Cristian Huertas

Cristian Huertas

El crecimiento del sector fintech a nivel global es innegable. Ant Financial, probablemente la compañía de fintech más grande del mundo, alista un IPO (Levantamiento de Capital en los Mercados de Valores) en Shanghai y Hong Kong, de manera simultánea, por 30,000 millones de dólares. Ese es el tamaño del levantamiento, porque la valuación de la compañía se estima en unos 225,000 millones de dólares. ¡De llevarse a cabo sería el IPO más grande del mundo!

Uno de los sectores fintech que está ganando más terreno son los denominados Challenger banks o Neobanks. Estos modelos, tienen un enrolamiento completamente digital, no tienen sucursales, y su modelo de negocio está basado en la experiencia del usuario, por sobre todas las cosas.

Los bancos tradicionales tienen, por su parte, grandes infraestructuras y presencia en varios puntos físicos; su modelo de negocio se basa en la reducción de riesgo (riesgo de crédito, riesgo de lavado de activos, riesgo regulatorio, entre otros).

Los neobancos han crecido tanto en popularidad, que ahora todas las grandes corporaciones quieren entrar al negocio (aunque nunca hayan participado dentro del Sistema Financiero). Retailers, marketplaces, compañías de movilidad, Apps de domicilios y hasta los mismo bancos quieren capturar la cartera del usuario a través de un modelo basado completamente en tecnología, con una imagen más fresca, de manera que tengan uno de los datasets más preciados de sus clientes: su perfil transaccional, es decir, cuánto ganan, cómo, cuándo, dónde y en qué gastan. A través del conocimiento adquirido con este perfil y el medio de pago (la app algunas veces está ligada a una tarjeta), se pueden aumentar las oportunidades de venta cruzada de productos o servicios, que no necesariamente tienen que ser financieros.

Las etapas de la relación entre bancos y fintechs

Los bancos tradicionales han pasado por varias etapas en su relación con los neobancos, y empezaron menospreciándolos. Poco tiempo después empezaron a tratar de bloquearlos acomodando lo mejor posible las leyes (con un fuerte lobby) de manera que no pudieran ejercer la misma cantidad de operaciones que un banco tradicional. Pero aún y con estas trabas, los neobancos siguieron creciendo, sin tregua, así que decidieron competir con ellos, y al ver que no tenían la agilidad o el éxito esperado terminaron por colaborar con ellos e, incluso, comprarlos.

Los neobancos por su parte han tenido sus etapas de relacionamiento con los bancos tradicionales. El discurso anti-banco fue muy poderoso, por los bajos niveles de servicio que presentaban los jugadores ya establecidos. Esto ayudó a adquirir muchos clientes rápidamente.

Después de que hubo una regulación más clara, los neobancos empezaron a pedir consejo o robar talento de bancos, para navegar ágilmente en un ambiente regulado. Al tener varios millones de clientes se dieron cuenta que escalar la infraestructura que tenían para atenderlos sería muy demorado; empezaron a asociarse con bancos tradicionales con buenas infraestructuras para crecer seguramente.

Por último, se dieron cuenta que algunos jugadores establecidos tenían gran experiencia en productos muy específicos, especialmente de crédito e inversión, así que empezaron a colaborar.

En el mundo y en México haydiversos ejemplos de estas complejas relaciones. En China, Alipay y WeChat ofrecen productos de bancos tradicionales a través de sus aplicaciones. En México, Bnext ofrece productos de Actinver. En España Santander tiene su propio neobanco, llamado Openbank; mientras que, en Estados Unidos BBVA compró a Simple Bank.

Esos son solo algunos ejemplos. Ni en el mercado fintech más desarrollado (China) han desaparecido los bancos tradicionales, aunque parece que pasaron a un segundo plano.

Mi predicción es que en México pasará lo mismo, en no tantos años.

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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