• Actuales y antiguos empleados de Tesla alegan que fueron acosados por su género o raza.
  • Pero Tesla presiona y demanda para llevar la mayoría de los casos a arbitrajes privados.
  • Business Insider consultó a siete expertos sobre este caso y ellos dicen que el número de denuncias debería ser un foco de preocupación para la armadora.
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Alisa Blickman recuerda que sus compañeros puntuaban a las mujeres, tomaban fotos por detrás a alguna compañera y hacían comentarios como “me gustaría inclinarla y separar sus cachetes”.

Por su parte, Alex Corella recuerda que sus compañeros le dedicaban “insultos homófobos” y bromeaban con que practicaba sexo oral a su supervisor. Estos son ejemplos del acoso en la línea de producción de Tesla.

Terrance Dobbins también aseguró que algunos trabajadores le dijeron que trabajaba con el “parche de KFC”. Incluso le dedicaban “comentarios sexualmente y racialmente ofensivos”, incluyendo bromas sobre “pegging”, una práctica sexual.

Y Jessica Brooks afirmó que los “gritos” y los manoseos se convirtieron en algo tan grave que comenzó a acumular cajas alrededor de su puesto de trabajo. Esto “para disuadir a los hombres de que vinieran a silbarme y a mirar con disimulo”.

Estos son solo algunos casos de las más de 40 demandas registradas contra Tesla por empleados actuales y antiguos en los últimos cinco años. Ellos alegan que la compañía fomentó una cultura laboral sexista y racista. 

Sin embargo, Tesla presiona para llevar tres de los casos, y otros muchos, a arbitrajes privados. El caso de Dobbins fue llevado a un arbitraje en septiembre.

El fundador de Tesla, Elon Musk, levantó el fabricante de vehículos eléctricos como parte de su visión utópica del futuro. Los coches de su compañía salvan vidas, asegura; y quiere revolucionar la fabricación, describiendo su fábrica soñada de “acorazados alienígenas”, en la que todas las partes del proceso serían automatizadas.

Pero por ahora, Tesla tiene que confiar en su ejército de empleados, algunos de los cuales consideran que esos sueños futuristas se apagan en un ambiente al estilo “Jim Crow” (de las leyes segregacionistas del siglo XIX en Estados Unidos); y de “casa de fraternidad”, que provoca que los casos de discriminación se enconen.

Más de 40 empleados de Tesla sufrieron acoso sexual o discriminación en la línea de producción

En conjunto, estas demandas pintan un escenario laboral en el que los insultos, los manoseos y las amenazas eran comunes. Y el departamento de recursos humanos regularmente fallaba en ayudar a los empleados en sus preocupaciones.

En algunos casos, los empleados que acudieron a la compañía para pedir ayuda recibieron una reprimenda o fueron despedidos, de acuerdo con las denuncias.

“Después de tres años de experimentar todo ese acoso, pierdes tu seguridad, casi te deshumaniza”, indicó Jessica Barraza. Ella denunció a Tesla en noviembre por acoso sexual “casi diario”, dijo al Washington Post. 

Aunque Business Insider intentó contactar a todos los exempleados citados en esta información, decidieron no hacer comentarios o no respondieron. Tesla llevó ese caso a un arbitraje privado.

Incluso Elon Musk no ha respondido a las peticiones de comentarios para este reportaje.

Tesla considera que el lugar adecuado para responder es ante el tribunal, que escuchará los hechos reales y las pruebas, no en la prensa”, indicó la empresa a Business Insider a través de un comunicado en el que rechazó comentar casos individuales.

En la mayoría de los casos, el fabricante contraataca e impulsa arbitrajes privado. Al menos tres fueron desestimados y otros tres llegaron a juicio. La mayoría del resto fueron a arbitraje o están pendientes de una petición de Tesla para solicitar ese proceso.

Mientras tanto, Tesla dijo en octubre que está trabajando activamente en “asegurarse que cada empleado sienta que puede aportar todo su ser al trabajo”.

