- Las finanzas públicas no son sustentables en el largo plazo, ya que la deuda alcanzaría 69% del PIB en 2030, según el CIEP.
- Pero el gobierno de AMLO asegura que no aumentará impuestos, por lo que una opción viable sería eliminar beneficios fiscales.
- En la discusión también podría revivir la propuesta de aumentar el IVA a productos tasa cero a ciertos alimentos.
La Secretaría de Hacienda está preparando una reforma fiscal que se discutirá después de los comicios electorales. Para muchos, reforma fiscal es sinónimo de subir impuestos. Pero el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) aseguró que no será el caso. Esto sugiere un plan para eliminar beneficios fiscales, como exenciones o deducciones a los que más ganan.
Pero lo que es claro, es que el sistema tributario no es sostenible. Y este es un problema que se agravó por la pandemia, de acuerdo con el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP). Para el 2030, la deuda del sector público representará dos terceras partes de la producción económica del país, según este centro sin afiliación política.
Además de la estructura de impuestos y gasto público, México enfrenta problemas como una baja recaudación en estados y municipios. También enfrenta un reto generacional. La transición demográfica, es decir, el aumento de adultos mayores con respecto a los jóvenes también tendrá un efecto negativo en los recursos disponibles. Sobre todo para el pago de pensiones y el gasto en salud pública.
México es el país con menos recaudación entre los países de la Organización para la Coooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Apenas recauda un equivalente de 16% con respecto al Producto Interno Bruto (PIB), mientras que el promedio ronda en más del doble, cerca de 35%.
Una reforma sin más impuestos
El gobierno de AMLO hasta el momento no ha propuesto nuevos impuestos. Se ha enfocado en aumentar el cobro a grandes empresas, así como mejorar la eficiencia en la recaudación fiscal. También en recortar el gasto con el objetivo de mantener el balance en el presupuesto.
Pero una de las estrategias que se podría poner en marcha es la cancelación de deducciones, exenciones, tasas diferenciadas y créditos fiscales que disminuyen la captación de recursos. De acuerdo con el CIEP, estos beneficios están concentrados en la población que más gana. Esto hace que muchos de estos esquemas sumamente regresivos.
Es decir, las deducciones de impuestos personales se realizan entre los sectores que más gastan. Por lo tanto, el gobierno tiene menos dinero disponible para distribuir entre el estrato más pobre. A estos esquemas se les define como gasto fiscal.
El CIEP calculó que este gasto fiscal ascendió a 898,000 millones de pesos en 2020. «Este monto representa más del total destinado a salud, vivienda y servicios comunitarios». Sobre este tema, el CIEP declinó hacer alguna predicción de cuál será la ruta a seguir por parte del gobierno, debido a que no se ha emitido suficiente información oficial.
Se revivirá la idea de aumentar IVA
En la discusión de una reforma fiscal será inevitable hablar de un posible aumento de impuestos. Existen varios esquemas, como por ejemplo, subir la tenencia vehicular. Pero esta idea ha quedado fuera en los últimos años, debido a su alto costo político. Actualmente, varios estados ofrecen descuentos o han eliminado a este gravamen.
Pero de acuerdo con un análisis de BBVA, el Impuesto al Valor Agregado (IVA) relacionado con el consumo es uno de los más progresivos —que más impuesto cobra a los ricos— y que más fácilmente podrían aumentar la recaudación.
De acuerdo con un análisis del Fondo Monetario Internacional (FMI) se tendría que eliminar la tasa cero a alimentos y medicinas, con excepción de productos que integren la canasta de consumo básico, señaló BBVA.
Para no afectar a los sectores con menos ingresos, un aumento al IVA tendría que venir de la mano de mejores programas de asistencia social a la población más pobre. Esta medida podría subir la recaudación fiscal en al menos 1% del PIB.
«De no implementarse una reforma con ese fin, la trayectoria de la deuda pública mostrará una tendencia positiva en el mediano y largo plazo poniendo en riesgo sustentabilidad así como el grado de inversión en las calificaciones crediticias del país», advirtió la institución.
