- Padres de familia de todos los niveles han expresado su preocupación por enviar o no a sus hijos a la escuela en medio de una crisis sanitaria que aún no cesa.
- La especialista en crianza Pamela Salinas Parra invita a los padres de familia a no preocuparse por si los niños pierden un año del sistema escolarizado, pues para ella, priorizar la salud también es válido.
- Autoridades de Educación en México han externado su preocupación por una tendencia a la deserción escolar derivada de la pandemia.
Ha comenzado agosto y también la promesa de que este mes podría iniciar un nuevo ciclo escolar.
Pese a que las autoridades de Educación Pública anunciaron que el nuevo periodo arrancará con clases virtuales a finales de este mes, también señalaron que cuando el semáforo lo permita, el ciclo escolar que iniciará tendrá un modelo híbrido, algunos días con clases en línea y otros con presenciales. Esto es algo que tiene preocupados a padres de familia, alumnos e incluso, docentes.
Y es que ¿qué tan seguro resulta enviar a niños de vuelta a las aulas cuando la pandemia no ha sido controlada y no existe una vacuna en contra del Covid-19?
El mes pasado, el Comité Ejecutivo de la Sección 9 Democrática SNTE-CNTE difundió los resultados de una encuesta aplicada a 2,203 docentes y directivos de preescolares, primarias y centros de educación especial, en donde se encontró que 80% de los profesores consultados creen que los protocolos publicados por la SEP no son adecuados a las características de sus escuelas.
Por su parte, padres de familia de todos los niveles escolares han expresado su preocupación por enviar o no a sus hijos a clases en medio de una crisis sanitaria sin precedentes y con el temor constante de que sus hijos puedan contagiarse de Covid-19.
“Yo creo que este año no los meto a la escuela. Yo no estoy preocupada por la parte intelectual o lo que no vayan a aprender en conocimiento; creo que actualmente no existen las condiciones para que puedan volver a un aula, simplemente cuando hay un niño con gripa, con piojos, siempre hay un contagio, ahora imagínate esta enfermedad. Prefiero mil veces que pierdan un año a que mis hijos se enfermen o enfermen a su abuelos o a otras personas”, comenta Ana “V”, madre de tres niños, uno en preescolar y dos en primaria.
Doriguen “A”, madre de una niña en preescolar originaria de León, Guanajuato cree que es complicado tener la protección adecuada cuando se trata de niños. “Si los adultos en ocasiones no tenemos las medidas correspondientes, menos los niños, por más que se hable con ellos. No voy a exponer a mi hija de tal forma”, señala.
Inscribir o no a los hijos al próximo ciclo escolar, ¿qué podría pasar?
Ante la posibilidad de tener un año completo sin un sistema escolarizado para sus hijos, algunos padres de familia se preocupan por la perspectiva de un aprendizaje estresante y menos efectivo en el hogar, con las clases en línea y la posibilidad de que sus hijos pierdan la oportunidad de seguir adquiriendo conocimientos.
Al respecto, la experta en crianza y educación infantil, Pamela Salinas Parra, comentó en entrevista con Business Insider México que esta podría ser una preocupación muy válida, pero no por ello correcta.
“Desde la perspectiva de crianza, de disciplina positiva y de ver el desarrollo de los niños, la verdad es que decidir no meterlos a la escuela este ciclo escolar me parece que, lejos de ser una pérdida, podría ser justamente una gran ganancia para la familia y para los niños”, comenta.
Aprender otras cosas
Salinas Parra considera que un año sin un sistema escolarizado, para los niños no representa una situación de desventaja o de atraso intelectual, y que por el contrario sería la oportunidad ideal para comenzar a aprender de otra manera y sobre otros temas.
“El que sus hijos e hijas no vayan a la escuela durante un ciclo escolar no es una pérdida de tiempo, no va a haber un tema de retraso, es decir, es probable que no adquieran todos los conocimientos como los estructura la Secretaría de Educación Pública, pero como experta en crianza y en desarrollo infantil, te digo que los niños siempre aprenden y en casa van a tener un montón de cosas que hacer que les van a permitir aprender”, señala.
