• Marc Randolph cofundó Netflix en 1997 y más tarde puso en marcha otras muchas startups de éxito.
  • En una charla para la Qatar Foundation, Randolph aseguró que los emprendedores de éxito tienen 3 características en común.
  • Piensan menos y actúan más, además de saber cuándo es el momento de abandonar, afirmó.

Marc Randolph fue el primer CEO de Netflix, y antes de dejar la empresa en 2002, tuvo un papel crucial. Cambió su modelo de negocio original basado en la venta de DVDs a domicilio por el actual, valorado en más de 240,000 millones de dólares (mdd).

Desde entonces, Randolph ha fundado más de media docena de compañías. La más exitosa de ellas ha sido Looker Data Services, que se vendió a Google por 2,600 mdd.

También ofrece consejos a emprendedores aspirantes, y en una charla de la Qatar Foundation, definió las características de los emprendedores de éxito. Aseguró que todos comparten tres rasgos comunes.

Predisposición por la acción

Los emprendedores de éxito piensan menos y actúan más, afirma Randolph.

«Cuando una idea surge en su mente no se pasan el rato pensando lo buena que es; sino que inmediatamente averigua una forma rápida, barata y fácil de ponerla a prueba», dice.

Muchos emprendedores aspirantes creen que necesitan una buena idea antes de empezar una empresa, explica Randolph, pero eso es una «falacia peligrosa», en su opinión.

«No existen las buenas ideas», defiende: «Solo hay una manera de saber si algo es una buena o mala idea, que es probándola«.

Saber escoger o «triar»

La atención de un fundador se divide entre cientos de tareas distintas, y normalmente solo tienen recursos a su alcance para gestionar unas cuantas.

Los mejores emprendedores, sin embargo, saben donde centrar sus esfuerzos, según Randolph.

«El abanico de habilidades incluye la de observar los cientos de cosas que tienes que hacer, y de forma intuitiva, saber que en realidad solo hay una o dos cosas que tienes que sacar adelante», argumenta.

Esta capacidad para «triar» a la que hace referencia —neologismo francés usado en hospitales para describir la selección y clasificación de pacientes a los que atender— es la que hace que las compañías crezcan, indica Randolph.

«Uno de los mayores regalos que me he hecho a mí mismo es aprender razonablemente pronto en qué soy bueno y qué no; así como qué disfruto haciendo y qué no», razona.

«Tener esa visión me ha permitido reconocer que puedo llevar a una empresa a un nuevo nivel, pero que para seguir creciendo necesito encontrar a la gente correcta que disponga de las habilidades que yo no», detalla el ejecutivo.

Máxima atención al detalle

El tercer rasgo que describe Randolph es simple, pero tal vez sea el más importante, en su opinión.

«Es la capacidad de decir de verdad: puedo dedicar 110% de mi tiempo a un grupo determinado de cosas y abstraerme de todo lo demás», señala.

Esta atención al detalle resultará imposible si el emprendedor no está interesado en el sector en el que se mueve, o en el problema que está tratando de resolver.

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