• Las cirugías estéticas ginecológicas, como la himenoplastía, que es la reconstrucción del himen, plantean serias cuestiones respecto a la presión social que existe hacia las mujeres y su vida sexual.
  • Aunque existan estos riesgos, cientos de mujeres continuan realizándose la cirugía, solo para cumplir con la construcción social de la virginidad.
  • A pesar de que estas cirugías pierden popularidad, debido al movimiento feminista. En la psique colectiva continúa un patriarcado interno, según expertos.

Para celebrar los 10 años de casados, una paciente recurrió a la reconstrucción del himen «para hacer una celebración a la altura», muestra la sección de testimonios de una clínica que realiza este procedimiento, conocido como himenoplastía.

Ella es solo uno de los casos que dan cuenta de mujeres que buscan «volver a ser vírgenes» mediante una cirugía estética ginecológica para dar «placer de su pareja» desconociendo, u obviando, los riesgos que supone para su salud. Eso, sin mencionar que el procedimiento de reconstrucción del himen plantea serias cuestiones respecto a la presión social que existe hacia la vida sexual femenina.

La himenoplastia dura 45 minutos y tiene riesgos

Aunque esta cirugía asegura la reconstrucción del himen para «regresar a la virginidad», lo certero es que esta membrana interpuesta entre la vulva y la vagina no tiene esa función.

De hecho, existen cinco tipos de himen en las mujeres e incluso algunas pueden nacer sin él. Este tejido es tan delgado que puede romperse con cualquier ejercicio o movimiento brusco.

Este procedimiento de 45 minutos no garantiza el sangrado o dolor cuando se tenga una relación sexual, debido a que las mujeres no siempre sangran ni sienten dolor.

La reconstrucción se hace a partir de fragmentos tomados de la misma vagina o con restos que pudieron quedar del himen. Las pacientes, de acuerdo con las clínicas que la realizan, va de una a cuatro semanas; las pacientes deben abstenerse de tener relaciones sexuales al menos por dos meses.

Sin embargo, supone varios riesgos, que pueden ir desde una infección hasta la mala cicatrización. Este fue el caso de una paciente que asistió a la clínica MarieStopes para atención, luego de que su reconstrucción de himen le impidiera menstruar adecuadamente.

«Quedé tan cerrada que ya no me salía la menstruación y tuvieron que volverme abrir para que no fuera a tener una infección«, aseguró, según consta en el sitio web de la clínica.

¿Por qué las mujeres apuestan por recuperar su «virginidad»?

La principal razón por la cual las mujeres deciden someterse a este procedimiento quirúrgico, pese a los riesgos, se enraiza en la idea de la virginidad. Y en la importancia que culturalmente se le ha dado.

El concepto de virginidad viene de la Edad Media, dice la escritora y educadora en sexo, Verónica Maza, en entrevista con Business Insider México.

«En su momento surgió debido a los requerimientos sociales e íntimamente relacionadas con el catolicismo», dijo. Esto supuso un cambio respecto a lo que anteriormente ocurría en otras civilizaciones, en los que la monogamia y el concepto de la «pureza» de las mujeres no existían. «Ellos tenían encuentros sexuales con quienes querían».

Al respecto, el Doctor Felipe Gaytán, especialista en sociología de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de La Universidad La Salle, considera que este concepto de virginidad inició cuando el matrimonio se usaba para realizar uniones de familias, donde el bien más preciado de intercambio era una mujer.

«La mujer era la que iba a tener la procreación, iba a dar la descendencia, una línea consanguínea directa. La mujer era un bien preciado en las uniones familiares para formar los clanes o tribus» dijo Felipe.

«Cuando una mujer ya había tenido relaciones sexuales previo al matrimonio, visto como un contrato entre unidades familiares, esta ya no era garantía de que sería alguien confiable en términos de que la desendencia fuera directamente del hijo que buscaba una nueva unidad familiar», explicó Gaytán.

La himenoplastia solo responde a los canones de la sociedad respecto a la vida sexual de las mujeres

En comunidades centroamericanas y en el sur de México aún es habitual que una pareja recién casada exhiba las sábanas que utilizó en su noche de bodas para mostrar el sangrado que «garantice» la virginidad de la esposa.

Gaytán asegura que estas prácticas están influenciadas por la idea católica de que María, madre de Jesús de Nazareth, era virgen. Aunque, resalta que este concepto no aparece en los documentos antiguos, sino que la construcción de la virginidad nació después de la formación de la Iglesia como institución.

«Esto se marca mucho (a la sociedad actual) debido a que en la herencia romana existían las orgías, la libertad sexual, donde hombres y mujeres participan en todo tipo. Esto viene a dar con la construcción social de los valores sexuales», explicó.

Derivado de esto, y a que no existe realmente ningún motivo médico o beneficio físico de practicarse una himenoplastía, Maza asegura que el procedimiento solo responde a un criterio social.

«Si tú te reconstruyes el himen, solo es para satisfacer a tu pareja pero solo en un canon social, porque en general solo es un disfrute psicológico. Esto es una convención social. No hay ningún placer ni para quien lo tiene o lo rompe, por así decirlo», dijo.

Ser la madre de sus hijos y la revolución feminista

Sin embargo estas cirugías pierden popularidad, debido al movimiento feminista que aboga por la libertad sexual de las mujeres.

«No podría decir que ha aumentado el uso de estas cirugías, yo creo que en un momento se pusieron de moda, pero no lo catalogaría como algo que hace mucha gente. No creo que sean populares, gracias al movimiento feminista y a la lucha de las mujeres jóvenes la virginidad cada vez es algo que tiene menos valor», dijo Maza.

Pero aún hay hombres jóvenes que le dan un alto valor a la virginidad, asegura Gaytán.

«A pesar de que hemos avanzado muchísimo en este sentido de que las mujeres ejerzan su decisión y la libertad sexual de tener relaciones antes del matrimonio. En los hombres jóvenes siguen teniendo está noción de la virginidad, es como un deseo que está ahí. Es un deseo muy profundo de desear a una mujer virgen y esto habla de un sistema patriarcal muy interno. Los hombres en la psique social, en lo colectivo, siguen deseando poder encontrar una mujer virgen», concluyó.

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