• Siempre que pases suficiente tiempo sin mascarillas con tus hijos, la cobertura de estas no deberían afectar su desarrollo social.
  • Las sonrisas y el ceño fruncido son solo una parte de nuestro repertorio de comunicación no verbal, así que enfatiza los gestos, el lenguaje corporal y el tono de voz para compensar.
  • Las alternativas (como los protectores faciales) también pueden permitir que los niños reconozcan a los adultos y lean sus expresiones faciales y labios.
  • Anna Medaris Miller es reportera senior de salud y ayuda a otros a que tomen decisiones sobre cómo vivir la nueva normalidad. Las respuestas que otorga están basadas en su conocimiento sobre la pandemia y sus conexiones con expertos médicos, de salud mental y de salud pública.

Querida Anna,

A mis hijos, de tres y cinco años, les encanta usar mascarillas en público. De alguna manera, para ellos es un accesorio divertido para mostrar su amor por los perros y los dinosaurios.

Pero me preocupa qué impacto tiene en ellos el uso de mascarillas de otras personas. ¿Crecerán temerosos de los demás, sin ver que el extraño que los mira en realidad sonríe ante su ternura? ¿Se habrá debilitado su inteligencia emocional por no poder ver las expresiones faciales de otros niños? ¿Sonreirán menos al ver menos sonrisas que imitar? Por favor, alivia la mente de esta madre preocupada.

– Jennifer, Chicago

Querida Jennifer,

Estás de suerte: aunque no siempre puedo estar a la altura de solicitudes para “tranquilizar” a personas, en tu caso, creo que puedo ayudarte.

Por más extraño que parezca, recuerda que no estás sola, y lo digo de dos maneras.

En primera, los compañeros de tus hijos también viven en un mundo en el que los extraños, los maestros y —en algunos casos— los miembros de su familia usan mascarillas, por lo que si esta situación tuviera efectos a largo plazo, no sería única para tus hijos.

En segunda, muchos padres comparten su preocupación, o al menos preocupaciones más amplias, sobre cómo la pandemia afectará el desarrollo de sus hijos. Si bien no soy madre, he escuchado a muchos amigos angustiarse por cuánto tiempo frente a la pantalla o cómo la falta de juegos cara a cara podría arruinar a sus pequeños para siempre.

Pero tengo noticias más reconfortantes para ti que “la miseria de otros”.

Para eso, recurrí a Nicole Beurkens, una psicóloga infantil holística (y madre de cuatro hijos) de Michigan. Ella me dijo que mientras sus hijos pasen algo de tiempo con personas sin mascarillas —incluso si es solo contigo y entre ellos— toda la literatura y las observaciones en otras culturas sugieren que una sociedad “enmascarada” no hará mucho daño.

“Hay tantas cosas que no sabemos en este momento”, dijo, “pero todo lo que sabemos sobre el desarrollo infantil dice que las cosas van a estar bien”.

Se intencional con otras señales de comunicación y el tiempo que pasas sin mascarillas en casa con los niños

Es cierto que la comunicación no verbal es importante para la capacidad de los niños pequeños de leer y transmitir emociones; pero las sonrisas y el ceño fruncido son solo una parte de eso.

Considera que los niños en otras partes del mundo donde cubrirse la cara es normal, como el Medio Oriente, se desarrollan normalmente, dijo Beurkens.

Con los cubrebocas puestos, los niños todavía “pueden ver nuestros ojos, podemos enfatizar el tono, nuestros gestos y lenguaje corporal. Podemos ser intencionales para ser más articulados con nuestras palabras”, dijo Beurkens. “Todo puede compensar”.

Luego, cuando estés en casa o en algún otro lugar seguro, quítate la mascarilla.

Estarán bien siempre y cuando “tengan suficiente tiempo cara a cara con adultos desenmascarados”, dijo Beurkens, y agregó que eso significa que debes ser intencional para no perder todo tu tiempo (y el de ellos) frente a la televisión o internet.

Anímalos a jugar juntos sin usar mascarillas, en caso de que estas les gusten tanto.

Prueba alternativas, como un protector facial, si lo deseas en lugar de mascarillas con niños

También hay alternativas creativas a los cubrebocas de tela estándar que permiten que aparezcan más expresiones faciales o que los adultos se sientan más familiares para los niños.

“Los padres se preguntan si da miedo a los niños o si es más difícil para ellos reconocer a las personas que conocen”, dijo Beurkens.

Para abordar esas inquietudes, los maestros —principalmente aquellos con estudiantes con discapacidad auditiva— pueden usar protectores faciales. Por otro lado, algunos profesionales de la salud han empezado a pegar sus fotos en su ropa para que sus pacientes jóvenes puedan reconocerlos mientras usan sus equipos de protección personal.

Pero en general, el tema de las mascarillas y los niños “tiende a ser un problema mucho más grande para nosotros que para ellos”, dijo Beurkens.

Para ellos, el mayor problema en estos días es la incertidumbre.

“La incertidumbre y el cambio constantes pueden ser una oportunidad para ayudar a los niños a ser resistentes y flexibles; pero también pueden ser un desafío”, comentó Beurkens. “Los niños prosperan con las rutinas y la constancia”.

Y no te centres solo en asegurar que tengan una rutina. Intenta seguir una tú misma, incluyendo un tiempo para desestresarse también, me sugirió Roseann Capanna-Hodge, psicóloga escolar certificada, en marzo.

“Los niños pequeños no van a sentir nuestra ansiedad”, dijo, «si no somos un desastre”.

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