José Salgado

José Salgado

Economía Espacial

Todas las empresas son empresas espaciales, solo que aún no se han dado cuenta.

James Causey

El espacio está más cerca de lo que imaginamos. Tan solo la Estación Espacial Internacional (ISS por sus siglas en inglés), que es la máquina más cara jamás construida por el hombre, se encuentra 350 kilómetros de la Tierra. Es decir, un poco menos que la distancia manejando de la Ciudad de México a Acapulco. 

Además de tener una constante presencia humana en órbita, el espacio y la tecnología espacial están presentes en al menos 70% de nuestras actividades diarias aquí en la Tierra. Las pantallas planas, la cámara de tu teléfono celular; el velcro, las tomografías computarizadas, los audífonos inalámbricos; la cirugía ocular con láser LASIK, los colchones de memoria y los paneles solares son algunos ejemplos de tecnología que la NASA creó para las misiones espaciales y que encontraron un uso comercial en nuestro planeta.

Esto sin contar con los cientos de aplicaciones de datos satelitales que usamos cada día para mirar Netflix, pagar con tarjeta de crédito; hacer llamadas telefónicas, conocer los reportes del clima, usar Google Maps y pilotear aviones y barcos. 

Y si le agregamos sensores remotos, entonces el espacio nos ayuda también a controlar la producción agrícola, la calidad del agua en ríos y presas, la seguridad estructural de carreteras y puentes; así como a detectar pérdidas de energía en centrales termoeléctricas.

Hasta hace un par de años el sector espacial era solamente el privilegio de gobiernos y agencias espaciales, pero gracias a la inversión privada de varios visionarios, incluyendo al famoso Elon Musk, hoy en día este sector genera 350,000 millones de dólares en ganancias a nivel mundial. Además, un estudio de Bank of America predice que esta industria valdrá 1 billón de dólares en 2040. Esto equivale al producto interno bruto de Japón. 

Entonces, la Economía Espacial se entiende como la oferta y la demanda de todo lo que de la Tierra sale al espacio, lo que ahí sucede y todo lo que del espacio regresa a la Tierra. Esto incluye un gran rango de actividades como cohetes, experimentos en microgravedad, hoteles lunares, satélites; extracción de minerales en asteroides y vuelos privados al espacio, entre muchos otros.

Aunque los gobiernos siguen siendo los principales clientes del espacio, cada día existen nuevas aplicaciones que permiten a sectores como el de la agricultura, energético, fintech; Insuretech, farmacéutico y automotriz, entre otros, acceder al espacio y usar la tecnología espacial como una transversal que afecta todas las industrias de la misma manera que la Inteligencia Artificial lo está haciendo. 

Richard Branson, Jeff Bezos y Elon Musk son los más famosos representantes de la Economía Espacial. Este último, además de construir el primer cohete privado que llevó astronautas al espacio, también está construyendo la constelación Starlink, que tiene como objetivo poner en órbita 12,000 satélites para el año 2025 y proveer a todo el planeta de internet ilimitado a gran velocidad.

De lograrlo, se convertirá en uno de los mayores disruptores tecnológicos de toda la historia moderna, que permitirá el desarrollo del Internet de las Cosas (IoT) como nunca lo hemos imaginado. Actualmente Starlink, la empresa de Elon Musk tiene 500 de estos satélites ya en operación.

Así que no importa el sector en el que trabajes, debemos de comenzar a mirar hacia el espacio, ya que como lo dijo James Causey, director ejecutivo de SpaceCom: “Todas las empresas son empresas espaciales, sólo que aún no se han dado cuenta.”

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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