Ana “V” coincide en que este puede ser una oportunidad para pasar tiempo con sus tres hijos e inculcarles otro tipo de aprendizaje. “Yo creo que este año será sobre sensibilidad, sobre amor a la familia, sobre amor a la casa, a las cosas que se hacen en casa, a valorar la ropa limpia, a valorar un plato limpio, la comida. Para mí y mis hijos será un año de aprendizaje, quizá no intelectual, pero sí de otro tipo, y así podemos descansar de esta tendencia a ser todo el tiempo competitivo”, dice.
Sin embargo, las autoridades educativas ya han expresado su preocupación por una tendencia a la deserción escolar el próximo año.
En junio pasado, la Secretaría de Educación Pública calculaba que 800,000 de los alumnos que concluyen secundaria no se inscribirán al nivel bachillerato, lo que representa a 4 de cada 10 jóvenes. Además, Bernt Aasen, director regional de UNICEF para América Latina y el Caribe había expresado su preocupación por un rezago escolar entre los menores derivado de la pandemia de Covid-19.
“Nunca tantas escuelas han estado cerradas al mismo tiempo. La expansión del coronavirus está dejando a la gran mayoría de los niños y niñas fuera de los colegios. Si se extiende más el cierre de las escuelas, hay un gran riesgo que los niños y niñas se quedan atrás en su curva de aprendizaje y que los alumnos y alumnas más vulnerables no vuelvan a regresar a las aulas. Es vital que no dejen de aprender desde casa”, comentó Aasen en un comunicado.
La sociabilización no se puede dar en casa
Sin embargo, la preocupación general también gira en torno a otro rubro; la sociabilización y los procesos que puedan tener los menores al convivir con otros niños fuera de su núcleo familiar.
“No estoy tan en esta idea de que no salgan, que no les dé ni el aire, yo creo que necesitan y les hace falta actividad física, que les hace falta el sol y salir. No quiero parecer irresponsable, pero yo estoy muy cierta en que si los niños tienen un sistema inmune fuerte, que se fortalece con la actividad física, la risa, la alegría y el ser un niño que no esté encerrado, es mucho mejor. Asumiré el riesgo de que si ellos van a ir a la escuela, pues no van a poder visitar a sus abuelos por ejemplo, o a conocidos que sean catalogados como población vulnerable”, comenta Alejandra “M”, madre de una niña de 9 años.
“Mi preocupación es que pierdan un año de ser niños por miedo”, indica.
No obstante, Salinas Parra cree que mandar a los niños a las aulas en medio de una crisis sanitaria sin controlar, es un poco practicar el juego de la ruleta rusa. “No sabes cuándo te va a tocar; no sabes si tu hijo, a lo mejor, es asintomático y no pasa nada; o resulta que si lo adquiere y contagia a alguien, por ejemplo un abuelito o una abuelita, o a alguien que tenga alguna comorbilidad y que además puede caer en el hospital.
“Tenemos que ser realistas; no tenemos que caer en pánico, pero sí aceptar que las cosas son así. Además debemos ser responsables, con nuestros hijos, con la familia y con quienes nos rodea”, comenta.
Sugiere que, aunque los niños no formen parte de la población de riesgo, sí pueden ser portadores y pueden llevar y traer el virus y contagiar a personas que sí lo son. Por otro lado, el hecho de que no sean población de riesgo, no significa que no puedan adquirir el virus, que no vayan a enfermar y que no vayan a estar graves.
La preocupación a que se contagien o contagien a otros
A principios de julio, el doctor Emmanuel Sarmiento Hernández, director del Hospital Psiquiátrico Infantil “Dr. Juan N. Navarro”, informó en conferencia de prensa que hasta ese momento se contabilizaron 6,212 casos confirmados de contagio entre niños de 0 a 17 años, de los cuales, 109 fallecieron por complicaciones relacionadas al Covid-19, según datos oficiales de la Secretaría de Salud.
Los especialistas sugieren que una parte de estas cifras se debe al hecho de que en México exista una gran prevalencia de enfermedades como la diabetes infantil y la obesidad. Sin embargo, Sarmiento Hernández destacó que la mayoría de los niños que son hospitalizados por casos de Covid-19 presentan estrés emocional, depresión y ansiedad de separación.
