• El Manifiesto de Davos 2020 es la hoja de ruta del Foro Económico Mundial con la premisa de que las empresas no solo son para generar riqueza.
  • La ambientalista Greta Thunberg y el presidente de EU Donald Trump participarán en el Foro cuyo tema central es Evitar un apocalipsis climático.
  • El Nobel de Economía Joseph Stiglitz da bienvenida a propuestas de un capitalismo social pero llama a esperar para ver si no es solo "otro truco publicitario".

La crema y nata empresarial y política del mundo reunida esta semana en el Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) de Davos, en Suiza, quiere algo más que ganar dinero: desea transformar el capitalismo y dotarlo de un propósito social.

Para hacerlo tienen un documento que les servirá como su hoja de ruta: el Manifiesto Davos 2020 para sortear los retos de una economía global presionada por amenazas al comercio, cuestionada por la desigualdad que genera y los retos del cambio climático.

“Comprometerse a ayudar a abordar el problema urgente del cambio climático también está en línea con el imperativo de las partes interesadas -stakeholders- del Manifiesto Davos 2020”, escribió Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del Foro en una carta dirigida a los invitados previo a su llegada al pueblito suizo que da nombre al evento.

Entre esos invitados hay personajes tan contrastantes e influyentes como la activista ambiental sueca Greta Thunberg y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Y pese a sus diferencias, todos juntos tendrán que trabajar bajo los principios del Manifiesto Davos 2020 o al menos considerarlos.

El Manifesto Davos 2020 publicado en diciembre pasado y retomado esta semana propone una forma diferente de pensar y actuar de las empresas: su comportamiento debe tener un propósito más allá de generar riqueza.

Los tres principios del Manifiesto son:

1. El propósito de las compañías es colaborar con todos los grupos de interés (stakeholders) para crear valor compartido y sostenido. Los stakeholders no son solo los accionistas sino que abre su universo a prácticamente toda la sociedad.

2. Una empresa es algo más que una unidad económica generadora de riqueza. En este punto, los integrantes y participantes del WEF no ven solo dinero sino que apuestan a que los beneficios no son solo billetes y más billetes sino procurar que sean sociales, ambientales.

“Atiende a las aspiraciones humanas y sociales en el marco del sistema social en su conjunto”, resalta el documento.

3. Una empresa que opera en el ámbito multinacional no está únicamente al servicio de todos los stakeholders directamente implicados, sino que es por sí misma un stakeholder.

“La responsabilidad cívica empresarial global exige que las empresas aprovechen sus competencias básicas, su espíritu empresarial, sus habilidades y los recursos pertinentes en iniciativas colaborativas con otras empresas y stakeholders con el fin de mejorar el estado del mundo”, de acuerdo con el documento.

El texto manda mensajes claros a las empresas y la relación con los trabajadores.

“Una empresa trata a su personal con dignidad y respeto. Respeta la diversidad y aspira a la mejora continua de las condiciones de trabajo y el bienestar de los empleados”, detalla.

El Manifiesto les dice que hay “tolerancia cero a la corrupción”, un tema en la agenda de gobiernos como el del mexicano Andrés Manuel López Obrador.

Las compañías que hagan suyo este Manifiesto han de cumplir con esta máxima: “paga un porcentaje equitativo de los impuestos”.

Las propuestas como la de Davos o la de Business Roundtable bajo la premisa de un capitalismo con propósito social han despertado algunas dudas entre personajes como el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz.

«Por supuesto que la nueva postura de los directores ejecutivos más poderosos de Estados Unidos es bienvenida. Pero habrá que esperar hasta saber si es otro truco publicitario o si realmente creen en lo que dicen», escribió el Nobel en Proyect Syndicate en agosto pasado.

La declaración del Nobel se dio luego que la organización Business Roundtable declaró que el propósito de las compañías no es solo tener buenos resultados financieros.

7 preguntas para un mejor capitalismo

El Foro Económico Mundial hace una pregunta central en un acto que parece de autocrítica: ¿Qué tipo de capitalismo queremos?

«Si queremos mantener nuestro sistema económico para las generaciones futuras, debemos responderlo correctamente», advierte la organización internacional.

«Los riesgos globales de hoy necesitan soluciones globales, y esas soluciones deben estar distribuidas de manera justa para que puedan funcionar para todos nosotros», añade.

Bajo esta premisa, el WEF plantea 7 preguntas a responder no solo por los líderes empresariales, gobierno y académicos sino de toda la sociedad.

1. El mundo necesita trabajar unido, ¿cómo pueden los gobiernos liderar el camino?

2. ¿Cómo crear un mundo más equitativo para todos?

3. ¿Cómo salvar a nuestro planeta?

4. ¿Cómo podemos hacer mejores negocios para la gente y el planeta?

5. ¿Cómo podemos asegurarnos de que las tecnologías y los cambios que provocan sean para bien?

6. ¿Cómo podemos prepararnos para el futuro del trabajo?

7. ¿Cómo aseguramos de que todos tengan acceso a una atención médica mental y física de calidad?

¿Qué responderías?