• El incremento de los edulcorantes en los alimentos envasados está afectando al paladar en cuando a cómo percibe los sabores.
  • En los 10 últimos años el consumo de este tipo de azúcares ha subido un 36% a nivel mundial.
  • El estudio señala que los edulcolorantes aumentaron 50% en los países de ingresos medios, como China e India.
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Una investigación de la Universidad de Cambridge, revela que la cantidad de azúcares añadidos y edulcorantes no nutritivos en los alimentos y bebidas envasados se ha intensificado mucho durante la última década.

El estudio, que analiza datos de ventas de mercado en todo el mundo, examinó la cantidad de azúcar y edulcorantes no nutritivos vendidos en alimentos y bebidas envasados entre 2007 y 2019. 

Una de las claves es que la cantidad de consumo de edulcorantes no nutritivos en las bebidas por persona ahora es 36% más alta a nivel mundial.

Igualmente, los azúcares agregados en alimentos envasados son 9% más altos. 

Alteraciones en el paladar por endulcolorantes

Estos edulcorantes no nutritivos se agregan más comúnmente a la repostería. Los helados y las galletas son los alimentos que más rápido han implementado este ingrediente.

Así, el suministro de alimentos envasados se vuelve cada vez más dulce, lo que afecta a la percepción del paladar.

Ese cambio en la apreciación de los sabores incita a querer ingerir más alimentos dulces. Algo que es de particular preocupación para los niños, quienes todavía están desarrollando sus preferencias gustativas.

La cantidad de azúcar añadida en las bebidas también ha aumentado también a nivel mundial

El estudio señala que los edulcolorantes aumentaron 50% en los países de ingresos medios, como China e India. El consumo, sin embargo, ha disminuido en los países de altos ingresos, como Australia y los Estados Unidos.

Aún así, sigue siendo muy alto.

Por ejemplo, solo en Australia se exceden las recomendaciones de consumo diario de azúcar por culpa de este tipo de alimentos. Toman promedio de 14 cucharadas al día de azúcar, cuando las indicaciones serían entre 6 y 9.

Existe una diferencia en el uso de azúcares añadidos y edulcorantes entre los países más ricos y los más pobres. 

El mercado de alimentos y bebidas envasados en los países con ingresos altos está saturado debido, en parte, al modo de vida. Para seguir creciendo, las grandes compañías se están expandiendo a países más pobres.

Efecto contradictorio en las políticas de control

El estudio de Cambridge demuestra un doble estándar en el endulzamiento del suministro de alimentos, con fabricantes que ofrecen productos menos dulces y «más saludables» en los países más ricos.

Para reducir los daños en la salud derivados de esta ingesta elevada de azúcares, muchos gobiernos han comenzado a legislar para frenar el consumo.

Los impuestos sobre el azúcar, las campañas de educación, las restricciones publicitarias y el etiquetado se encuentran entre las medidas más populares.

Estas acciones pueden incitar a los fabricantes a sustituir parcial o completamente el azúcar con edulcorantes no nutritivos para evitar sanciones o satisfacer las preferencias cambiantes de la población. 

De este modo, la investigación señala que las regiones con un mayor número de acciones políticas para reducir el consumo de azúcar registran un aumento significativo en los edulcorantes no nutritivos que se venden en las bebidas.

El azúcar es un problema a largo plazo

Depender de edulcorantes no nutritivos como solución sustitutiva conlleva grandes riesgos. A pesar de su falta de energía dietética, estudios recientes sugieren que este consumo puede estar relacionado con diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas. Además, puede alterar el microbioma intestinal. 

Por si fuera poco, algunos tipos de edulcorantes se consideran contaminantes ambientales y no se eliminan de manera efectiva de las aguas residuales.

Estos endulzantes solo se encuentran en los alimentos ultraprocesados, que se fabrican industrialmente, contienen ingredientes que no se encontrarían en una cocina casera y están diseñados para ser «hipersabrosos».

Otro problema es que se pueden percibir con cierto «halo de salud» si no contienen azúcar, engañando al público y desplazando potencialmente a otros alimentos más nutritivos.

El estudio concluye en la necesidad de monitorizar el creciente aumento del dulzor de los alimentos y bebidas y el uso de azúcares añadidos y edulcorantes no nutritivos. Algo que, sin duda, tendrá consecuencias en las futuras preferencias de sabor, elecciones de alimentos y salud.

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