• A la hora de pagar en el extranjero, puede que nos sintamos más cómodos utilizando la moneda con la que estamos más familiarizados, la que usamos en casa.
  • Pero sacar dinero de cajeros automáticos o pagar de manera electrónica tiene un precio: las comisiones que se cobran puedes ser exorbitantes.
  • Un estudio muestra que la comisión media aplicada a este tipo de conversión es de 7.6 %, más del doble que en la moneda local, normalmente entre 1.5% y 3%.
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Parte de la emoción que nos producen los viajes al extranjero proviene de poder experimentar lo desconocido: un clima, una cultura o una cocina diferentes. Pero a la hora de pagar, puede que nos sintamos más cómodos utilizando la moneda con la que estamos más familiarizados; aquella que usamos en casa.

Esto se ha convertido recientemente en una opción común –y cara– para los turistas que sacan dinero de los cajeros automáticos o pagan electrónicamente en tiendas y restaurantes.

Cuando llega la cuenta de un restaurante, por ejemplo, el datáfono ofrece a los clientes extranjeros la opción de pagar en su moneda nacional en vez de en la local.

Esta función, conocida como “conversión dinámica de divisas” o “elección de divisas”, suena atractiva al principio. Un servicio que hace el trabajo duro por ti, convirtiendo la factura a una divisa que entiendes; esto te da una mejor idea de cuánto dinero estás gastando.

Pero tiene un precio: las comisiones que se cobran por esto pueden ser exorbitantes. De hecho, un estudio muestra que la comisión media aplicada a este tipo de conversión es de 7.6%; esto representa más del doble del coste de pagar en la moneda local (normalmente entre 1.5% y 3%).

Altas comisiones en los viajes al extranjero

Supongamos que un viajero francés sale a cenar a una ciudad británica y la cuenta final asciende a 88.43 libras, el equivalente a 100 euros. Pagar en moneda británica —que luego el banco del comensal francés convertiría a euros— supondría un pago de unos 102 euros. Pero utilizar la conversión dinámica de divisas para pagar la cuenta del restaurante directamente en euros acabaría costándole 107.60 euros.

A pesar de las elevadas comisiones, nuestro estudio muestra que más de la mitad de los clientes internacionales siguen optando por pagar en su moneda nacional. La explicación más obvia es una comprensible preferencia por lo familiar cuando se trata de dinero en el extranjero.

Pero también es cierto que las comisiones no se muestran explícitamente a los clientes. Es decir, los turistas pueden ver el tipo de cambio aplicado, pero no se les muestran las comisiones ocultas ni cómo se compara ese tipo de cambio con otros.

Y aunque caro para los turistas, el “servicio” de elección de divisas puede ser muy lucrativo para quienes lo explotan. Las empresas que ofrecen opciones dinámicas de conversión de divisas obtienen importantes ingresos por conversión, una parte de los cuales suelen compartir con el negocio en el que se realiza la transacción.

Las fuentes indican que los ingresos adicionales para los minoristas rondan 1% del valor de la transacción. También se nos ha informado de que conocidos grandes almacenes forman a sus empleados para que animen activamente a los clientes extranjeros a pagar sus compras en su moneda nacional.

Mayor transparencia en los pagos durante los viajes al extranjero

Y a pesar de las elevadas comisiones que conlleva la conversión dinámica de divisas, la mayoría de los reguladores gubernamentales de todo el mundo han dudado en intervenir. Una posible razón es que la regulación podría afectar a los beneficios de las empresas locales.

La excepción es la Unión Europea (UE), que considera los costes de transacción excesivos un obstáculo para el desarrollo de las empresas y pretende proteger a los consumidores europeos.

La última normativa de la UE pretende aumentar la transparencia; incluyendo información adicional sobre los costes de la elección de divisa en los lectores de tarjetas y cajeros automáticos.

Es un paso en la buena dirección. Pero nos gustaría que se redujera la cantidad de información para simplificar las cosas; de este modo los clientes sepan de forma clara la comisión porcentual que se añade si eligen pagar en su propia moneda. También creemos que debería haber un máximo en las comisiones de conversión para proteger a los clientes poco concienciados de las comisiones excesivas.

Con el continuo crecimiento de los viajes internacionales, es crucial encontrar formas de ayudar a la gente a tomar decisiones informadas cuando se trata de tipos de cambio y de hacer pagos fuera de su zona monetaria.

Pero, por ahora, es probable que los viajeros gasten en el extranjero más dinero del necesario por algo que intuyen que hará que una transacción sea más sencilla y lleve menos tiempo.

Así que si estás de vacaciones o viajas por trabajo, nuestro consejo es que rechaces la opción de pagar en tu moneda nacional y optes en su lugar por las comisiones de conversión más razonables que cobra tu banco. Si lo haces, tu viaje te saldrá más barato.

Este artículo se publicó originalmente en The Conversation.

*The Conversation es una fuente independiente y sin fines de lucro de noticias, análisis y comentarios de expertos académicos.

Dirk Gerritsen es profesor asistente de Finanzas y Mercados Financieros en la Universidad de Utrecht; Bora Lancee es investigadora en la Universidad de Utrecht, y Coen Rigtering es es profesor Asistente de Estrategia y organización en la Universidad de Utrecht.

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