• Muchos jefes son una fuente interminable de dolor de cabeza, malestar y angustia.
  • De acuerdo con el estudio global que realizó el WFI, 7 de cada 10 empleados creen que podrían hacer mejor el trabajo que su jefe.
  • La opción más obvia para evitar el mal rato de aguantar a un mal líder es correr lejos; la otra es aprender, sí, de un mal jefe también se puede tomar algo, sobre todo lo que como colaborador odiaste que te hicieran.

Sí, existen líderes que hacen sentir miserables a sus colaboradores, ¿te ha tocado alguno? John Hollon, miembro del WorkForce Institute (WFI) de Kronos, asegura que muchos jefes son una fuente interminable de dolor de cabeza, malestar y angustia.

Pero no solo eso, de acuerdo con el estudio global que realizó el WFI, 7 de cada 10 empleados creen que podrían hacer mejor el trabajo que su jefe.

El experto asegura que los malos jefes son aquellos que te mantienen despierto a las 2 de la mañana y le dan un nuevo significado a la melancolía de los lunes. 

Una encuesta de ResumeLab, preguntó a los trabajadores lo siguiente: ¿cuánto tiempo trabajaste para un mal jefe? y ¿por qué lo aguantaste tanto tiempo?

Las respuestas tal vez no sorprenden: la mayoría de los empleados (75%) confesó que aguantó a su jefe por cuestiones económicas; otro 73% pensó que las cosas mejorarían y hubo quien se quedó porque les gustaba el trabajo y sus compañeros (62%).

¿Cuáles son las características que los empleados identifican a un mal jefe? Según ResumeLab, estas son sus respuestas:

  1. Critican a los empleados frente a sus compañeros.
  2. Matan sistemáticamente ideas e iniciativas.
  3. Niegan aumentos o promociones sin una razón válida.
  4. Mienten a las personas, tanto a los empleados como a otros gerentes, en el trabajo.

¿Qué se necesita para ser un gran gerente?

De acuerdo con el artículo de Harvard Business Review (HBR): ¿Por qué los buenos gerentes son tan raros?, estos son los rasgos que tienen los buenos líderes.

● Motivan a cada empleado a tomar medidas y comprometerlos con una misión y visión convincentes.

● Tienen la firmeza de impulsar resultados y la capacidad de superar la adversidad y la resistencia.

● Crean una cultura de responsabilidad clara.

● Construyen relaciones que crean confianza, diálogo abierto y total transparencia.

● Toman decisiones basadas en la productividad, no en la política.

De lo perdido, lo encontrado: ¿Qué puedes aprender de un mal jefe?

La solución más obvia es renunciar al trabajo para no tener que lidiar con él, pero ¿cuántos pueden hacerlo efectivo? Eso pensamos, no es fácil.

La otra alternativa es aprender, sí, de un mal jefe también se puede tomar algo, sobre todo lo que como colaborador odiaste que te hicieran.

Siguiendo el ejemplo de las peores características de un mal jefe, veamos qué provecho puedes sacar de ello:

1. Criticar frente a los compañeros

No hay nada peor que ser exhibido, mucho más frente a los compañeros de trabajo. Por eso es importante que si llegas a estar en un nivel gerencial, busques tener esa conversación con tus colaboradores de manera privada.

Hacer sentir mal a alguien no garantizará que podrá ser más efectivo, es mejor una plática personal y honesta.

2. Matar sistemáticamente las iniciativas

No es que los colaboradores tengan siempre la razón, pero las ideas pueden retroalimentarse y volverse un gran proyecto, ¿por qué decir siempre que no?

Esa actitud generará desanimo entre los trabajadores así que es importante mantener ese espíritu de impulso; no mates sus ideas, mejor pídeles que las aterrice a la empresa.

3. Niegan aumentos o promociones sin una razón válida

Tal vez la empresa no se encuentre en la situación para aumentar sueldos, pero puedes proponer otro tipo de compensaciones, como el salario emocional.

Explicar claramente los motivos por los que en este momento no es posible, será mejor que decir simplemente no, tal vez a la larga dejar la puerta abierta para ello.

4. Mienten a las personas en el trabajo

Las mentiras caen por su propio peso, y no es la imagen que un buen jefe quisiera dar todos, en especial a sus colaboradores directos.

Así que siempre será mejor hablar con la verdad, pese a que no sea lo que los demás quieran escuchar.

«Mi experiencia es que una gran administración requiere mucho trabajo duro y comunicación frecuente, pero muchos gerentes y jefes ni siquiera quieren hacer eso, mucho menos enfrentar los desafíos difíciles que separan a los gerentes reales de los que solo aparentan serlo», asegura John Hollon.

Sin embargo, hay una ventaja: lo mejor de trabajar para un mal jefe es que aprendes todas las cosas que NO debes hacer cuando comienzas a administrar personas.

Sí, no hay nada como aprender de un mal jefe.

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