Cristian Huertas

Cristian Huertas

La tiendita de Don Ramiro es la preferida por algunos de sus vecinos, especialmente los de más edad; ahí compran algunos abarrotes, por lo general no hay fila como en los supermercados, está más cerca y la plática es agradable.

Sin embargo, tiendas como las de Don Ramiro han visto sus finanzas complicadas debido a la crisis generada por el Covid-19. Si ya venían perdiendo mucho terreno contra las grandes cadenas de conveniencia, la pandemia agudizó la situación.

Muchos de sus clientes han reducido de manera importante las salidas a la calle, la mayoría no quieren pagar con efectivo por miedo a contagiarse y Don Ramiro, todavía no acepta pagos con tarjeta. ¿Por qué? Las razones se podrían resumir en tres categorías: miedo a la fiscalización, desconocimiento, trabas y costos para poder aceptar este tipo de pagos.

Miedo a la fiscalización

La mayoría de los pequeños negocios no están constituidos como personas morales, y son las personas físicas con ingresos mayores a 400,000 pesos al año las que deben hacer su declaración de impuestos. Este monto lo cubre la gran mayoría de los pequeños comercios de México.

En el caso de estar constituidos como persona moral, muchos de los gastos que se hacen son deducibles de impuestos, haciendo muy pequeño o nulo el monto a pagar de estos.

Desconocimiento

Muchos comercios piensan que poder aceptar pagos con tarjeta es un proceso muy complicado, que necesitan un banco para poder hacerlo. Tienen miedo de los costos, aunque la mayoría no los conoce, y le temen a la tecnología, pues no es algo que dominen muy bien. Les da miedo perder liquidez, sobre todo para poder pagar el inventario.

Sin embargo, para aceptar pagos con tarjeta ya no hay que ir a un banco. Curiosamente hasta en un supermercado se pueden comprar dispositivos para aceptar pagos con tarjeta; algunos incluso le dan una tarjeta al comercio para que tenga liquidez de los recursos de manera inmediata (aunque a veces restringida a 24 o 48 horas, en un porcentaje, por el tema de los contracargos). Algunos proveedores de inventario dan beneficios y hasta crédito a los pequeños comercios si se aceptan y pagan a los proveedores con tarjeta.

Parte del desconocimiento y el miedo de algunos comerciantes se debe, en gran parte, a que hacer este tipo de trámites en un banco era muy complicado, tardaban mucho tiempo y las condiciones no eran claras.

Trabas y costos

A pesar de que aceptar pagos con tarjeta es muchísimo más fácil que hace 10 años, siguen existiendo algunas barreras burocráticas y altos costos, especialmente en los bancos: dispositivos costosos, procesos que pueden tardar hasta más de un mes, requisitos de facturación mínima o terminales con problemas de recepción; incluso se pide el acta constitutiva de la compañía, que como mencionamos anteriormente, muchos de los pequeños comercios no tienen.

Fintechs abriendo la brecha

La solución ha venido de un gran número de compañías, la mayoría nacionales, que venden dispositivos muy fáciles de usar (algunos se pueden conectar al celular) y con requisitos mínimos, que se pueden comprar en prácticamente cualquier lado o pedir por internet.

Estos dispositivos hacen el proceso de alta rápido y sencillo, además de que proveen herramientas de administración muy fáciles de usar y convenientes. Varias de estas compañías ofrecen terminales que aceptan incluso tarjetas de American Express, cosa que pocos bancos hacen. El uso de estas plataformas es relevante.

Es importante mencionar que algunas compañías Fintech ofrecen una tasa de comisión que puede ser más alta que la de algunos bancos; básicamente porque deben funcionar en una figura de agregador (tienen a un banco detrás que les da las facultades regulatorias para poder operar).

La importancia de agregar a los pequeños comercios a la aceptación de pagos con tarjeta.

Es normal que muchas personas que ya usan tarjeta, descarten algunos pequeños comercios porque no pueden recibir dinero electrónico. Ahora más que nunca estos comercios necesitan poder capturar todas las ventas posibles de manera que se puedan mantener a flote.

Por otro lado, muchas personas deciden usar efectivo, debido a que algunos comercios en donde les gusta comprar solo reciben esta forma de pago. Esto es ineficiente, no solo por el costo de manejar el efectivo (del cual hablé en una columna anterior) sino porque elimina valor para ambas partes. La digitalización económica por otro lado ayuda a mejorar la gestión de recursos para personas y comercios, acceso a más productos financieros en ambas partes, menos robos, menos contagios, mayor trazabilidad y combate a estructuras criminales, en fin.

Sin embargo, puede pasar lo que pasó en China, que tenía una muy baja penetración de pagos con tarjeta y saltó al uso de transacciones con códigos QR. CoDi es el primer paso para lograr algo parecido en México, pero de eso hablaremos en la siguiente columna.

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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