• Además de celebrar la creciente participación de las mujeres en la economía, es necesario visibilizar los retos para que el talento femenino siga avanzando con pasos firmes.
  • Es de destacarse el crecimiento en el número de mujeres que ocupan puesto directivos en las empresas o que trabajan en sectores tradicionalmente ocupados por hombres.
  • Sin embargo, todavía es necesario garantizar el acceso a una educación de calidad, mejorar las condiciones laborales e impulsar el acceso a mujeres las carreras STEAM.

El 8 de marzo es un día para recordar la importancia de la lucha de las mujeres por la igualdad de derechos.

Tras más de dos años de pandemia y las múltiples afectaciones y transformaciones que ha originado —principalmente en lo económico—, la fecha invita a celebrar el avance en equidad de género que ha mostrado México en las últimas décadas.

Este día, también es un llamado a visibilizar los retos para seguir avanzando con pasos firmes hacia una mayor participación del talento femenino en la economía.

1. Cada vez más mujeres participan en cargos directivos

El primer motivo para celebrar es el hecho de que las mujeres han aumentado su participación en cargos directivos empresariales a un ritmo de 2% anual. La presencia femenina en la media y alta dirección pasó de 28% a 38% entre 2005 y 2020, de acuerdo con datos de la ENOE del INEGI.

Este último dato coincide con un estudio reciente, realizado por la consultora Grant Thornton, el cual indica que el 31% de las empresas a nivel global tienen mujeres en sus puestos de alta dirección y en México la cifra es de 35%. Con ello, nuestro país es el séptimo con más mujeres en dichas posiciones.

Es importante destacar que para lograr estos resultados en el mundo han influido, entre otros factores, los cambios en las condiciones del trabajo, de cómo se encontraban previo a la pandemia a cómo tuvieron que ser debido a las necesarias restricciones sanitarias.

Y es que, definitivamente, una de las variables más importantes para garantizar la marcha hacia la equidad laboral es proveer las condiciones adecuadas en el ámbito social, laboral o empresarial, entendiendo que la participación femenina en la alta y media dirección no se da de manera espontánea, sino que requiere una progresión de carrera que se tiene que ir construyendo desde las bases. 

El reto: garantizar el acceso a una educación de calidad

Aquí está el primero de los retos por venir y vale la pena ser enfática en la importancia que tiene el acceso a una educación de calidad. Incluso ahora, a más de dos años de haber comenzado la pandemia, vemos con preocupación que ha impactado y provocado mayor deserción escolar, especialmente de las niñas.

Es esencial promover y garantizar las condiciones para que las niñas y mujeres jóvenes puedan tener acceso a educación media, técnica o superior y concluir sus estudios les permitirá adquirir no solo conocimientos, sino también habilidades y experiencia para, eventualmente, participar en esta toma de decisiones y en posiciones en niveles gerenciales y directivos. 

Desde las empresas, también se visualizan retos, uno de ellos es habilitar esquemas de trabajo flexibles y de trabajo remoto como opciones permanentes y, sobre todo, en posiciones de mayor responsabilidad.

Como muestra, durante el pico del confinamiento por la pandemia, en abril del 2020, 23.5% de las personas habían accedido al trabajo desde casa; no obstante, un año después, en mayo de 2021, menos del 6% de las empresas consideraban tener este esquema de forma permanente pasada la pandemia.

Desafortunadamente, esto pone en especial desventaja a la población femenina, dado que, además de trabajar fuera de casa, también hay una mayor participación de las mujeres en las labores no remuneradas dentro del hogar y del cuidado que otras personas, sean niños, ancianos o personas enfermas.

2. Crece la participación de las mujeres en el ámbito económico

El segundo motivo para festejar es el aumento de la participación de las mujeres en general en el ámbito económico y la mejora de los indicadores de trabajo decente de la Organización Internacional del Trabajo sobre igualdad de oportunidades y trato en el empleo entre hombres y mujeres.

El primer dato que nos muestra este avance es el crecimiento de 5% de la participación de la mujer en el empleo formal entre 2005 y 2020. De acuerdo con cifras de la ENOE del INEGI, en las personas empleadas en edad laboral la brecha de género diminuyó en ese periodo de 2.02 a 1.7 puntos. También, se han identificado los sectores que han mejorado en la segregación laboral para las mujeres: corporativo, minería y construcción.

El reto: mejorar las condiciones laborales

No obstante, también se muestran retos en esta área. En cuanto a la precariedad laboral, es decir, las condiciones laborales con las que cuenta un trabajador, actualmente sabemos que afecta a más de la mitad de las mujeres (52.4%), quienes tienen mayor probabilidad de tener un despido rápido y sencillo, además de que, en general, las mujeres ganan salarios bajos con mayor frecuencia: 39% en promedio, en comparación con los hombres (36%), y la brecha salarial de género sigue siendo amplia, de 18.75% de acuerdo con el WEF.

Aunado a esto, la pandemia ha impulsado la mayor incidencia de mujeres en el empleo informal (59%), en comparación con los hombres (57%).

Para avanzar en la disminución de las cifras anteriores, ayudaría que las empresas tengan indicadores para medir con perspectiva de género las diferencias en cuanto a condiciones laborales de sus empleados, y que al hacer negociaciones salariales se basen en tabuladores previamente establecidos y acordes con estándares globales.

3. Las mujeres en la primera línea durante la pandemia

Por otro lado, es preciso celebrar y reconocer la importancia de la participación que han tenido las mujeres en medio de la pandemia.

En ese sentido, merecen especial reconocimiento las doctoras, enfermeras, maestras y, en general, las mujeres en casa que se han dedicado al cuidado de otros, de enfermos, niños en edad escolar y personas en situación vulnerable.

En el caso del trabajo no remunerado en los hogares, desarrollado principalmente por las mujeres, la CEPAL estima que equivale al 24.2% del Producto Interno Bruto (PIB) de México.

El reto: aumentar la participación de mujeres en carreras STEAM

Aquí, vemos el desafío, por ejemplo, de promover mayor participación de mujeres en sectores productivos tradicionalmente conquistados por varones, lo cual se relaciona con el número de niñas y jóvenes matriculadas en carreras STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas, por sus siglas en inglés).

Aunque entre 2012 y 2021 el número de mujeres profesionistas que estudiaron alguna carrera STEAM aumentó 42%, en 2021, solo 13.5% de las mujeres profesionistas eran egresadas de estas carreras. Acceder a estas carreras también permite la mejora en las condiciones salariales dado que son empleos mejor pagados debido a la alta demanda y al tipo de habilidades requeridas.

Sin duda, en el camino para alcanzar una mayor equidad de género todavía hay mucho por recorrer, y es una tarea no solo de los gobiernos, sino también de las empresas y la sociedad en general. Tal vez, en algunos años más, el 8M sea una fecha más para celebrar y menos para reflexionar en lo que hace falta.

Yvette Mucharraz y Cano es directora del Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección (CIMAD) de IPADE Business School.

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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