• American Fiction ganó el premio Oscar a mejor guion adaptado y ya la puedes ver en Prime Video. 
  • La película sigue la historia de Monk, un novelista que está frustrado con la industria literaria estadounidense y los estereotipos sobre los escritores negros.
  • ADVERTENCIA: El siguiente artículo contiene spoilers de American Fiction. 
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Inspirándose en la novela de Percival Everett, Erasure (2001), el debut como director de Cord Jefferson en American Fiction ganó el premio Oscar a mejor guion adaptado.

La película sigue al desilusionado novelista, convertido en profesor, Thelonious “Monk” Ellison (Jeffrey Wright) mientras lidia con los desafíos de la industria editorial estadounidense. 

A pesar de su claro talento, Monk se enfrenta continuamente al rechazo por su última novela.

Nunca se dice explícitamente, pero queda bastante claro que su libro simplemente no es “lo suficientemente negro”. 

Como académico que explora la relación entre la literatura británica negra y sus intersecciones con la industria editorial británica, me sorprendieron las similitudes entre las industrias del Reino Unido y Estados Unidos.

Esta continúa enfrentando críticas globales y ha sido objeto de un escrutinio constante. Particularmente, se dio después del movimiento Black Lives Matter en 2020.

Las protestas llamaron la atención sobre las desigualdades que enfrentan los negros, incluyendo la persistente falta de diversidad y representación en industrias creativas, como la editorial.

Los autores de comunidades históricamente marginadas, incluidos los autores negros, encuentran repetidamente obstáculos para publicar su trabajo, recibir apoyo posterior a la publicación o conseguir una plataforma segura que permita que sus voces sean escuchadas.

La lucha por una representación auténtica

En American Fiction, Monk se topa con el trabajo de Sintara Golden (Issa Rae). Ella ha conseguido un gran éxito con su novela We’s Lives in Da Ghetto, el tipo de “libro negro” que quieren los editores. 

Monk considera que el libro busca complacer la “pornografía de la pobreza negra” y su éxito lo lleva al límite.

En una escena, Monk pregunta a un vendedor de libros por qué los suyos se encuentran en la sección de Estudios Afroamericanos, ya que son “solo literatura”.

Cuando lleva sus libros a la ficción general, se enfrenta a una gran muestra de We’s Lives in Da Ghetto.

Es común encasillar libros de autores marginados. En 2010, la escritora NK Jemisin escribió en su blog que quería que las bibliotecas y librerías dejaran de ofrecer sus novelas en la sección “Ficción afroamericana”, ya que no cree que dicha sección deba existir. 

Continuó diciendo que los escritores que descubren que sus libros están almacenados en esta sección tienen un potencial de ingresos mucho menor después de ser comercializados como un “libro negro”. Además, rara vez venden suficientes copias.

American Fiction
ORION Pictures Inc.

Este encasillamiento refuerza la idea de que solo los lectores negros encuentran interesantes las historias de autores negros. Al enmarcar ciertas historias como representativas de la experiencia negra, los editores pasan por alto otras experiencias negras. Esto provoca que el mercado se sature con representaciones monolíticas de la negritud.

En 2020 se popularizaron los “libros negros”

2020 fue un ejemplo perfecto de cómo los editores encargaron “libros negros” para absolverse de culpa. Se encargaron y comercializaron agresivamente una serie de libros de autores negros. 

Como resultado, libros como Why I’m No Longer Talking to White People About Race —de Reni Eddo Lodge, un libro dirigido a un público blanco escrito por un autor negro— se volvió increíblemente popular durante el apogeo del movimiento Black Lives Matter.

El informe de 2022 de PEN America Reading Between the Lines: Race, Equity, and Book Publishing encontró que las oleadas de esfuerzos de diversidad, equidad e inclusión realizados por la industria editorial desde 2020 han sido temporales.

Se involucraron en este tipo de campañas de equidad y diversidad sin implementar un cambio estructural real.

Las editoriales buscaron “diversificar” sus catálogos, como táctica de marketing y para poder convertirse en influencers en la opinión pública, en lugar de estar sujetas a ella. 

