• Boeing fue considerada en su día una empresa modelo, pero los controles de calidad se redujeron al mínimo y muchos temas comenzaron a crearle una mala reputación.
  • Para la empresa, no abordar adecuadamente los problemas de seguridad conocidos debido a presiones financieras y competitivas tuvo consecuencias.
  • Las startups se ven impulsadas por la necesidad de introducir rápidamente innovaciones en el mercado; pero deben tener cuidado con la tentación de recortar gastos.
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Este mes, un avión Boeing perdió un panel externo durante un vuelo; a pesar de ello, pudo aterrizar sin problemas en Oregón. Es el último problema que se conoce sobre el fabricante de aviones.

Podríamos pensar que los fabricantes de aviones tienen una cosa en mente por encima de todo: la seguridad de sus productos. Aunque pueda sonar cínico, los accidentes aéreos causados por fallos de diseño o falta de control de calidad no contribuyen al aumento de las ventas. 

El público reaccionó ante los incidentes, porque, ¿quién quiere subir a un avión con la sensación de que podría ser su último vuelo? Las compañías aéreas también son muy sensibles en materia de seguridad, debido a que, cualquier problema podría disminuir el número de pasajeros.

El fabricante de aviones Boeing está presentando este tipo de problemas severos en sus aviones que golpearon su reputación.

Hasta los años 90, Boeing se consideraba una empresa modelo en el sector. Modelos como el Boeing 737 o el legendario Boeing 747 (jumbo jet), que establecieron nuevos estándares en la industria, tanto en términos de tecnología como de seguridad. 

Sin los estrictos controles y la estrecha red de seguridad en la producción que Boeing había introducido para todo el sector, la industria aeronáutica nunca habría crecido tan rápidamente. Pero a finales de los años 90, el asunto quedó en el olvido.

Los beneficios superan a la seguridad

Los controles de calidad se redujeron al mínimo, los procesos y la producción contrataron a proveedores y la dirección hizo todo lo posible por reducir costos. Parte del ahorro se hizo también a costa del desarrollo de nuevos tipos de aviones.

Pospusieron la sustitución de la anticuada flota de 737 por un modelo nuevo y moderno.

Al mismo tiempo, Boeing se vio presionada por su competidor Airbus, con modelos más nuevos y mejores. Boeing se encontró sin alternativa y atornilló enormes motores al anticuado 737, lo que a su vez causó problemas con la estabilidad del avión. 

Como consecuencia, se instaló un software para corregirlo. Pero este, a su vez, era propenso a errores porque no se había probado lo suficiente. Esto provocó el accidente de dos Boeing 737 en 2018 y 2019.

Las decisiones de gestión de los últimos diez años funcionan, pero solo para los beneficios de los accionistas.

Fueron las acciones de la dirección las que cambiaron la cultura corporativa de Boeing; que pasó de la excelencia en el diseño aeroespacial, la calidad y la seguridad, a centrarse en los beneficios a corto plazo y la distribución de efectivo a los accionistas, que volvieron a comprar acciones.

Las startups están sometidas a una gran presión

Irónicamente, las decisiones tomadas en nombre del beneficio de los accionistas en las últimas dos décadas tuvieron un precio y les costaron 87,000 mdd estadounidenses desde 2018. 

El daño a largo plazo para la reputación y la posición de mercado de Boeing es aún mayor, ya que Airbus vendió más aviones nuevos que Boeing en los últimos cinco años. El Boeing 737 MAX 8 se convirtió en sinónimo de especulación y avaricia, y les dejaba a los pasajeros una sensación de inquietud y peligro cuando subían al avión.

Las startups pueden aprender una importante lección de esto. A menudo se ven impulsadas por la necesidad de introducir rápidamente innovaciones en el mercado; pero deben tener cuidado con la tentación de recortar gastos, especialmente cuando se trata de la seguridad del cliente y la fiabilidad del producto. 

No abordar adecuadamente los problemas de seguridad conocidos debido a presiones financieras y competitivas puede tener consecuencias desastrosas. Aunque Boeing es una empresa demasiado grande para fracasar, no podemos compararla con empresas de nueva creación.

Un error puede significar el fin.

Establecer una cultura abierta al error

Especialmente en sectores muy regulados, como el de las tecnologías financieras, la tecnología sanitaria y la movilidad, es necesario garantizar que no solo se cumplen las normas, sino que las superan. 

Crear un marco de cumplimiento sólido y considerar a los reguladores como socios a la hora de garantizar la seguridad y la fiabilidad de los productos puede ayudar a las startups a navegar con éxito por entornos normativos complejos.

Las startups necesitan cultivar una cultura donde los problemas potenciales se aborden antes de que se agraven. Las malas noticias deberían viajar más rápido internamente para resolverse, que externamente.

Esto incluye comunicarse de forma transparente con todos los implicados, admitir los errores y tomar medidas correctivas en el instante.

Todo esto cuesta dinero, pero garantiza que la empresa tenga un futuro.


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