• Está demostrado que LinkedIn es un espacio que da bastante cringe.
  • Para muchos es un espacio artificial en el que todo el mundo intenta poner su mejor cara, pero que deja a la gente bastante expuesta.
  • Publicar e interactuar allí, para la mayoría de la gente, requiere de un nivel de positividad forzada y profesionalidad exagerada que no existe en ningún lado.
  • ¡Síguenos en Instagram!

El otro día, un amigo mío le dio me gusta a una de mis publicaciones en LinkedIn. Me sentí avergonzada. Rápidamente, le envié un mensaje explicándole que mis publicaciones en LinkedIn eran parte de mi trabajo, no una diversión.

Aunque probablemente mi reacción fue un poco exagerada (bueno, bastante exagerada), me siento muy cohibida por lo que publico en esta plataforma orientada al trabajo. No quiero parecer demasiado seria, demasiado dada a la autopromoción o, me atrevería a decir, dar cringe.

Está demostrado que LinkedIn es un espacio que da bastante cringe

El tema ha sido analizado en Reddit, en los medios e incluso por el propio LinkedInPara empezar, LinkedIn es un sitio bastante raro. Es una especie de bolsa de trabajo con una red social superpuesta.

Es un espacio artificial en el que todo el mundo intenta poner su mejor cara, pero que deja a la gente bastante expuesta.

¿Por qué LinkedIn da tanta pena ajena? ¿Y es posible publicar ahí sin sentir cringe? Decidí ponerme en contacto con algunos expertos para tratar de averiguarlo, lo que ya de por sí era una tarea embarazosa.

Por qué publicaciones de LinkedIn dan tanto cringe

Aunque LinkedIn es una plataforma profesional, hay algo en ella que parece muy personal. Aunque publiques con tu nombre real, otras redes sociales como Instagram, Twitter/X o TikTok tienen un aire de anonimato, una sensación de distancia.

Un tuit es más efímero e Instagram es más privado, aunque tu perfil sea público. En muchas de estas plataformas, todo el mundo comparte un poco de ellos mismos. En LinkedIn, acabas exponiendo mucho de ti mismo: tu foto, tu historial laboral, tu formación, tu pasado profesional, tus aspiraciones. 

Estás ahí por una razón específica: avanzar en tu carrera y hacer contactos. Tiene un público específico en mente: posibles empleadores, potenciales contactos comerciales. Todo ello requiere que muestres tu mejor cara, la más trabajadora.

«La forma en que la gente se posiciona y habla de cualquier cosa se filtra a través de la lente que marca el protocolo y sabiendo que todos los ojos están puestos en ti todo el tiempo», afirma Nathan Allebach, estratega de redes sociales y director creativo. «Es casi como un estado de omnivigilancia».

LinkedIn te lleva al enigma de presentación

En LinkedIn, las personas se enfrentan a un fenómeno de «colapso del contexto», en el que se comunican con grupos dispares de personas a la vez.

En la mayoría de los sitios, sabes exactamente con quién estás hablando (amigos en un chat de grupo o compañeros de trabajo por correo electrónico), pero LinkedIn los agrupa a todos. Eso nos lleva a un enigma de autopresentación: ¿cómo te presentas?

«Es difícil pensar en cómo publicar, qué publicar, cuando tienes, por ejemplo, a tus jefes allí, a tus antiguos jefes allí, tal vez están tus amigos del instituto, tus actuales compañeros o becarios», dice Sunny Xun Liu, directora de investigación del Stanford Social Media Lab.

«Solemos comportarnos de forma diferente en función de con quién hablamos. Cuando toda esa gente está allí, es muy difícil encontrar una forma en la que nos sintamos cómodos».

Los usuarios de LinkedIn están atrapados en una cultura de profesionalidad y todo lo que eso representa

La persona que eres ante tu jefe o un cliente probablemente no sea tu verdadero yo. Este entorno hace que publicar —o incluso simplemente crear y mantener un perfil— resulte muy arriesgado y, a su vez, artificioso. En LinkedIn no se baila como si nadie estuviera mirando.

Esta actuación en la cuerda floja ha contribuido a fomentar la reputación de LinkedIn como un espacio para contenidos un poco exagerados, que dan cringe y a menudo no son sinceros.

Es conocido por los que van de ‘bros’, los CEO que lloran y los aspirantes a thinkfluencers que se hacen pasar por expertos en áreas en las que nadie necesita sus conocimientos. Por algo existen cuentas de redes sociales como Best of LinkedIn, que se burla de las publicaciones más exageradas.

Incluso los responsables de LinkedIn saben que cuando algo se convierte en viral, no suele ser buena señal.

