• Aunque es parte de la naturaleza del cuerpo de una mujer, la menstruación sigue siendo un tema de salud femenina que impacta en la productividad de las mujeres.
  • De acuerdo con una encuesta, cada año se pierden millones de días laborales y en la escuela porque las mujeres se abstienen de asistir debido a la menstruación.
  • En México, cada año se pierden 6.1 millones de días laborales debido a que, durante el periodo menstrual, algunas mujeres dejan de ser productivas.
 

En julio de 2017, el Estado de México se convirtió en la primera entidad latinoamericana en autorizar el descanso laboral a las mujeres que sufren dismenorrea, un trastorno de la menstruación que provoca dolores agudos en el abdomen que afecta a 5 de cada 10 mujeres en México y que es una de las principales causas de incapacidad laboral entre las trabajadoras, según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)

En ese entonces ocurría algo muy importante en el reconocimiento de un aspecto de las mujeres que también merma en su productividad: la menstruación. 

De acuerdo con datos de la encuesta Essity, cada año se pierden millones de días laborales y de escuela debido a que durante el periodo menstrual algunas mujeres dejan de ser productivas. Según el estudio, esto incluye 15 millones de días de ausencia en Estados Unidos; 6.1 millones en México; 1.7 millones en Francia y 645,000 en Australia.

No obstante, las ausencias a la escuela y el trabajo, no solo son un reflejo de un tema de salud femenina, también habla sobre las barreras que aún existen para las mujeres en el entorno laboral y académico. 

Falta de acceso a la higiene, a baños limpios y espacios privados también afectan la productividad de las mujeres en su periodo de menstruación

Menstruación y productividad de las mujeres y adolescentes | Pixabay

Según cálculos de la firma especializada en salud e higiene, cada minuto del día, aproximadamente una de cada cuatro mujeres en edad de menstruar en el mundo tiene su periodo.

Para muchas mujeres, esto no es un impedimento en su vida diaria; sin embargo, para muchas otras, la falta de un espacio privado para manejar su menstruación, productos sanitarios para absorber o recolectar la sangre o la capacidad de deshacerse de los materiales sanitarios actúan como barreras para su participación comunitaria, laboral y académica. 

El estudio global descubrió que tres de cada 10 mujeres y adolescentes se han abstenido de ir a la escuela o al trabajo porque carecen de acceso a baños limpios y seguros. Otra de las razones que dieron las encuestadas (34%) es que se sienten incómodas estando rodeadas de personas durante su periodo menstrual debido al estigma. 

Y es precisamente el tema de los estigmas sociales los que impiden que muchas mujeres sean abiertas sobre su baja en productividad.

De acuerdo con un estudio publicado por la revista médica BMJ Open, de las mujeres que deciden ausentarse en su trabajo debido al dolor menstrual, solo una de cada cinco le dice a su jefe la razón real por la que se ausenta. Este es un fenómeno provocado principalmente por el miedo a la desaprobación.

Terminar con la cultura de vergüenza asociada a la menstruación

Según el análisis de Essity, en muchas sociedades, todavía existe una cultura de la vergüenza asociada con la menstruación. Según el Informe sobre el estado de la población mundial 2019 del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), los estigmas relacionados con la menstruación refuerzan la noción de que las mujeres son inferiores a los hombres. Esto puede usarse para justificar que las niñas y mujeres no vayan a la escuela, se queden cocinando y solo asistan a actividades religiosas.

No obstante, los especialistas sugieren que en los últimos años, ha habido un fuerte movimiento para romper el estigma de la menstruación. Mujeres y hombres de todo el mundo han estado hablando sobre la menstruación y lo que se necesita para romper las barreras relacionadas a la participación comunitaria.

Afortunadamente, existen poblaciones en donde se reconoce a la menstruación como una función corporal normal y como un signo de salud que puede discutirse abiertamente.

Por ejemplo, de acuerdo con The New York Times, en países como Japón, Taiwan, Corea del Sur o Indodensia el ausentismo laboral por dolor menstrual es algo que está regulado por la ley. A su vez, en la sociedad se concibe como algo normal. Incluso en Japón, este tipo de permiso laboral está regulado desde 1947. 

En México, se sabe que ya se dio un primer paso desde 2017; sin embargo, aún falta camino. 

El mundo desea terminar con los estigmas 

Menstruación y productividad de las mujeres y adolescentes | Essity

Un estudio elaborado por Essity Libresse en 2020, reveló que dos tercios de las mujeres que experimentan abortos espontáneos, endometriosis, problemas de fertilidad y menopausia sienten que podrían llevar mejor estas experiencias siendo abiertas con familiares y amigos.

Y, sin embargo, la misma investigación encontró que la mitad de las mujeres sienten que la sociedad quiere que guarden silencio sobre su experiencia; además, otro 50% de las mujeres sintió que guardar silencio sobre sus problemas dañaba su salud mental.

Por ello, los especialistas en el tema señalan la importancia de crear una cultura más abierta. Esto serviría para generar un círculo virtuoso de compartir y escuchar para lograr un cambio individual, cultural y, en última instancia, institucional. 

Así lo apunta Chris Bobel, profesora de estudios de género y sexualidad de la mujer en la Universidad de Massachusetts. Bobel es autora de “The Managed Body” y coautora de “New Blood: Third-Wave Feminism and the Politics of Menstruation”, y examina la intersección de los movimientos sociales, el género, la salud y la personificación. 

“Las niñas deben poder vivir, estudiar, trabajar y jugar en comunidades donde la menstruación ya no se utiliza como munición. La menstruación debe leerse como un proceso biológico natural. Desarmado. Con este fin, todos los que rodean a las niñas y mujeres (niños, maestros, miembros de la familia, líderes religiosos, jefes, legisladores, etc.) deben desafiar el estigma menstrual”, escribió Bobel.

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