“Siento que sería muy riesgoso que ellos vayan en estas circunstancias, como estamos actualmente y si eso no cambia, es mucho más riesgoso que se presenten en la escuela así porque la realidad es que hay muchas personas que no lo están tomando en serio, que no se cuidan y tú no sabes eso, entonces creo que es la mejor decisión”, dice Sonia “S”, madre de una niña de 9 años.
«Con el tema de la ansiedad por encierro, yo estoy trabajando con mis hijos para que no les afecte, con actividades, platicando con ellos. Incluso no es que estén encerrados todo el tiempo, me organizo con un grupo de mamás de sus amigos que también han estado en cuarentena y de repente los juntamos para que jueguen o los llevo al parque para que corran un rato, por supuesto con las medidas necesarias», indica María «G».
Y aunque en el informe de la Secretaría de Salud, Sarmiento Hernández destacó que a nivel mundial se registran 2% de pacientes pediátricos infectados, de los cuales 5.9% han presentado complicaciones y requieren ser hospitalizados, la posibilidad no es nula.
No obstante, aunque la posibilidad de no enviar a los niños a las aulas sea algo que muchos padres están decidiendo, hay otro sector que no puede darse esos lujos.
Padres trabajadores no tiene otra alternativa
“Para mi no será posible no enviarlo a la escuela. Yo debo trabajar; desde que inició la cuarentena mi esposa y yo continuamos con nuestras labores casi normalmente, por lo que las clases en línea y todo lo que implicaba que mi hijo continuará con la escuela desde la casa nos complicaba mucho.
“Mi hijo va en la secundaria y le dejamos la responsabilidad de aprender solo y de hacerse responsable de sus clases en línea, lo mismo con sus hermanos que van en la primaria, porque nosotros debíamos trabajar, a mi me dieron la opción de trabajar desde casa, pero con un sueldo mucho más bajo por lo que no pude acepar. Por eso para mi es necesario que regresen a las aulas para que haya profesores que los acompañen y los guíen ya que nuestra situación económica y familiar no nos lo permite”, indica Israel “N”.
También, existe el tema del miedo a la deserción escolar. En junio, el subsecretario de Educación Básica, Marcos Bucio Mújica explicó que para el próximo ciclo escolar, alrededor de 2 millones 292,471 de alumnos transitarán de sexto de primaria a primero de secundaria, mientras que 2 millones 45,495 estudiantes con certificado de secundaria, estarán en posibilidad de incorporarse a la Educación Media Superior.
Sin embargo, durante la reunión virtual con integrantes de la Subsecretaria de Educación Básica, el funcionario advirtió que la pandemia evitaría que 39% de los estudiantes que concluyeron la secundaria hagan dicho tránsito.
La falta de acceso a la tecnología puede ser una limitante para continuar con clases en línea
“Yo por ejemplo no tengo la posibilidad de que tomen clases en línea, ahorita lo están haciendo con las clases en la televisión y de plano ni hacen nada. Luego los dejamos que vayan al café internet y bajen algunas tareas que les dicen, pero no tenemos computadora en casa y por eso se nos complica que no sigan en la escuela”, dice Edmundo “C”.
La otra gran problemática para muchas familias es la imposibilidad de continuar con las clases en línea. De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares 2019 del Inegi, en México, 7 de cada 100 hogares no cuentan con televisión y 44 de cada 1000 no tienen internet, por lo que una posibilidad de que las clases en línea continúen desde casa, no es una realidad para todos.
Incluso en países con mayor acceso tecnológico, algunos expertos coinciden en que las clases en línea no son lo mejor. “La educación remota no funciona muy bien para muchos niños”, especialmente para niños pequeños y familias de bajos ingresos, dijo Jesse Rothstein, profesor de política pública y economía en UC Berkeley a Los Angeles Times.
“Para mi tener a un niño de 4 años en clases vía Zoom se me hace innecesario. Cuando las autoridades digan que puedo mandar a mi niño a las clases presenciales lo voy a dejar ir, porque yo si noto que le hace falta convivir con otros niños, con las maestras y tenerlo en clases online no se puede, ni siquiera pone atención”, comenta Magda “N”.
AHORA LEE: 4 consejos de ciberseguridad para un retorno a clases virtuales seguro
