José Salgado

José Salgado

Economía Espacial

Jorge Delgado es un latino que comenzó su carrera espacial prácticamente a los cuatro años, cuando su familia se mudó de Lima, Perú, a West Palm Beach, Florida.

Era la época de los Space Shuttles. Jorge recuerda juntarse con sus amigos e ir a la playa para ver la estela de humo que dejaban los cohetes que salían desde Cabo Cañaveral, a tan solo dos horas de donde estaban. 

Los lanzamientos eran tan populares que incluso las maestras reunían a los alumnos en el patio de la escuela para verlos, cuando ocurrían durante las horas de clase. 

Por si esto fuera poco para inspirar a un niño de cuatro años, muchas de las personas que vivían en esa localidad, trabajaban también en la empresa Pratt & Whitney, dedicada a hacer motores para la industria aeroespacial. De hecho, Jorge recuerda vívidamente ir caminando por la calle y escuchar el rugido de los motores cuando los prendían para hacer las pruebas. 

La pasión y la disciplina fueron clave para la incursión de Jorge en el sector aeroespacial

Sin embargo, además de la inspiración se necesita una gran disciplina una gran trayectoria académica. Jorge Delgado siempre fue de los primeros de su clase y, para los 15 años, ya había estudiado materias avanzadas de álgebra y matemáticas.

Su deseo por aprender era tal que, al no haber más materias en la preparatoria, decidió inscribirse en el Palm Beach Community College; ahí estudió cálculo y física. Aunque era el más joven de toda la clase y dudaba de sí mismo, al recibir sus altas calificaciones le quedó claro que era capaz de eso y mucho más.

Jorge, logró tantos créditos en el Community College que al empezar la universidad pudo haberse saltado todo un año escolar. 

Estaba claro que gustaban los aviones y los motores, así que decidió estudiar ingeniería aeroespacial. Al no tener acceso a una computadora, Jorge iba a la biblioteca de la escuela para investigar acerca de las universidades que ofrecieran esta carrera. Gracias a esto, y con la guía de sus profesores, decidió aplicar para Penn State University en Pennsylvania, donde curiosamente vio la nieve por primera vez a los 18 años de edad.

Al comenzar la carrera, las dudas lo volvieron a asaltar. ¿Cómo podría un latino, emigrante de Perú, obtener un título de ingeniero aeroespacial? Sin embargo, contrarrestó las dudas con trabajo duro. Así, mientras otros estudiantes disfrutaban de las vacaciones de verano, Jorge encontró una beca para trabajar en el laboratorio del profesor Robert Santoro, donde conoció a otros estudiantes de todo el mundo que tenían las mismas dudas que él. En este laboratorio comenzó a construir turbinas.    

«Decidí que eso era lo que quería hacer»

El trabajo en este campo lo llevó a interesarse por la  termodinámica y la mecánica de fluidos. Como era su costumbre, siguió trabajando en los veranos; así, llegó al laboratorio de Michael Micci, quien desarrollaba propulsores plasma para utilizarse en el espacio.

“Al descubrir los propulsores de plasma, decidí que eso era lo que quería hacer, pero yo no sabía nada de ingeniería eléctrica o la teoría del electromagnetismo. Así que cuando terminó el verano y comenzaron de nuevo las clases, decidí tomar ‘introducción a las dinámicas del plasma’, la clase más difícil que jamás he tomado en mi vida. Pasaba todas las noches en la biblioteca estudiando y confieso que, ahí sí, no fui de los primeros en mi clase” recuerda entre risas Jorge Delgado. 

Al haber encontrado su tema de especialización (propulsores de plasma eléctricos), Jorge fue a estudiar la maestría en Astronáutica y Aeronáutica en la Universidad Purdue. A los pocos meses de haber comenzado, nuevamente la duda se presentó, ¿sería capaz de lograr sus objetivos? Este tipo de cuestionamientos son muy comunes en personas de alto rendimiento. Por ejemplo, el astronauta mexicano-estadounidense José Hernandez menciona exactamente lo mismo en su libro y en la entrevista en esta columna. 

En Purdue, Jorge se codeaba con estudiantes que venían del MIT y Caltech. Tras platicar con ellos, descubrió que todos tenían las mismas inseguridades. 

Jorge Delgado vivió tiempos de cambio en la industria espacial

En 2006 algo comenzaba a cambiar en la industria espacial. La administración del presidente Bush apoyaba la exploración espacial y, como consecuencia, muchas compañías comenzaban a buscar nuevos “rocket scientists”. Los profesores de Jorge Delgado le dijeron que esto era un fenómeno que pasaba pocas veces y que sería buena idea aprovechar esta oportunidad laboral y luego regresar a estudiar. 

Entre las empresas interesadas en contratar estudiantes estaba la de Elon Musk, quién se reunió con estudiantes de Purdue. Aunque Jorge estuvo presente, no consideró trabajar en SpaceX debido a que él buscaba la seguridad laboral que empresas más reconocidas en ese momento podrían aportar.

Trabajó por 9 años en la empresa Space Systems Loral, que se ubica en Palo Alto California. Su trabajo consistía en crear propulsores eléctricos de plasma para satélites privados como el de Direct TV. La ventaja de usar un propulsor eléctrico es que necesita muy poca energía para una aceleración por largo tiempo, a diferencia de un cohete que necesita mucha energía por poco tiempo. Este sistema de plasma sirve para mantener satélites en órbita por un mayor tiempo y contrarrestar los efectos de la gravedad.   

En 2014 Jorge pensó en crear su propia empresa en paralelo, y junto a unos amigos lanzó Orbital Sidekick, una firma que hasta ahora opera en el campo de la observación de la Tierra. Sin embargo, en los primeros días de la empresa, Jorge no tuvo mucha suerte con la recaudación de fondos y como había nacido su primera hija, decidió no arriesgarse y dejó la compañía. 

Este primer experimento con una startup le cambió la mentalidad, ahora estaba dispuesto a cambiar la estabilidad por un riesgo de alto retorno. Fue entonces cuando la empresa OneWeb le llamó para colaborar.

OneWeb fue la primera compañía que propuso la idea de crear una megaconstelación de satélites para proveer a la tierra de internet satelital, años antes que el proyecto Starlink de Elon Musk. Fue en esta empresa que el concepto de propulsores eléctricos de plasma se popularizó, ya que reduce exponencialmente el peso de un satélite, al reemplazar el combustible sólido por uno gaseoso. 

Actualmente Jorge sigue trabajando en el campo de su especialización, como vicepresidente de Apollo Fusion. Esta empresa se dedica a diseñar y construir sistemas de propulsión para satélites comerciales y de gobierno.

Recientemente Apollo Fusion fue adquirida por la empresa Astra, en una operación valuada en 50 millones de dólares. Astra es una empresa que cotiza en Bolsa y se dedica a la manufactura de cohetes. 

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Cortesía | Brenda Peralta / Business Insider México

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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