Images

Los científicos han advertido que el escarabajo de las cavernas está amenazado por los cazadores furtivos. 

“Estos coleccionistas salen a coleccionarlos y luego los venden en internet a neonazis porque ahora son recuerdos”, dijo Bae. 

Otro ejemplo son las muchas especies que llevan el nombre del imperialista Cecil John Rhodes, quien impulsó la expansión británica en el sur de África y apoyó la segregación racial. 

Su nombre está difundido por todo el mundo biológico, incluyendo muchos nombres de plantas provenientes de la región de Rhodesia, lo que ahora se conoce como Zimbabwe y Zambia. 

En este momento, el debate sobre si se debe utilizar un nombre derivado de Rhodes es especialmente pertinente para los paleoantropólogos que estudian los primeros ancestros humanos. 

Hay una etiqueta, Homo heidelbergensis, que es tal mezcolanza de especies que ya no es una designación significativa, de acuerdo con Bae. 

En cambio, los investigadores quieren introducir un nuevo nombre para un antepasado de los humanos modernos. 

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CESAR MANSO/AFP via Getty Images

Si siguieran la práctica de denominación tradicional, entonces las reglas del Código Internacional de Nomenclatura Zoológica (ICZN) establecen que el primer nombre dado a una especie tiene prioridad sobre el nombre científico, por lo que la especie se llamaría Homo rhodesiensis. Un cráneo humano encontrado en Zambia recibió ese nombre en 1921.

Sin embargo, Bae y muchos de sus colegas no están ansiosos por empezar a utilizar el nombre Homo rhodesiensis, especialmente por la importancia de la especie. 

“Este tipo tenía problemas realmente serios”, aseguró Bae sobre Rhodes.

A principios de este año, Bae y más de una docena de paleoantropólogos se reunieron para discutir el tema y fue casi unánime. Casi nadie estaba a favor de utilizar el nombre derivado de Rhodes.

En su lugar, se ha propuesto otro nombre, Homo bodoensis, en honor a Bodo D’ar, Etiopía, donde se encontró el cráneo.

¿Qué se necesitaría para cambiar el nombre de una especie?

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Hal Horowitz/WireImage/Getty Images; R. Bieler

De acuerdo con las estimaciones del ICZN, existen cientos de miles de especies con nombres epónimos. No obstante, Bae cree que solo una fracción de ellos alcanza el nivel de Hitler, Hibbert y Rhodes. 

Para protegerse contra cambios frívolos, Bae y sus coautores pidieron que un comité de ética revisara las propuestas. 

“Nadie va a querer realmente perseguir cada uno de los nombres que existen”, dijo. “Realmente serán los más atroces los que necesitarán ser examinados con más atención”. 

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George Rinhart/Corbis via Getty Images

Pero los nombres se pueden cambiar. Un ejemplo es el Brontosaurus, que era un género de dinosaurio que se agrupó con el Apatosaurus y luego se separó nuevamente en 2015. Las modificaciones a menudo se realizan por razones científicas, aunque no siempre. 

La Sociedad Estadounidense de Ornitología está en el proceso de cambiar los nombres comunes en inglés de especies de aves que llevan nombres de personas. 

La organización Bird Names for Birds ha impulsado el cambio porque muchos de los animales llevan nombres de personas que esclavizaron a otros o desenterraron tumbas de nativos americanos. 

Sin embargo, los nombres científicos de las aves se mantendrán, ya que son mucho más difíciles de cambiar, informó NPR.

¿Abajo los epónimos? 

“Ya tenemos miles de especies con nombres de personas que ahora son desconocidas”, escribió Stephen B. Heard en su libro Charles Darwin’s Barnacle and David Bowie’s Spider: How Scientific Names Celebrate Adventurers, Heroes, and Even a Few Scoundrels.

Sin embargo, que una celebridad desaparezca de la conciencia pública no es lo peor que podría pasar. Un buen ejemplo es el escarabajo de Hitler. 

Lo más probable es que la mayoría de las celebridades con especies del mismo nombre no dejen un legado tan empañado como el de algunos hombres poderosos del pasado. 

No obstante, las normas sociales cambian y es fácil ver cómo cambió la reputación de algunas personas famosas después del movimiento #MeToo, por ejemplo.   

Algunos investigadores preferirían corregir el desequilibrio de las especies que llevan nombres principalmente de hombres europeos de los siglos XIX y XX, en lugar de nombrar más especies con nombres de mujeres y científicos nativos. O tal vez cambiar los epónimos existentes para que sean más inclusivos. 

Como señalaron algunos investigadores , “sus nombres no serán eliminados de la historia: simplemente pasarán a ser sinónimos”.

Es decir, algún día podría haber una nota a pie de página que indique que la especie se conocía anteriormente como el escarabajo de Hitler. 

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