José Salgado

José Salgado

Economía Espacial

La familia Hernández manejaba cada año 34 horas desde Michoacán hasta California para trabajar en la pisca de frutas y vegetales. Durante nueve meses iban de ciudad en ciudad, siguiendo el ciclo de la cosecha. José, su hijo, asistía a la escuela de lunes a viernes; los fines de semana y en verano, trabajaba en el campo. 

A los siete años, mientras cursaba segundo de primaria, una de sus maestras, Miss Young, fue a la casa de los Hernández. Con la dificultad que supone comunicarse sin tener un idioma común, pues ni ella hablaba español ni los padres de José inglés, les explicó la importancia de quedarse en un solo lugar. 

El gesto de Miss Young fue tan importante que convenció a los Hernández de establecerse en un solo lugar, eligiendo así Stockton, California, donde residen hasta la fecha, y también le ganó un lugar especial en el corazón de José. Tanto, que el 28 de agosto de 2009, cuando viajó al espacio en la misión Space Shuttle Discovery, la maestra estaba sentada al lado de sus padres, viendo a su exalumno cumplir uno de sus más grandes sueños. 

Un niño que soñaba con ser astronauta

La pantalla de la televisión mostraba un cohete sobre una plataforma y el niño no podía dejar de verla. Esperaba, ansioso, que los motores se encendieran y la misión espacial Apolo 17 saliera de la órbita terrestre. 

Era el 7 de diciembre de 1972, el día en que Estados Unidos hizo su primer lanzamiento nocturno de un vuelo espacial humano. También sería, aunque no se sabía entonces, el último alunizaje del siglo XX y la última misión de su tipo. Para José, fue el día que supo que quería ser astronauta.

Como muchos niños, sentía curiosidad por las estrellas y el cosmos. Sin embargo, sabía que conseguir sus sueños se veían cuesta arriba en ese momento: era un mexicano de origen campesino en Estados Unidos que no hablaba inglés y pasaba nueve de los doce meses del año cambiando de ciudad. 

Por suerte, sus padres pensaban diferente. 

Ellos lo apoyaron de todas las formas a su alcance y priorizaron su educación para darle acceso a la vida que él aspiraba a conseguir. Así, se graduó como ingeniero eléctrico en 1986 y en 2001 consiguió un empleo en el Johnson Space Center de la NASA, en Houston, Texas.

josé hernández
Cortesía.

La perseverancia de un astronauta

Antes de ser aceptado en el programa de entrenamiento de astronautas de la NASA, José Hernández recibió 11 cartas de rechazo, pero eso no afectó su determinación. Finalmente, en mayo de 2004, a su doceavo intento, lo logró e inició su proceso para ser el primer astronauta mexicano-estadounidense. 

“Cuando llegué a la NASA, pensé: soy el único con la piel morena, todos están bien preparados”, cuenta Hernández, quien asegura que experimentó el ‘síndrome del impostor’ —un fenómeno en el cual las personas exitosas no son capaces de asimilar sus logros.

“Y uno se pregunta, ‘¿de veras tengo que estar aquí?’ ‘Quizá no estoy calificado para estar aquí’. Al principio me dije ‘no perteneces, aquí hay puros pilotos de pruebas, personas con doctorados en cosas que ni sabía pronunciar, pilotos militares y yo’”, recuerda.

Procuró controlar sus pensamientos y, cuando sentía que el ‘impostor’ volvía, hacía una pausa para recapitular en su vida, en todo lo que pasó desde que era un niño mirando el despegue de la misión Apolo 17 por televisión.

“Tuve que estudiar una carrera y posgrados; pasé 15 años trabajando en un laboratorio nacional de estudio y desarrollo muy prestigioso (el Lawrence Livermore National Laboratory) donde ayudé a desarrollar el láser de rayos x y el primer sistema de campo completo de mamografía digital. Trabajé con el gobierno de Estado Unidos en el área de no proliferación nuclear; aprendí ruso, y luego, por querer ser astronauta, aprendí a ser piloto. Estoy certificado en buceo. Obviamente sí pertenezco aquí. Aunque me costó 11 rechazos, estoy aquí porque lo merezco y porque tengo las credenciales”. 

Esa determinación lo hizo seguir adelante y, revisitar el camino recorrido le ayudó a apreciar más sus logros. Así, en 2009, ante la mirada orgullosa de sus padres y de la maestra que marcó su vida, dejó la Tierra en una misión de poco menos de dos semanas al transbordador espacial Discovery.

jose hernandez astronauta mexicano | Business Insider México
Cortesía.

Actualmente, José Hernández es mundialmente reconocido. Hace pocos días un asteroide localizado entre Marte y Júpiter, el 122,554 Joséhernández, fue nombrado en su honor. “Me dan ganas de verlo en persona”, dice. 

Pero el trabajo espacial de Hernández no se reduce solo a ser astronauta. También ha conseguido grandes avances para el sector espacial. Por ejemplo, con su firma de asesoría ayudó a México a lanzar tres satélites: Bicentenario (2012), Centenario (2015) y Morelos 3 (2015). 

Este astronauta mexicano también da conferencias para inspirar a la gente y es autor de los libros: “El cosechador de estrellas, de campesino a astronauta” y “El niño que alcanzó las estrellas”. Además, su historia será llevada a la pantalla por la mexicana Alejandra Márquez Abella, quien comenzará a filmar la película de su vida este verano. Se prevé su estreno en Netflix el próximo año. 

Libros José Hernández astronauta
Cortesía.

El astronauta ranchero

Al ser hijo de una familia campesina y conocer la labor agrícola desde niño, una de las pasiones de José es trabajar la tierra. Eso lo llevó a emprender una nueva aventura alejada del espacio: una marca de vinos llamada Tierra Luna Cellars.

“Desde niño yo trabajaba en el campo. El campo siempre me ha gustado, mi esposa quiso encontrar un terreno en el campo porque quiere tener gallinas, animales, crecer algo. Pero siempre me emociono yo de más porque encontré un viñedo de 20 hectáreas que ya estaba produciendo uvas; entonces compré ese terreno y construimos la casa en medio del viñedo” dice.

El viñedo lo trabaja con su padre.  Actualmente el vino ya se encuentra en preventa y en mayo comenzará a enviar pedidos en todo Estados Unidos. 

“Es una gran satisfacción, cerrar el círculo; inicié trabajando en el campo y ahora sigo aquí. Pero lo bonito es que trabajo ya por mí mismo: soy el dueño, soy ranchero”.

jose hernandez
Brenda Peralta

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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