• El agotamiento no nació con la pandemia, pero esta le dio visibilidad.
  • No obstante, algunas empresas creen que la solución al "burnout" debe ser por parte de la plantilla laboral.
  • Lo que las compañías no quieren admitir es que los problemas y las soluciones nacen desde la oficina.
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El agotamiento o «burnout» es insidioso, un malestar progresivo que hace que las tareas fáciles en las empresas parezcan difíciles y las complejas luzcan imposibles, sin soluciones. Y no es solo una palabra de moda que haya aparecido en las oficinas de la nada.

El agotamiento de los empleados ahora es reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un «síndrome». Este es causado por «estrés crónico en el lugar de trabajo que no se ha manejado con éxito». Y debido a que a menudo no se vislumbra un final para los factores que crean el agotamiento, conduce a una ausencia de esperanza.

Para millones de personas trabajadoras, la pandemia de Covid-19 creó el entorno perfecto para el agotamiento: dos años de vivir y trabajar en el mismo lugar, atrapados en un ciclo en el que nuestra labor era realmente lo único que teníamos que hacer.

Estas condiciones y la mayor conciencia del agotamiento que generaron, llevaron a algunas personas a culpar al «burnout» del cambio masivo al trabajo remoto o a tratarlo como un problema personal. Como lo expresó un artículo del Wall Street Journal, la plantilla laboral debería «centrarse menos en culpar y más en pedir ayuda».

Pero el problema con este tipo de artículos de opinión e historias de autoayuda —y hay un millón de ellas en los últimos dos años— es que se basan en dos mentiras fundamentales sobre la ola actual de estrés de los empleados

No es coincidencia que ambas falacias sobre el agotamiento beneficien a las empresas a expensas de sus trabajadoras y trabajadores que piden soluciones.

Mentira número 1: La pandemia creó el agotamiento

La primera gran ficción de la «ola de agotamiento» es que las tareas laborales nunca invadieron tu vida personal antes de la pandemia y que el repunte se debe a que los empleados tienen que trabajar desde casa.

Pero los jefes han enviado correos electrónicos a empleadas y empleados fuera del horario de trabajo durante bastante tiempo, a veces en busca de soluciones. 

El primer iPhone salió en 2007. Slack se presentó en 2013. Las telecomunicaciones modernas son una excelente manera de mantenerte al día con tus amigos y leer las noticias, pero también son una forma práctica para que las corporaciones justifiquen comunicarse contigo a todas horas para «una llamada rápida» o un correo electrónico que «solo toma un segundo». 

Correos enviados fuera del horario laboral

El problema es que incluso si ese correo electrónico toma solo un segundo, aún interrumpe tu recuperación del trabajo, crea la sutil ansiedad de que siempre hay más carga laboral e inyecta la idea de que no importa cuánto intentes desconectarte de tu empleo, siempre pueden llegar a ti

Dos estudios publicados el año pasado encontraron que las personas que recibían correos electrónicos fuera del horario laboral creían que necesitaban responderlos 36 % más rápido de lo que esperaba el remitente. 

Esto genera estrés, ansiedad y, finalmente, agotamiento en la persona que recibe la información.

La reciente crisis de salud pública sin duda ha exacerbado el problema , pero el agotamiento existía mucho antes de la pandemia

Las empresas nunca han sido discretas a la hora de utilizar las herramientas a su disposición para usar las horas extra (no remuneradas) en el trabajo, sin soluciones para quienes lo realizan. 

Sin embargo, muchas personas siguen asumiendo que este problema comenzó cuando la mayoría de los empleados administrativos cambiaron al trabajo remoto en 2020.

El «home office» no es perfecto, pero se ha descubierto que tiene beneficios para muchas personas

Y al contrario de lo que las empresas quieren que pienses, no es ni el desencadenante original ni la causa constante del agotamiento de los empleados. Esa premisa falsa les quita la responsabilidad de los hombros, que es exactamente lo que les corresponde.

Mentira número 2: el agotamiento es un problema de los trabajadores

El agotamiento es un problema fabricado por las empresas que, con demasiada frecuencia, se caracteriza como algo creado por los trabajadores. 

Un artículo reciente del Wall Street Journal, por ejemplo, menciona sobre cómo puedes «enmarcar» las cosas de manera diferente y laborar con tu jefa o jefe para «mejorar tu salud mental». 

Pero las personas que están agotadas no están fallando en alguna prueba de administración del tiempo o enmarcando inadecuadamente sus circunstancias. No solo necesitan tomarse un tiempo libremeditar o idear una mejor manera de comunicarse con su superior. Todo esto es una mala dirección corporativa disfrazada de ayuda. 

La culpa es de las compañías

Las empresas han evitado culpar porque retrataron con éxito el agotamiento como un problema causado por el trabajo, pero no por la propia oficina, trasladando la responsabilidad a la plantilla laboral para que lo aborden y den soluciones.