Durante los últimos cinco años, la compañía evita las denuncias —sin éxito— y trata de que los acuerdos judiciales no se publiquen; pero hay signos de grietas en su armadura.

De hecho, ya perdió dos casos de discriminación importantes —uno en un juzgado y otro en el arbitraje— el año pasado; y comienza a sentir la presión pública en el estado de California.

Planta de Tesla en Fremont, California / Reuters.

Tesla recibe una ráfaga de demandas en Fremont

La planta de 492,000 metros cuadrados de Tesla en Fremont, California, es la principal fábrica de la compañía. Ahí produce cientos de miles de coches eléctricos, con precios en Estados Unidos que van desde los 46,900 a los 130,000 dólares.

En ella trabajan más de 10,000 personas, con ambiciosos objetivos de producción, ya que Tesla quiere aumentar las entregas 50% cada año.

En 2021, la fábrica de Fremont produjo 8,550 coches a la semana, más que cualquier otra planta en Norteamérica, reportó de Bloomberg. Además, Tesla planea acelerar la producción en este año con más fábricas; y Fremont será el modelo para el resto.

Conforme la producción y la plantilla ha crecido, también las demandas que Tesla recibe de sus empleados. En 2021 fue el año en que recibió más denuncias por casos de acoso sexual y discriminación de los 18 que lleva en marcha, de acuerdo con una revisión de Business Insider de todas las demandas.

De ellas, 60% tienen que ver con esta fábrica. En la mayoría de los casos, mujeres y personas de color aseguran que afrontaron conductas racistas o sexistas.

Hasta siete expertos en asuntos legales y laborales aseguraron a Business Insider que el creciente número de denuncias contra Tesla deberían ser un motivo de preocupación para la compañía.

“Es un número asombroso para una fábrica de 10,000 trabajadores”, afirmó la abogada Lisa Bloom. Ella llevó casos tan relevantes como el del productor de cine Harvey Weinstein o denuncias contra Donald Trump.

De hecho, Bloom dijo que ha tenido conversaciones con un cliente de Tesla que baraja acciones legales contra la empresa.

“La mayoría de la gente son víctimas de abusos verbales o físicos y tienen dudas de seguir adelante. Este tipo de demandas apuntan a un problema profundo y endémico, parecen la punta del iceberg”, añadió.

2021 fue el año con más quejas de acoso sexual y discriminación en Tesla

En tanto, Deborah Gordon, una abogada de Detroit que trabaja en casos de acoso sexual contra armadoras en el sindicato estadounidense United Auto Workers, explicó a Business Insider que en las fábricas de coches es habitual que haya un número importante de casos de abuso sexual y discriminación racial cada año.

En un análisis de siete fábricas de Estados Unidos, con una plantilla similar a la de Tesla en Fremont —de marcas como Toyota, BMW, Nissan, Ford, Hyundai, Stellantis o General Motors con entre 3,000 y 11,000 trabajadores—, Business Insider encontró entre cero y 10 casos de discriminación durante los últimos cinco años.

Como Tesla, todas esas compañías obligaron a sus empleados a firmar cláusulas de arbitraje confidencial, que evita que salgan a la luz.

Pero Tesla rechazó el adjetivo de “asombroso” utilizado por Bloom para calificar el número de casos. Aseguró en un comunicado a Business Insider que sus competidores “han sido denunciados por discriminación muchas más veces que Tesla en los últimos cinco años”.

“La idea de que Tesla afronta un número inusual de demandas es inexacta y engañosa”, afirmó este portavoz de Tesla.

“El intento de analizar los casos de la planta no es una comparación justa, porque la de Fremont es la mayor planta en el país y tienen la mayor plantilla de Estados Unidos”, agregó la compañía.

“Comparar plantas de ensamblaje con apenas unos miles de trabajadores en estados como Kentucky, Ohio o Tennessee con la planta de Tesla en Fremont —localizada en la jurisdicción con más tasas de litigiosidad— no tiene sentido. Basadas en esas diferencias, los datos públicos no apoyan las afirmaciones de sus expertos”.

