• Independientemente de que te preocupe un posible contagio de coronavirus, también debes ponerle atención al miedo y ansiedad que provoca esta pandemia.
  • El FOMO es solo una de las manifestaciones emocionales que pueden devenir ante la incertidumbre generada por el COVID-2019.
  • Este período de descubrimientos y de aislamiento preventivo puede desencadenar importantes consecuencias psicológicas.  
 

La actual pandemia ha generado distintas crisis en los sectores económicos, turísticos, políticos y más. Sin embargo, la afectación más preocupante es la salud de las personas, aunque una parte de ella no ha sido atendida: la mental; esta incluye el miedo o la ansiedad que provoca el coronavirus.

En este sentido, independientemente de que te preocupe tu salud física ante un posible contagio por Covid-19, también debes ponerle atención a tu salud mental y emocional.

La situación actual, declarada pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el pasado 11 de marzo, ha desencadenado diversas reacciones entre la población pues es una enfermedad nueva de la cual no se tiene cura.

Hemos visto conductas que van, desde las compras de pánico de insumos higiénicos, el desarrollo de alteraciones emocionales como la ansiedad, la reaparición de conductas características del trastorno obsesivo compulsivo (TOC), hasta el recientemente popularizado FOMO (síndrome de miedo a perderse de algo, por sus siglas en inglés, Fear of Missing Out).

Lavar manos por coronavirus
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Síndrome del FOMO

Un claro y reciente ejemplo de esto son los anaqueles de papel higiénico vacíos, que se explican con el temor y la necesidad de actuar de inmediato, explicó Josman Espinosa, investigador en la Escuela de Psicología de la Universidad CETYS, Campus Mexicali.

“Se trata simplemente de una necesidad de actuar, aunque no sepamos bien el porqué y el para qué; si vemos al vecino comprando papel higiénico sentimos que debe haber una razón para hacerlo, de la cual, aunque no sepamos el por qué, no queremos quedarnos fuera; esto es el FOMO”, señala.

Esta reacción al no control y a la incertidumbre provocada por la falta de un panorama claro y conciso, está relacionada con el estilo de vida y la comodidad que los consumidores han adoptado gracias a las herramientas tecnológicas modernas.

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“Veamos que esto no pasa en zonas rurales, pero en las ciudades sí, porque se trata de sociedades que no están acostumbradas a la escasez; al contrario, nuestra costumbre es a elegir lo que queremos y cuándo lo queremos”, agrega el especialista.

Así que, ante un inminente período de cuarentena o aislamiento, la verdadera necesidad, dice, es la de mantener el control sobre la incertidumbre de la salud propia y la de los nuestros, deseando saber cuándo y cómo va a terminar esta circunstancia, así como mantener la comodidad para nuestra familia.

Efectos de ansiedad y TOC

Sin embargo, el FOMO es solo una de las manifestaciones emocionales que pueden devenir ante la incertidumbre generada por el COVID-2019.

Por ejemplo, para quienes padecen el TOC, ansiedad o pánico, este entorno se convierte en un detonante de crisis, porque bajo un clima de confusión aparecen el enojo, la frustración, e incluso el aburrimiento, que impactan en el estado anímico y convierten en especialmente vulnerables a quienes viven enfrentando un desorden emocional.

Salud emocional
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De igual manera, para quienes no tienen antecedente con estos u otros padecimientos, este período de descubrimientos y de aislamiento preventivo puede desencadenar importantes consecuencias psicológicas.

“Si consideramos, por ejemplo, que la ansiedad es preocuparse irracionalmente por algo que no ha ocurrido, y vemos que el COVID-19 nos enfrenta día a día a información nueva, que en cualquier momento puede cambiar, manteniéndonos a la espera de que suceda algo, estamos hablando de una escala mayor de exposición”, señala.

¿Qué podemos hacer?

Para ayudar a quienes viven con un trastorno psicológico y disminuir el riesgo de desarrollarlo en quienes no lo padecen, Espinosa compartió las siguientes 6 recomendaciones:

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  1. Aléjate de los detonadores: Las redes sociales, la televisión y la convivencia con personas que esparcen rumores nos exponen a una sobre estimulación y a información que no siempre es verdadera o está verificada, y que puede alterar nuestro estado de ánimo.
  2. Mantén tus relaciones sociales: Que el período de cuarentena o aislamiento social no te impida mantenerte en comunicación con familiares y amigos.
  3. Cuida tus hábitos: Mantener buenos hábitos como dormir ocho horas y comer tres veces al día, hacer ejercicio al interior de tu casa, leer, y otros buenos hábitos, te ayudarán a mantenerte saludable.
  4. Elabora un plan de acción: ¿Cuántas personas hay en casa? ¿A qué hospital podemos acudir en caso de necesitar ayuda médica? ¿Quiénes son mis vecinos? ¿Cuáles son los teléfonos de emergencia? Son preguntas que te ayudarán a identificar a tu red de apoyo, y a trazar un plan de acción para actuar de manera oportuna y adecuada en caso de necesitarlo.
  5. Busca ayuda: Existen instituciones y organizaciones dedicadas a la salud mental con líneas telefónicas y correos electrónicos abiertos para recibir dudas y brindar orientación ante crisis de pánico y ataques de ansiedad.
  6. Atiende las recomendaciones oficiales: Lo mejor que puedes hacer es adoptar y hacer caso de las medidas y recomendaciones emitidas por las instituciones de salud, así como por las autoridades locales y centros de trabajo.

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