Hace algunos días recibí la llamada de un amigo, quien de vez en cuando me comenta algunas de sus estrategias de inversión, o me platica sobre algún suceso importante en un sector o industria. En esta ocasión me dejó un poco preocupado, ya que después de un año de algunas pérdidas, me comentó que uno de sus asesores financieros le recomendó volver líquidas todas sus inversiones y esperar a ‘un mejor momento’.
En ocasiones recibimos recomendaciones que parecen lógicas, pero que debemos pensar varias veces antes de actuar. Entiendo que venimos de un año muy complicado, donde tal vez vimos que nuestro portafolio pudo perder valor. Comprendo la preocupación y angustia que eso puede ocasionar; sin embargo, como mencionamos antes, nunca es buena idea liquidar todas tus inversiones. ¡Nunca!
Una idea que comparto en distintas charlas, es que hay 20 días al año que generan el 80% de tu ganancia. Salirte de una inversión representa 100% de probabilidad de perder esa oportunidad. Si no estás vigente te perderás uno de esos días. Sin duda puedes jugar en el margen; por ejemplo, reducir un poco la cantidad que tienes invertida en un sector y moverlo a otro lado, o hacer líquido una parte por si quieres prepararte para un escenario negativo (aunque para eso es tu fondo de emergencia).
¿Qué sucedió aquí? ¿Por qué el asesor dio esta recomendación? Tristemente siento que fue porque le beneficiaba a él y no a mi amigo. Los asesores financieros, especialmente si son brokers de casas de bolsa, reciben una compensación por los movimientos, no por el dinero que te hacen ganar. Siento que aquí pesó que en una situación de angustia para un cliente, la comisión por liquidar el 100% activos era mayor de lo que significaba; por ejemplo, mover el 20%.
Para mi amigo, sería ingenuo tomar ese consejo y, francamente, vi un abuso de su asesor. Es importante recordar que con quien estás tratando también tiene sus propios intereses. Se van a alinear contigo, pero no te puedes confiar. Un buen asesor financiero debe tener experiencia, certificaciones profesionales relevantes, historial de éxito en la gestión de carteras de inversión, e igual de fundamental es que muestre transparencia y honestidad en la comunicación y toma de decisiones, así como enfoque en las necesidades y objetivos de inversión de su cliente.
No hay una receta secreta para encontrar un buen asesor, hay muy buenos allá afuera, pero la reflexión adicional es: ten cuidado con los consejos, y más con las decisiones que tomes en un momento de angustia. NO hay que decir sí con las tripas, sino con el cerebro. Aprovecha y platica con otras personas, no dependas sólo de una opinión. Y recuerda que debes entender lo que estás haciendo, no tienes que ser el megaexperto, pero sí avanzar y aprender más sobre este tema.
Puedes pensar que todo se va a caer, pero también puedes estar equivocado. Dirige tus decisiones, cambia un 10 ó un 20%, nunca te vayas a liquidar más del 30% de tus inversiones. Elige una decisión racional conforme a tus convicciones, toma en cuenta tu instinto, pero no pongas en riesgo la construcción de tu patrimonio. Un movimiento drástico puede ser una decisión muy cara, recomprar tus cosas te podría salir más caro que esperar, recordemos que en el largo plazo, en lapsos de 10 años, existen eventos complicados, pero se tiende a subir, lo peligroso es tener todos los huevos en una canasta o ir apostándole a tratar de ganarle o adivinar el mercado.
Reafirmo que tener un asesor financiero se vale y es bueno, están más metidos en el tema, es su trabajo de todos los días, su perspectiva y opinión es interesante y relevante, pero no puedes ir ciegamente por ellas. Sus recomendaciones son sólo eso: recomendaciones, la decisión es tuya y debes asumir la responsabilidad; por ello, conoce más sobre la actividad de inversión y sobre los motivantes de los distintos actores, no dudes en usar la tecnología, hay plataformas donde tomas control sobre tus decisiones de inversión y eso es darle variedad y flexibilidad a cómo inviertes.
¿Cuál es mi recomendación para esta primera parte del año? ¡Calma! Evita tomar decisiones basadas en el miedo o en rumores sin fundamento, mantén una diversificación adecuada en diferentes clases de activos y mercados; revisa y ajusta periódicamente la cartera en función de los cambios, pero también de la reflexión que hagas sobre el mercado. Cuéntame qué opinas. Si tienes buenos asesores, no dudes en recomendarlos.
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