En American Fiction, aunque no se discute abiertamente, estas son las razones probables para la publicación del libro de Golden. Refleja una idea de negritud y experiencia negra que los editores están muy felices de aceptar.

Éxito comercial vs. autenticidad

American Fiction
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En American Fiction, después de que su hermana muere inesperadamente, Monk se convierte en el principal cuidador de su madre, que sufre de Alzheimer. 

En una situación desesperada, necesitado de dinero y apoyo (y enloquecido por la injusticia de todo esto), comienza a escribir.

Bajo el seudónimo de Stagg R Leigh, Monk escribe My Pafology (más tarde rebautizado como Fuck). Es su respuesta al absurdo de la industria editorial, repleta de casi todos los estereotipos negros que se le ocurren, incluyendo pandillas, padres ausentes, armas y drogas. 

Para Monk (e inicialmente para su agente), este es un libro que no se puede vender y que obviamente denuncia el racismo inherente al éxito de libros como el de Sintara Golden.

Sin embargo, para su total desconcierto, un editor que había rechazado su otro trabajo le ofreció un anticipo de 750,000 dólares. Parte del atractivo de este libro para muchos de los tomadores de decisiones blancos con los que se topa es la “autenticidad” percibida de la historia.

Asimismo, bajo el consejo de su agente, asume la personalidad de Stagg Leigh, a quien convierte en convicto que huye del FBI.

Como era de esperar, Fuck se convierte rápidamente en un éxito de ventas.

En medio de todo esto, a Monk se le pide que sea el representante de la diversidad para juzgar un prestigioso premio literario. Resulta que Fuck obtiene una nominación y Monk se sorprende al saber que Golden comparte muchas de sus críticas a Fuck, calificándolo de “complacente».

La conversación entre los dos toca las complejas cuestiones que rodean la autenticidad, la comercialización, la “venta” y la definición de representación significativa. 

Monk critica la novela de Golden como “pornografía traumática”, una historia innecesariamente traumática creada para impactar y entretener. El novelista argumenta que narrativas como la suya simplifican demasiado la experiencia de los negros, “aplanando” sus vidas.

Los autores negros luchan constantemente con la presión de ajustarse a las expectativas del mercado editorial. Sin duda, estos son ejemplos extremos, pero tanto las novelas de Monk como las de Golden son producto de esta presión. 

Aunque Monk parece avergonzarse de perseguir el dinero, Golden no ve ningún problema en ello. La escritura asegura que simplemente está escribiendo a la demanda del mercado.

Los autores negros son más criticados por escribir libros que presentan experiencias estereotípicamente negras

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The Dirty South, de Alex Wheatle, es una de esas novelas que, hasta hoy, enfrenta críticas por describir a los negros como “víctimas eternas”. 

Wheatle se ha defendido subrayando que se inspira en su vida cotidiana real y que cree que los personajes deberían ser tridimensionales.

No obstante, Monk no es capaz de aceptar su propia lucha contra la carga de la representación. Él desea desesperadamente representar la “verdadera” experiencia negra, pero no está dispuesto a creer en narrativas que contradicen su propia comprensión de lo que es la negritud. 

Sin siquiera quererlo, Monk es igualmente culpable de aplanar la experiencia negra por su rechazo al trabajo de Golden.

Tanto la industria editorial británica como la estadounidense enfrentan desafíos paralelos en relación con la representación y el tratamiento de los escritores negros. 

American Fiction muestra estos problemas y destaca la tendencia de la industria a felicitarse por pequeños actos de diversidad percibida, en lugar de tomar medidas significativas.

American Fiction emerge como una voz clara entre los críticos de una industria que ha demostrado que está ávida de ganancias por encima de la inclusión y la representación.

Este artículo se publicó originalmente en inglés.

* The Conversation es una fuente independiente y sin fines de lucro de noticias, análisis y comentarios de expertos académicos.

* Ellis Walker es doctora en Literatura Inglesa de la Universidad de Sheffield.

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