Paul Alejandro Sánchez

Paul Alejandro Sánchez

Energía Circular

La mayor parte de nuestras vidas somos consumidores activos. No importan las preferencias de mercado o las dinámicas estatales, siempre buscamos la posibilidad de obtener un buen trato. Somos racionales ante tal situación y por ello nos atraen las ofertas, de todo tipo; algunos, por ejemplo, esperan hasta el 7 de enero para ir por la rosca de reyes como parte de sus elecciones como consumidores activos.

Esperamos el Buen Fin o el Hot Sale con cierta anticipación y reaccionamos de forma positiva a ese 3 x 2 o 40% de descuento. Incluso, una máxima del marketing dice que lo importante, en muchas ocasiones, no es el precio, sino el descuento.

Además de consumidores informados, nos gusta ser consumidores participantes, por eso participamos en las dinámicas tales como: “visítanos 10 veces y tienes un café gratis” o quizá un corte de pelo; o «si presentas este cupón obtienes» un porcentaje de descuento adicional. Y ¿qué decir de los puntos? Nos gustan los puntos en el súper, en las tarjetas, en el monedero de la tienda departamental… Sin embargo, en el sector energético nos falta aún camino por andar.

Nuestra realidad histórica nos ha llevado a considerar que es correcto tener solo una opción, que el precio deba estar controlado o determinado por el Estado y que no podemos elegir libremente; somos contribuyentes cautivos.

La realidad respecto a los contribuyentes, aun si eres el más cumplido, es que a nadie le gusta pagar impuestos. Lo que quiero decir, y disculpen la generalización, es que todos hemos sentido ese romper del corazón cuando vemos el ingreso bruto y luego las retenciones o ese saldo que liquidar en nuestras declaraciones mensuales o anuales.

En esa misma lógica, quien haya comprado boletos de avión recientemente habrá notado que en ocasiones la TUA (Tarifa de Uso de Aeropuerto) es más cara que el mismo vuelo; o también sabemos que en los últimos años el IEPS a las gasolinas constituye una parte muy importante del precio final.

Pero, ¿hay espacio para tener un rol más activo como consumidores en el sector energético?

Por supuesto y, al menos, en el sector gasolinero y de gas LP íbamos por ese camino. Permítanme poner algunos ejemplos: en un cruce en mi ciudad hay cuatro gasolineras, a las cuales no pondré nombre. La del precio más bajo es la que está más llena, la fila se extiende hacia la otra cuadra; pero su terminal para tarjetas casi nunca sirve, y quienes no pueden cargar ahí, van a la segunda.

A veces, la tercera regala promociones para restaurantes o el cine, por lo que no es inusual que tengan fila. La cuarta es la única de 24 horas y captura el tráfico nocturno.

Al final, como consumidores, tú tomas la mejor opción. Si se estableciera una directriz de precio máximo, como ahora vemos en el gas LP, entonces sería muy probable que todas se acercaran los más posible a dicho precio máximo y no establecerían dinámicas de precio muy competidas.

En el sector eléctrico, la cosa es más compleja. Si bien han existido opciones históricas para empresas, todos y cada uno de los casi 50 millones de usuarios domésticos del país, le consumimos energía a CFE. Somos contribuyentes cautivos que cada mes vemos cómo aumenta el precio de la electricidad lo mismo que aumenta la inflación —inflación que a su vez se determina en parte por los costos de la electricidad.

De acuerdo con datos oficiales, en Reino Unido, Australia y algunos países de Europa, los usuarios que más han ahorrado en términos de tarifas eléctricas no son los que se encuentran en una tarifa regulada, protegida por el Estado que solo sube lo que sube la inflación. No, son aquellos que aprovechan los descuentos, promociones o mejores alternativas y cambian de proveedor de forma frecuente.

Tenemos mucho por hacer y el primer paso es desmitificar que somos usuarios protegidos porque no tenemos la capacidad de elegir y buscar las mejores opciones en el mercado, pues en realidad nos consideran más bien contribuyentes cautivos.

Brenda Peralta / Business Insider México

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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