Las armadoras reviran acusaciones de Tesla por acoso sexual y discriminación

Un portavoz de General Motors dijo a Business Insider en un comunicado que los comentarios de Tesla sobre los competidores son también “inexactos y engañosos”; y que su compañía tiene “tolerancia cero al acoso laboral y la discriminación de cualquier forma”.

Por su parte, Toyota afirmó a Business Insider que “ni un solo empleado ha presentado una denuncia por acoso sexual o discriminación racial o de género” en su planta de Kentucky en cinco años.

También desde Stellantis aseguron que “no hay nada de cierto en los comentarios de Tesla” sobre sus fábricas. Sin embargo, Ford, BMW, Nissan y Hyundai no respondieron a las peticiones para comentar.

Mientras los trabajadores de GM, Ford o Stellantis están sindicalizados, los de Tesla no; y Musk ha tenido palabras mordaces contra la UAW y los sindicatos en general, algo que para Deborah Gordon contribuye a las quejas.

“La UAW es muy activa en atender estos asuntos. Directamente no se toleran. El acoso verbal es muy común en una fábrica, pero los sindicatos introducen una capa de protección a los trabajadores. Las quejas son escuchadas y atendidas”, explicó.

79% de los empleados de Tesla son hombres y 83% de los puestos de responsabilidad están desempeñados por hombres, de acuerdo con un informe de la compañía de 2020.

La experta laboral de la Universidad de Yale, Vicki Schultz explicó a Business Insider que la falta de diversidad es un gran “factor de riesgo” para el acoso sexual.

“El grupo dominante utiliza el acoso sexual o racial para mostrar a otros que no pertenecen a un lugar”, relató.

Tesla dice que es una compañía “mayoritariamente minoritaria”. 60% de sus empleados son de color, reveló su último informe de diversidad. Pero mientras 10% de sus trabajadores de Estados Unidos son negros, solo 4% ocupan puestos de dirección o superiores.

La compañía no ha dado datos específicos sobre la plantilla de la fábrica de Fremont.

Algunos supervisores acosaban a los empleados, afirman las demandas

Michala Curran aseguró que en su primera semana en Tesla, su supervisor le dijo que “moviera el c***” como una bailarina exótica y trató de golpear su trasero.

“Me sentí avergonzada de no saber a donde acudir”, explicó Curran —exempleada del área de producción en pinturas— al Washington Post. “No tenía más que hombres alrededor y no sabía si pensarían igual que el supervisor”.

De hecho, Curran es una de las 24 mujeres que denunciaron a Tesla en los últimos cinco años. Ellas alegan acoso sexual, manoseos o agresión física, o que se les negaron aumentos de sueldo o ascensos.

Muchas de las demandantes trabajaban en Fremont. Dos decenas afirmaron que sus supervisores las acosaban. Tesla presentó una moción para llevar el caso de Curran a un arbitraje privado, pendiente de una sesión judicial en mayo. Los otros 23 casos los llevaron a un tribunal arbitral o pendientes de una moción de Tesla para que vayan por ese camino.

Algunas de las denuncias describen el comportamiento de los supervisores como amenazador. Kristin Ortiz, una empleada de ventas, dijo que su supervisor la acosaba, la invitaba a cambiarse de ropa delante de él, la llamaba “el caramelo de la tienda” y en una ocasión “la besó en la mejilla”, dijo la demanda.

Erica Cloud indicó en otra denuncia que el comportamiento de su responsable le provocó “temer por su seguridad” cuando él quería “abrazarla y masajearla” refiriéndose a su pene, diciendo que había “algo grande abajo”.

Cloud reportó ese comportamiento a Recursos Humanos y al cabo de varios meses dejó de trabajar con ese supervisor, de acuerdo con la demanda.

Otra exempleada, Dominique Keeton, señaló en su demanda que su supervisor directo le enviaba mensajes diciendo que quería “intimar” con ella, utilizando “insultos raciales y lenguaje asociado al poder blanco para degradarla, minusvalorarla, ridiculizarla y deshumanizarla”. Los tres casos fueron llevados a un arbitraje privado.

