- Las comedias románticas suelen ser catalogadas como “películas para chicas” y dividen la opinión de la audiencia y la crítica.
- También se apoyan en tropos y suelen recurrir a elementos repetitivos que carecen de realismo.
- Los conflictos de los personajes suelen caer entre padres e hijos, el interés romántico o la decisión entre el desarrollo personal o un sacrificio.
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Imagínate esta escena: es una noche triste entre semana, estás cansado del trabajo y quieres ver algo que te anime. Algunas personas (quizá más de las que lo admitirían) elegirán una comedia romántica.
A lo largo de los años, la comedia romántica ha sido designada como “películas para chicas”, descartada en las ceremonias de premios —el Oscar a la mejor película se otorga principalmente a cintas dramáticas— y con frecuencia criticada.
Sin embargo, los críticos no son los únicos que compran boletos para el cine o miran contenido en los servicios de streaming.
Un artículo de 2013 del New York Times encontró que la comedia romántica era uno de los géneros con más probabilidades de dividir a la audiencia y la opinión crítica. Como muchas otras cosas que se clasifican como “algo de mujeres”, se suele hablar de estos largometrajes como un “gusto culposo”.
Investigadores como Claire Mortimer, que escribe sobre comedia y mujeres, sostienen que esto no se debe solo al estatus del género como “películas de mujeres”, sino también a que las comedias románticas son cintas de género.
Este tipo de largometrajes a menudo se consideran repetitivos: se basan en una serie de tropos que se repiten una y otra vez y llegamos a esperar ciertos estilos, historias y personajes.
Algunas películas se convierten en ejemplos clave de un género, una especie de “lo mejor de”, y forman un modelo que las otras imitan o divergen.
Eso no quiere decir que todas las comedias románticas sean iguales. Sin embargo, hay una forma dominante que consideramos definitiva, llamada “comedia romántica neotradicional”.
Tamar McDonald, profesora de cine, sostiene que esta es la forma principal del género actualmente, una que “no tiene ningún uso para el realismo”.
Esto se puede ver en los personajes que corren por los aeropuertos, la absurda incomunicación entre los intereses amorosos y los convenientes percances. No obstante, sin estos elementos, la resolución no sería tan buena.
La comedia romántica perfecta
Entonces, ¿cuáles son los ingredientes para una comedia romántica perfecta?
Al observar las listas de las mejores películas de este género en la historia, vemos que aparecen repetidamente tropos similares. Una de las favoritas, When Harry Met Sally (1989), presenta la historia de “amigos a amantes”. Esto vuelve a ocurrir en películas más cintas como Always Be My Maybe (2019).
Dentro de una comedia romántica, normalmente tiene que haber falta de comunicación, y mucha. Aunque una relación puede florecer de manera constante —a menudo sin que los propios personajes lo sepan—, las comedias románticas suelen presentar un momento crucial en el que la persona que quieren no entiende a un personaje.
Esta falta de comunicación también está sustentada por el conflicto. Leger Grindon, experto en comedias románticas divide este tipo de conflictos en tres grandes campos: entre padres e hijos, los dos personajes que están saliendo o cuando alguien tiene que elegir entre desarrollo personal o un sacrificio.
Hemos visto ejemplos de los tres a lo largo de los años. Que los niños desafíen los deseos de sus padres de estar con alguien a quien aman es un tema común en la historia de amor queer, como Happiest Season (2020). También está presente en otras películas, como My Big Fat Greek Wedding (2002).
El conflicto entre las necesidades de los intereses amorosos se puede ver en What Women Want (2000). Y el conflicto entre desarrollo personal o un sacrificio ha sido un tema común de muchas comedias románticas recientes de Netflix, como Hello, Goodbye and Everything in Between (2022) o The Holiday Calendar (2019).
En las películas navideñas de Hallmark (un subgénero de la comedia romántica) como Just in Time for Christmas (2015), las mujeres a menudo tienen que elegir entre su carrera y su relación.
Las comedias románticas pueden ofrecer escapismo, pero en esencia el pegamento del género es encontrar la conexión a través del amor y la risa.
Qué tan realista es esto puede ir cambiando, con ejemplos más recientes en cine y televisión que brindan más crítica cultural. Ese es el caso de la serie Starstruck de la comediante Rose Matafeo, que podemos ver en HBO Max.
Los parámetros de los personajes de estas historias también están cambiando. El género, que alguna vez fue predominantemente blanco y heterosexual, se está abriendo a una variedad de historias diferentes.
Ejemplos recientes como Red, White, and Royal Blue (2023) y Bros (2022) ponen el romance masculino gay en primer plano. Por su parte, Rye Lane (2023) y Crazy Rich Asians (2018) tienen protagonistas que no blancos.
Quizás esto se deba a que, como sostiene Mortimer, el género se ocupa de “temas perennes” del amor y la identidad. En un momento en el que las definiciones y comprensiones de la identidad están cambiando, la comedia romántica proporciona un lugar ideal para pensar en estos temas de una manera reconfortante.
O tal vez simplemente necesitemos el optimismo que asociamos con el género en tiempos de guerra y crisis económica.
Aunque puede que surjan clásicos y nuevos retadores por el título de las mejores, la comedia romántica perfecta es aquella que demuestra que, a pesar de todos los desafíos que la vida nos pueda deparar, a veces hay un final feliz.
Este artículo se publicó originalmente en inglés.
* The Conversation es una fuente independiente y sin fines de lucro de noticias, análisis y comentarios de expertos académicos.
* Christina Wilkins es profesora de cine y escritura creativa en la Universidad de Birmingham.
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