Simon Dalgleish

Simon Dalgleish

Simón Dice

En una columna anterior te hablé sobre cómo comenzar a invertir si ya estás en la segunda parte de tu vida (es decir, tus 40). Hoy quiero hablar sobre uno de los factores que lleva a la gente a esta situación: la falta de educación financiera en la primera parte de su vida.

En todo el mundo, no solo en México, es común la falta de educación financiera durante la infancia; es recién cuando conseguimos nuestro primer empleo (que dependiendo de la situación puede ser a los 18 años o poco antes, e incluso hasta después de terminar la universidad, pasados los 22 años) que comenzamos a aprender sobre ahorro, inversiones; afores, créditos y otros conceptos… y la mayor parte de forma empírica.

Si ya tienes hijos o estás pensando en tenerlos, debes tener este tema presente en su educación para darles las mejores herramientas para su futuro. ¿Cómo se deben enseñar finanzas a los niños? Hay diferentes aproximaciones, y aquí te comparto mi punto de vista al respecto.

El primer paso: sensibilizar

Entre los 5 y 8 años los pequeños comienzan a pedirte que les compres cosas, ya sean dulces o juguetes. Entonces podemos hacer la primera intervención: hay que sensibilizarlos sobre el valor del dinero y cómo se gana. Si tienes la costumbre de darle su “domingo”, anímalo a que no lo gaste todo en cuanto lo recibe (que suele ser algo muy común entre los niños).

Cuando comience a tener un pequeño ahorro, la próxima vez que te pida comprarle algo de poco valor (como una botana, por ejemplo) puedes proponerle “esto lo puedes pagar con tu dinero, ¿no crees?”. Esto les dará una visión sobre que todas las cosas tienen un precio, y no es solo monetario, sino que hay trabajo detrás.

Explícales cómo ganas tu dinero y por qué esto hace posible que tú les des una parte a ellos. Además de poner la primera piedra para su educación financiera, también les estás dando una buena razón para estudiar: si quieres comprar cosas, necesitas dinero; para ganar dinero, debes realizar un trabajo; y para tener trabajo, necesitas aprender a hacer algo.

El segundo paso: fomenta el gasto responsable

Después de formar el hábito de ahorrar y saber que el dinero debe ganarse, lo siguiente es guiar a los niños para que sepan en qué cosas vale la pena gastar y en cuáles no es una buena idea. Puedes llegar a un acuerdo en el que ‘obligues’ un poco al ahorro, por ejemplo ahorrar 50% de lo que recibe, en una alcancía o lugar que no puede ocuparlo, pero si llevar control de él.

Esta última parte depende de la propia personalidad del niño; habrá algunos que por sí mismos controlen su gasto, mientras que otros necesitarán un poco más de ayuda. En todo caso es necesario que siempre estés atento a la forma en cómo desean utilizar sus ahorros. Lo que me lleva al siguiente punto.

El tercer paso: supervisa su camino

Nunca dejes de supervisar a tus niños: hay cosas en las que definitivamente no quieres que gasten. Me he enfrentado (y estoy seguro que muchos de ustedes también) a que los niños no quieren usar su dinero para comprar ropa u otros artículos de utilidad, porque lo ven innecesario, pero no les parece mala idea despilfarrar dinero en skins o gemas para su videojuego favorito (que encima de todo, ¡no les aportan nada en el propio juego!).

Aquí, nuevamente, todo depende de la personalidad de cada niño y hacia dónde consideres que es mejor guiarlo. Recuerda que lo importante es mostrarle el valor de invertir en bienes duraderos y de utilidad, dentro de sus posibilidades, antes que en banalidades: una computadora para hacer sus tareas tiene más valor que un juguete que vieron en algún video de YouTube y quieren tener por capricho o moda, por ejemplo.

También conozco de gente que ayuda a sus hijos a conocer los conceptos del interés compuesto, haciéndolo en casa; es decir, tú eres el encargado de pagarle intereses sobre el dinero que decida invertir contigo, es una forma de enseñarle en un microescenario controlado, como el dinero puede generar más dinero.

Un trabajo en equipo

Por último quiero mencionar un punto muy importante, y es la responsabilidad compartida entre los padres de los niños o adultos a su cargo. Cada familia tiene hábitos que permean en las siguientes generaciones, pues son conductas muy arraigadas que aprenden desde pequeños; esto incluye el hábito de ahorrar, gastar en exceso, comprar todo a crédito o utilizar solo efectivo.

Por esto, la educación financiera es una responsabilidad que sigue recayendo totalmente en la familia y por ende todos en ella deben ocuparse de educar a los más pequeños. A diferencia de otras habilidades, como el manejo del inglés o la computación, que hace varios años eran un extra para la educación para los niños pero que ahora están integrados en prácticamente todos los planes de estudio en las escuelas, la educación financiera sigue fuera del radar académico en general, y es nuestra responsabilidad como padres formar y reforzar.

Por ahora, considero que estas recomendaciones cubren cómo iniciar a los niños en el manejo del dinero, antes de pasar a temas más específicos. Me gustaría saber si hay un factor en particular sobre la educación financiera en los niños del que te gustaría saber o, si por el contrario, tienes una sugerencia o complemento sobre los puntos que aquí toqué.

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

Descubre más historias en Business Insider México

Síguenos en Facebook , InstagramTwitter y LinkedIn

Consulta a más columnistas en nuestra sección de Opinión