Los supervisores amenazaban a las empleadas para que no denunciaran

Hasta una decena de denuncias revelaron que los supervisores amenazaban a sus empleados; y en siete casos esas amenazas se producían después de haber rechazado un intento de acercamiento sexual o reportado comportamientos racistas a la compañía.

Vehículos de Tesla / Reuters.

Blickman, otra trabajadora de la línea de producción, afirmó en una denuncia que su supervisor la amenazó con enviarla “a la zona de trabajo menos deseable” si ella no era receptiva a sus “avances sexuales”.

Estos incluían masajes en la espalda “diarios» y comentarios como “he oído que no te gusta gritar fuerte”.

De acuerdo con las leyes federales y estatales de Estados Unidos, las empresas están obligadas a tomar medidas para prevenir el acoso laboral. Si una compañía no ofrece una manera de denunciar el acoso o no hace nada para frenarlo cuando es reportado, puede ser responsable en un tribunal.

También es ilegal despedir a un trabajador por haber reportado un acoso.

El departamento de recursos humanos de Tesla ignoraba las quejas, de acuerdo con algunos trabajadores

Algunos empleados de Tesla aseguraron que intentaron pedir ayuda al área de recursos humanos, pero fueron ignorados o reprendidos.

Eden Mederos dijo en su denuncia que sus compañeros en California bromeaban habitualmente sobre que recursos humanos era inexistente. Tuvo problemas para encontrar el contacto del departamento cuando comenzó a experimentar un acoso “casi diario” de sus compañeros y supervisor.

Cuando lo reportó, la compañía organizó una reunión en la que su supervisor la llamó “mentirosa” y el responsable de recursos humanos dijo que sus acusaciones eran “agresivas”.

El abogado de Mederos, David Lowe, contó a Business Insider que derivó el caso a otro juzgado conforme se dio cuenta de que Tesla presionaría para llevarlo a un arbitraje privado.

De las 46 denuncias revisadas por Business Insider, en 13 casos se muestran informes verbales, escritos o enviados por correo electrónico a recursos humanos. Estos no derivaron en ninguna acción o seguimiento. Incluso 22 empleados afirmaron que los despidieron después de recurrir a este departamento.

El abogado de DeWitt Lambert, Lawrence Organ, explicó a Business Insider que su cliente presentó a recursos humanos un video en el que otro empleado le llamaba “nigger” (negro, en tono insultante) 22 veces y detallaba como le iba a “cortar partes de su cuerpo”.

Lamberg aseguró que sufrió represalias tras denunciarlo y la empresa “no investigó ni reprendió a los acosadores”.

Una denuncia de febrero, luego de tres años de investigación en las prácticas de recursos humanos de Tesla por un regulador de derechos civiles de California, detectó que el departamento de la compañía estaba “infradotado de trabajadores e inadecuadamente preparado” con una ratio de un trabajador de RH por cada 740 empleados.

La asociación más importante del sector en Estados Unidos —la Society of Human Resources Management— dijo que la media en las compañías estadounidenses es de un empleado de este departamento por cada 100 trabajadores.

Tesla aseguró que está trabajando el entrenamiento de sus empleados.

“Hemos iniciado un programa de formación adicional que refuerza el requerimiento de Tesla de que todos sus empleados deben tratarse con respeto”, indicó la compañía en su web.

Elon Musk marcaba el tono, de acuerdo con algunos empleados

Musk es conocido por su estilo intervencionista en la gestión de Tesla. En 2018, el CEO de la compañía dijo que había llegado a dormir en el suelo de la fábrica y trabajar 120 horas a la semana.

El estilo de liderazgo de Musk llevó a muchos empleados, que presentaron demandas, a pensar que él sabía de qué hablaban cuando se referían a “un ambiente de trabajo hostil” en Fremont.

