• La falta de equipos para la fabricación de chips es una de las principales razones de la crisis de semiconductores.
  • Esta limita la capacidad de producción de una gran cantidad de productos electrónicos.
  • A medida que la escasez empeora, la guerra por conseguir equipos usados también lo hizo.

La falta de equipos para la fabricación de chips es una de las principales razones de la crisis de semiconductores. Limitó la capacidad de producción de productos electrónicos —desde coches hasta celulares— en todo el mundo.

La pandemia fue uno de los desencadenantes de la actual escasez del mercado. Esto debido a que provocó el cierre de las fábricas necesarias para la elaboración de estos componentes. Al mismo tiempo la demanda de equipos tecnológicos para trabajar desde casa crecía.

No obstante, según Stephen Howe, dueño de SDI Fabsurplus, una empresa que fabrica estos productos, esta tendencia se veía venir desde hace unos años.

Según explica, la industria de los semiconductores atravesó ciclos de auge y caída de forma recurrente. Aunque desde 2016 «la demanda de equipos nuevos y usados para fabricar chips solo creció».

Los expertos explican que esta subida se debe, en parte, al auge del Internet de las Cosas (IoT) los últimos años, informó The Wall Street Journal. Actualmente, el número de dispositivos que cuentan con un chip se ha disparado.

En el segundo trimestre de 2021 —el último con datos disponibles— la industria de los semiconductores vendió más chips que en cualquier otro momento de la historia, informó la Asociación de la Industria de Semiconductores.

Los fabricantes de chips quieren hacer frente a la crisis y prometieron producir más

Los fabricantes de chips prometieron producir más que nunca para dar cuenta a la demanda; sin embargo, según explica WSJ, esto es «difícil o imposible».

Entre las razones, destacan algunas como que la expansión de la capacidad de una fábrica lleva meses debido a la complejidad de elaborar estos componentes; incluso en el caso de los que recurren a tecnología más antigua.

Es decir, si una startup o una empresa con menos experiencia pudiera obtener los equipos para realizar los chips, lo más probable es que no pueda fabricarlos lo suficientemente bien para obtener beneficio. Esto, ya que incluso los grandes proveedores de estos productos tiran una media de 10% de todos los que hacen, por lo que requieren de una gran experiencia técnica.

Así, según Howe, a medida que la escasez se agudiza, la guerra por conseguir equipos usados también lo ha hecho. Por ejemplo, una pieza que valía 100,000 dólares en octubre de 2014, hoy cuesta 1.7 millones de dólares.

De esta forma, los posibles compradores que quieran expandir su capacidad se encuentran entre dos opciones: pagar precios elevados por equipos viejos o formarse para conseguir maquinaria nueva, aunque los periodos de entrega son superiores a los seis meses.

TSMC optó por ampliar su capacidad para fabricar chips antiguos mediante la construcción de una nueva planta en Japón; mientras Intel apuesta por los componentes de última generación.

Wayne Lam, director de investigación de CCS Insight, una firma de asesoría tecnológica, explica que los choques entre la oferta y la demanda que produjo la pandemia, así como el auge de los últimos años de esta última, representó «un reinicio completo de toda la cadena de suministro de semiconductores».

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