Paul Alejandro Sánchez

Paul Alejandro Sánchez

Energía Circular

Leyó aquí primero, hace unos meses, que empezaría la fiebre del hidrógeno en el mundo. Desde entonces a la fecha hemos escuchado notas como la apuesta de Airbus para desarrollar un avión cero emisiones de carbono impulsado por hidrógeno; utilizar los gasoductos de transporte y distribución de gas natural para distribuir hidrógeno a las industrias, comercios y hogares en Reino Unido y el desarrollo de esquemas de transporte de carga que utilizan hidrógeno como fuente primaria de energía. Incluso el impulso de una Asociación Nacional de Hidrógeno.

Seguramente el hidrógeno seguirá dando de qué hablar en el futuro y seguramente esta columna seguirá dándole seguimiento. En esta ocasión, dado el interés que ha despertado, quiero tocar los tres procesos de producción de hidrógeno. Para hacer la distinción más sencilla podemos hablar de hidrógeno gris, hidrógeno azul e hidrógeno verde.

Hidrógeno gris

El hidrógeno gris es aquel que se obtiene de un proceso conocido como el reformado de vapor utilizando gas natural. Por medio de una reacción química de metano con agua se obtiene hidrógeno y monóxido de carbono.

Aunque usa gas natural, dadas las emisiones de gases de efecto invernadero no se considera en sí misma una tecnología limpia. Esta es la tecnología dominante para la producción de hidrógeno en el mundo.

Vale la pena destacar que cuando se utiliza este proceso con carbón se considera hidrógeno café, pero este no lo analizaremos por el momento.

Hidrógeno azul

Por su parte, el hidrógeno azul utiliza el mismo proceso de reformado de vapor; sin embargo, secuestra 90% de las emisiones de gases de efecto invernadero y lo almacena en el subsuelo.

Dado que el proceso de producción se considera bajo en emisiones de gases de efecto invernadero se le ha denominado hidrógeno de bajas emisiones de carbono. Sin embargo, este proceso es costoso, lo que ha limitado su adopción en comparación con el hidrógeno gris o café.

Hidrógeno verde

Por último, el hidrógeno verde es aquel que se obtiene a través del proceso de electrólisis; consiste en utilizar electricidad para separar las moléculas de agua en hidrógeno y oxígeno.

Si bien esto se puede hacer con cualquier fuente de electricidad — de la red, ciclo combinado o nuclear—, se le considera hidrógeno verde a aquel proceso que utiliza fuentes renovables de energía como solar fotovoltaica y eólica como fuente energética exclusiva para el proceso de electrólisis.

Los desarrollos tecnológicos por el momento no discriminan entre las formas de producir hidrógeno gris, azul o verde, y se concentran en su utilidad para reemplazar las fuentes fósiles de energía en procesos industriales, comerciales y residenciales; sin embargo, se espera que en el futuro se desarrolle con mayor intensidad el hidrógeno verde particularmente en lugares con procesos intensivos de generación de energía renovables como las costas del Reino Unido.

Implementar el hidrógeno en México es un proceso que requerirá de mucha evaluación e inversiones. Si bien estamos más cerca del desarrollo de hidrógeno gris debido al gas natural abundante de Estados Unidos, el país tiene un gran potencial para desarrollar hidrógeno verde; saltando la fase del hidrógeno azul y prepararse para un futuro donde no dependa de insumos energéticos del extranjero. Ese sería un paso decidido para que el país consolide su seguridad energética.

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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