“Tenemos múltiples testigos que pueden hablar de la presencia de Musk en la fábrica, al menos en los casos de Lambert y Díaz”, explicó Organ, que representa a varios exempleados de Tesla.

“Sería muy difícil creer que no sepa nada sobre los comportamientos que se producían en la fábrica y hasta ahora no parece que haya habido un mensaje claro por su parte de que esa conducta no es tolerable”, añadió.

En los casos en los que ha trabajado este abogado, uno ha sido desestimado, otro está en proceso y en dos ha ganado contra Tesla, uno en un juzgado y otro en un arbitraje privado.

Cuatro denunciantes dicen que contactaron con Musk directamente sobre sus quejas; mientras que dos afirmaron que el comportamiento del fundador en Twitter contribuyó indirectamente al acoso que sufrieron.

Marcus Vaughn, otro exempleado, aseguró que fue uno de los muchos trabajadores negros que contactaron con Musk por “repetidos casos de acoso racial” en 2017.

Tanto él como otros 100 trabajadores de Tesla denunciaron a la compañía en una demanda conjunta. Como respuesta, Musk envió un email a los trabajadores de Fremont sobre el acoso en Tesla.

Esa demanda colectiva fue desestimada en 2021. El abogado de la compañía argumentó que el tribunal debía desestimar la demanda conjunta “porque la política y la práctica de Tesla es que los empleados de Tesla están vinculados al acuerdo de arbitraje de Tesla”.

Una cláusula impide tener claridad de los casos de acoso sexual y discriminación en Tesla

La cláusula de arbitraje obligatorio de Tesla, que obliga a la mayoría de los empleados a presentar sus reclamaciones en un arbitraje privado en lugar de en un tribunal público, hace que sea difícil conocer los detalles de todas las acusaciones contra la empresa. 

En septiembre, Bloomberg informó de que se habían presentado casi 90 demandas de arbitraje privado por parte de empleados contra Tesla desde 2016. La compañía ganó 11 de esos casos y perdió solo uno. La mayoría fueron resueltos, retirados o desestimados. 

Melvin Berry, un exempleado, es la única persona conocida que ha ganado un caso de discriminación contra Tesla en un arbitraje. Consiguió un acuerdo de un millón de dólares (mdd) en agosto.

Entonces, un árbitro privado determinó que la empresa no impidió que los supervisores le llamaran utilizando la palabra “nigger”. La compañía negó las acusaciones diciendo que Tesla está “absolutamente en contra de cualquier forma de discriminación, acoso o trato injusto de cualquier tipo”. Tesla no ha recurrido el caso.

En octubre, un jurado federal de San Francisco dictaminó que Tesla pagó más de 137 mdd en daños punitivos a un antiguo contratista de Tesla, Owen Díaz. El demandante dijo que su supervisor contribuyó a crear un ambiente de trabajo hostil para los trabajadores negros distribuyendo bocetos racistas en el trabajo.

La compañía está en proceso de impugnar el veredicto, diciendo que la indemnización “no tiene relación con las pruebas reales del juicio”.  Mientras tanto, Tesla se enfrenta a otra batalla legal inminente.

En febrero, el Departamento de Empleo Justo y Vivienda de California demandó a la empresa por acusaciones de acoso y discriminación racial sistemática en su fábrica de Fremont. La agencia de derechos civiles estatal dijo que recibió “cientos de quejas de los trabajadores”.

Pero Tesla calificó la demanda como un ataque contra “el último fabricante de automóviles que queda en California”.

Agregó que “siempre ha disciplinado y despedido a los empleados que incurren en mala conducta; incluidos los que utilizan insultos raciales o acosan a otros de diferentes maneras”.

“La marca de Tesla, que supuestamente destaca un futuro socialmente consciente, enmascara la realidad de una empresa que se beneficia de un ejército de trabajadores de producción; muchos de los cuales son personas de color, que trabajan en condiciones atroces”, indicó el departamento del estado de California en su queja.

“Incluso después de años de denuncias, Tesla ha seguido desviando y evadiendo su responsabilidad”, añadió.

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