Sin embargo, el verdadero villano es la empresa. Los jefes y ejecutivos le están fallando a las personas a las que se supone que deben empoderar. 

Cuando una persona experimenta agotamiento, casi siempre se debe a que su superior la está sobrecargando de trabajo, la maltrata o la menosprecia.

Además, son acosados ​​en el lugar laboral o desmoralizados al ver que a los jefes que no hacen nada se les paga por el arduo trabajo de sus empleadas y empleados. También se suma que se les da más trabajo del que cualquier persona puede manejar todos los días de su vida laboral.

En algunos casos, estos factores se pueden combinar.

El trabajo de un líder o lideresa es asegurarse de que un trabajador o trabajadora no tenga este síndrome, de detectar los primeros signos y ayudarle. 

Si una empresa está discutiendo el agotamiento sin realizar una auditoría completa del lugar de trabajo, en realidad no le importa el problema. 

Dar a los empleados una semana libre puede parecer una buena idea, pero es inútil a menos que solucione los problemas subyacentes que provocan el agotamiento.

Ello incluye asegurarse de que otra persona haga su trabajo durante ese periodo para que no pierda la productividad de una semana

Los jefes pueden ser la fuente del agotamiento

Pero en muchos casos, los jefes directos de la plantilla laboral de las empresas son la fuente del agotamiento, no quienes representan soluciones. 

En una encuesta para los trabajadores estadounidenses de 2020 realizada por la Society for Human Resource Management, el 84% culpó a jefas y jefes malos por crear estrés innecesario. 

Los jefes tóxicos pueden incluso destruir la salud de sus empleadas y empleados. Un estudio realizado a los trabajadores suecos durante una década encontró un mayor riesgo de cardiopatía entre la gente que laboraba para quienes que describieron como miserables. 

Muchos estudios sugieren que la principal causa del agotamiento es la propia compañía. Es una mentira cómoda sugerir que la solución al agotamiento es que el empleado renuncie o reevalúe su vida. 

Esto culpa a las víctimas por su propio estrés inducido por su jefa o jefe.

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El agotamiento en el lugar de trabajo no es un tapiz vasto y complejo que todavía no entendemos, por lo que las soluciones deberían fluir mejor. 

Es una falla de empleadores y jefas y jefes para abordar los problemas centrales que aquejan a la plantilla laboral: acoso en el lugar de trabajo, una carga de trabajo abrumadora, falta de reconocimiento, de esperanza de progreso y un futuro mejor. 

Para resolver estos problemas, las empresas primero deben reconocer que ellas son el problema del agotamiento y forjar soluciones. 

Si los empleados dicen que están agotados, los procesos y/o las personas que los rodean deben cambiar. 

Las empresas deben analizar detenidamente su cultura y hacer cumplir una política de tolerancia cero para quienes se hacen los «chistosos». 

En lugar de culpar a una o un trabajador por aceptar demasiado empleo y agotarse, pregúntale por qué la o el jefe no evaluó cuánto había en la agenda de la persona. 

Observa a las personas que trabajan contigo

¿Tienes en tus empresa o compañía una cultura que premia a los «jugadores de equipo que nunca dicen que no»? Si es así, eso es lo que está provocando el agotamiento y debes ofrecer soluciones. 

Si tienes una firma que se basa en una gran capa de jefas y jefes intermedios que nunca han hecho el trabajo por sí mismos, que carecen de la comprensión y la capacidad para equilibrar la carga laboral de la plantilla laboral, eso está causando agotamiento.

El síndrome rara vez se enmarca de esta manera porque solucionar estos problemas requiere un trabajo sistémico y las respuestas únicas no van a ser suficientes. 

Vencer al agotamiento

Para vencer realmente el agotamiento, debes comprender el proceso de trabajo y estar dispuesta o dispuesto a tomar decisiones difíciles y soluciones. Esto especialmente sobre el personal que puede estar haciendo que los empleados de primera línea se sientan miserables. 

Los jefes que crees que están al tanto de las cosas pueden ser en realidad microgerentes que regañan a las personas sobre el trabajo que no entienden, sin proponer soluciones al agotamiento. 

En cambio, quienes consideras que son divertidos pueden hacer que las demás personas se sientan incómodas o molestas en el lugar de trabajo. 

Además, los jefes que parecen muy trabajadores pueden estar presentando las labores de otras personas como propias, drenando el entusiasmo y la iniciativa de sus colegas. 

El agotamiento no es un monolito. No es un misterio. No es algo nuevo que requiera más investigación. Es el resultado de empresas mal gestionadas por personas desconectadas del producto del trabajo que las enriquece. 

Delegar en los trabajadores de las empresas la responsabilidad y soluciones de lidiar con el agotamiento es como entrar a un restaurante, que te digan que debes cocinar la comida y que deberías dar gracias de que el chef te permita usar su cocina.

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