• ¿Cuál es una de tus soluciones recurrentes cuando andas falto de energía? Seguramente acudes a una buena taza de café.
  • El problema es que muchas veces no se aprovecha adecuadamente los efectos de la cafeína.
  • Sigue estos consejos para aumentar tu productividad, tanto en el trabajo como en la vida en general.

El café es la bebida más constante en la sociedad actual y puede ayudarte a incrementar tu productividad. Forma parte de rutinas matutinas, se encuentra siempre en reuniones entre amigos y existe una ley no escrita que prohíbe que una oficina carezca de máquina de café.

Un uso clásico del café tiene que ver precisamente con el último ambiente mencionado. Cuando te encuentras sin ánimo en el trabajo o notas que las últimas horas de la tarde te cuestan, ¿qué mejor que hacer un pequeño descanso para beber una taza y revitalizarte con su cafeína?

Pese a la cantidad de tazas de café que bebes a la semana (o al día, dependiendo de tu relación con la cafeína), es muy posible que no es estés aprovechando al máximo las capacidades de esta bebida para ponerte las pilas.

Por ejemplo, ¿sabes que el momento de beber café es clave para sacar todo el partido posible a la cafeína? Tómate la taza demasiado pronto y no solo no te mantendrá despierto, sino que alterará el funcionamiento natural de tu cuerpo.

Aquí tienes 3 trucos y consejos para redescubrir el café como aliado revitalizador y que ayudará a tu productividad, según la CNBC. Notarás que, si los aplicas, tu energía pasará a otro nivel.

1. No bebas café al despertarte

Si lo primero que piensas al abrir los ojos es «necesito beberme una taza de café ya mismo», o si has asociado que sin esta bebida no puedes ser persona, es mejor que tengas un poco de paciencia. Beber café nada más para despertarte puede ser muy duro para los niveles de energía naturales de tu cuerpo.

El científico del comportamiento Daniel Pink ha estado estudiando cómo el momento en el que se realizan ciertas actividades puede afectar la productividad.

En su libro When: The Scientific Secrets of Perfect Timing (Cuándo: Los secretos científicos del ritmo perfecto), este experto explica que diversos estudios llegan a una misma conclusión: lo mejor es esperar 60-90 minutos después de despertarse antes de tomar café.

¿El motivo de esta demora recomendada? La cafeína interfiere en los niveles de cortisol, la hormona que indica al cuerpo cuándo estar despierto y alerta. Según ha descubierto Pink, los niveles de cortisol alcanzan su cenit sobre las 8:30 de la mañana.

«La gente suele tomarse una taza de café por la mañana de una forma casi adictiva», explica Pink para CNBC. «Pero, debemos dejar que nuestro cortisol llega a su culmen él solito. Y entonces, cuando empieza a bajar después de la primera hora de la mañana, darle un empujoncito con un buen chute de cafeína».

Los granos de café presentan diferentes niveles de cafeína según como los tuestes. Si estás aletargado o sin fuerzas, lo ideal es que te hagas una taza cargadita. Así que debes comprar café de tostado ligero.

«Cuánto más oscuro y tostado esté el café, más cafeína ha quemado», explica Mike Balderrama, educador cultural de la compañía de tostado de café Counter Culture Coffee.

Al igual que la fruta o la verdura, existe café de temporada. Es importante elegir los granos que se encuentran en su temporada de cosecha para obtener el mejor sabor (y la mayor cafeína posible).

El tercer factor a tener en cuenta es extrínseco del grano de café. Se trata del agua.

2. Elige los ingredientes adecuados para cada situación

«Cerca de 98% de una taza de café es agua», explica Balderrama. «Así que, si utilizas agua de mala calidad, obtendrás café de mala calidad. Tanto si te haces una taza fría como hirviendo, es importante que utilices agua purificada con filtro.

«Asegúrate de que el agua que pongas en tu bebida, cubos de hielo incluidos para tu café helado, está purificada, porque mejorará infinitamente la calidad de la taza».

3. Descubre la infravalorada combinación siesta + café

¿Cómo afrontas el bajón de la tarde, después de comer? Quizás hay días que decides echarte una buena siesta. Y en otras ocasiones optas por una taza de café. ¿Has pensado en fusionar ambas soluciones?

Diversos estudios han descubierto que beber café inmediatamente antes de tomar una siesta durante unos 20 minutos o menos ayuda a enfocarte mucho mejor en el trabajo.

El motivo por el que esta combinación funciona es la siguiente: dormir disminuye la cantidad de adenosina, el nucleósido que te hace sentir cansado tanto física como mentalmente.

La cafeína tarda unos 20 minutos en activarse, y cuando ocurre, su efecto revitalizador puede ser menor si hay mucha adenosina en el cuerpo, ya que entonces la cafeína se centra en bloquear este componente.

Así que si duermes durante 20 minutos, bajas la cantidad de adenosina. Como has bebido café antes, la cafeína empieza a hacer su función y, como tiene poca adenosina a la que enfrentarse, su efecto energético se hace más efectivo.

Pink, el científico especializado en analizar y optimizar comportamiento, recomienda probar esta combinación siesta + café entre las 2 y las 4 de la tarde, que es precisamente cuando el cortisol mencionado más arriba llegue a sus niveles más bajos.

«Es como magia. Cuando te despiertes te impacta de lleno esa energía extra de cafeína. Pero también puede convertirse en un ritual restaurativo que te motive a seguir trabajando unas cuantas horas más por la tarde».

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