- Dejé de comprar en Amazon durante el primer confinamiento por covid-19.
- En las tiendas físicas encontré una comunidad, no solo comercio.
- Un descanso de la gran tecnología puede que nunca sea 100% limpio.
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En el verano de 2020, cuando el covid-19 nos tenía atrapados en nuestras casas, lo único que quedaba en las calles de la ciudad eran flotas de vans de entrega, un salvavidas para muchos y la gota que colmó el vaso para mí.
Durante mucho tiempo, no me había sentido cómodo con los impactos ambientales y sociales de las megatiendas en línea. Entonces, a medida que el comercio electrónico alcanzaba su punto álgido durante la pandemia, juré no volver a ordenar de Amazon nunca más.
Rápidamente me di cuenta de que había tomado la decisión correcta, pero con el tiempo, también descubrí que mi corte de una de las compañías más grandes del mundo no era tan limpio como había pensado.
Comprar en línea no siempre es lo mejor para tu economía
Lo primero que noté al dejar de comprar en Amazon fue que en realidad no necesitaba el 90% de lo que ordenaba. La conveniencia de poder entrar en Amazon por cualquier artículo que pienses, no importa cuán oscuro sea, resulta en que compras cada artículo que piensas, sin importar cuánto lo necesites.
Las compras por impulso solían ser cajas de barras de chocolate, pero cualquier cosa puede ser una compra por impulso cuando está a solo un clic de distancia. Abstenerse de Amazon, y de todas las megatiendas en línea, significaba que ya no hacía esas compras por impulso y, sorprendentemente, la vida continuó.
Sin embargo, lo que me sorprendió fue que no era tan astuto comprador como había pensado. Daba por sentado que porque algo estaba en línea, era la mejor oferta que ibas a encontrar. Pero, después de evitar Amazon durante unos meses, me di cuenta de que eso no siempre era cierto: el mismo artículo que he encontrado en una tienda puede costar el doble cuando buscas en línea.
Las tiendas físicas son tanto sobre comunidad como sobre comercio
Navegar por tiendas físicas no es solo se tratta de comprar. Hace unos años, si necesitaba partes para un estéreo, equipo para deportes o equipo para cámaras antiguas, los habría ordenado en línea. Ahora, me aventuro al mundo real.
Esto me ha permitido explorar nuevos vecindarios, apoyar a pequeños negocios y, lo más importante, conocer gente nueva. Las tiendas pequeñas para artículos especializados se convierten en centros para las comunidades a las que sirven, y he pasado de sentarme en mi apartamento comprando cosas en línea a pasar el rato en la tienda, charlando con la gente sobre las cosas que disfruto.
A medida que los meses se convirtieron en años, continué montando alto y poderoso en mi caballo anti-Amazon, pero todo se vino abajo cuando decidí investigar un poco más.
Puedes estar usando Amazon sin siquiera saberlo
Pensé que estaba dejando Amazon simplemente no comprando cosas en línea, pero la compañía posee directamente sitios como IMDb y Twitch, ambos de los cuales he usado en los últimos años sin siquiera cuestionarlo.
Además, una parte de los ingresos de Amazon, y la mayoría de sus ganancias operativas, en realidad provienen de Amazon Web Services, que es la tecnología que sustenta muchos de los sitios web, aplicaciones y servicios que usamos todos los días, ya sea Facebook, LinkedIn o incluso Netflix.
Así que, aunque no he comprado nada en Amazon durante casi cuatro años, ciertamente he usado sus servicios. No creo que eso reste valor a los aspectos positivos de dejar de comprar en Amazon, pero sí da cierta perspectiva.
Dejar las megatiendas en línea ciertamente tiene sus ventajas, pero en una era digital cuando todo está tan conectado, hacer una ruptura limpia es a menudo mucho más difícil de lo que piensas. Y, en el caso de un gigante como Amazon, puede que ni siquiera sea posible en absoluto.
* Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.
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