LinkedIn ha hecho algunos esfuerzos por cambiar las cosas

La plataforma ha ajustado su algoritmo para tratar de elevar más el contenido de calidad y mostrar a la gente cosas de sus redes. Y aunque hay menos «tópicos sin sentido», como me ha confirmado Brendan Gahan, cofundador de Creator Authority, una agencia de marketing de influencers de LinkedIn, todavía hay cierta «resaca» en cómo se percibe LinkedIn.

Puede que LinkedIn no sea tan incómodo como antes, pero sigue dando un poco de cringe. Publicar e interactuar allí, para la mayoría de la gente, conlleva un nivel de positividad forzada y profesionalidad actuada que no se encuentra en ningún otro sitio online.

«LinkedIn es una cámara de eco», afirma John Hickey, creador de la cuenta Best of LinkedIn y director creativo autónomo.

«Todo el mundo se porta bien, pero en cierto modo ese mejor comportamiento es también el peor, porque no están siendo ellos mismos».

Cómo dar menos cringe en LinkedIn

De acuerdo, si LinkedIn conlleva algo de ‘cringe’, ¿cuál es la mejor manera de minimizarlo tanto como sea posible?

LinkedIn declinó hacer comentarios para este artículo, pero envió un par de enlaces, uno a un post en su blog sobre cómo sus usuarios quieren «contenido basado en el conocimiento» y otro a una guía sobre cómo convertirse en un creador de LinkedIn que incluye una buena cantidad de contenido, pero es un poco difícil de leer.

Dada la debilidad de los consejos oficiales, decidí pedir a un grupo de personas que me dieran consejos sobre cómo publicar en LinkedIn.

Brandon Smithwick, creador de LinkedIn y responsable de contenidos de Kickstarter, afirma que, por lo general, es una buena idea ser breve. «Si veo post que sea una disertación enorme o un montón párrafos, voy a hacer scroll, no voy a leer eso», dice.

Los memes funcionan bien, pero también está bien participar de forma casual: compartir un artículo de un blog que te guste, comentar las publicaciones de otras personas o simplemente mantener un perfil decente». 

Programa sus publicaciones y sugiere a los demás que hagan lo mismo, sobre todo si te parece desalentador pasar mucho tiempo en LinkedIn y pensar ideas. También puede ser útil para las personas que temen pulsar el botón «publicar» y ver cómo aparece inmediatamente un mensaje.

Natalie Marshall, que se hace llamar Corporate Natalie en las redes sociales, me ha dicho que, dado que publicar en cualquier sitio es de por sí incómodo, lo mejor es intentar crear contenidos que no sean demasiado forzados.

Intenta añadir algún relato personal o anécdotas a sus publicaciones y pregunta a tus seguidores por sus experiencias y comentarios, pero es consciente de la longitud.

«Aquí no somos narradores», me dice. Siente que puede «esconderse detrás de la palabra escrita» en LinkedIn más que en las plataformas en las que publica vídeos. Es difícil encontrar el equilibrio: sugiere a la gente que utilice un estilo personal en la plataforma, pero en un momento de nuestra conversación, pensó que yo estaba acusando a sus publicaciones de dar cringe.

Además, la gente debe recordar que puede optar por no publicar nada.

«Si no quieres publicar, no lo hagas», dice Marshall. «¿Por qué existe esta presión por construir tu marca personal y tu LinkedIn y hacer estas cosas?».

También pregunté a un par de responsables de redes sociales, uno de Business Insider y otro de otra empresa, su opinión sobre las publicaciones en LinkedIn.

Me dieron algunos consejos: intenta plantear una pregunta al final de la publicación, incluye algún detalle extra y, tal vez, incorpora algunos hashtags. Ambos llegaron a la misma conclusión: no hay forma de evitar dar cringe.

«He pensado que forma parte del trabajo, pero no por ello es menos desagradable», dice uno de ellos. «Yo diría que hay que aceptar y abrazar el cringe«, explica el otro.

Con esto no pretendo desprestigiar a LinkedIn como plataforma: ¡me gusta mucho! De todas las redes sociales, es la que me resulta más útil para mi trabajo. Solo que a veces me siento como una completa idiota estando allí. A mucha gente le pasa. Son las reglas del juego.

«Al final, te rindes», dice Allebach. «Voy a hacer todo lo posible para escribir esto como lo diría en la vida real, pero al final sé que voy a seguir utilizando ciertos saltos de línea y ciertos ganchos y ciertos listados o lo que sea que sé que el algoritmo y mi audiencia va a favorecer, porque en última instancia quiero conseguir algún tipo de gancho a través de esta plataforma. No estoy publicando solo para mi disfrute en LinkedIn».

Yo tampoco. Pero seguiré allí, publicando mis historias (incluida esta), con la esperanza de que la gente no me juzgue.

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