- Unos investigadores australianos descubren el modo de darles un nuevo uso a las cubrebocas reutilizables.
- Los cubrebocas puedan formar parte del conglomerado de escombros a partir del cual se hacen las carreteras.
Los cubrebocas se han convertido parte del día a día desde que comenzó la pandemia y ya son un problema de contaminación.
A pesar de que existen algunos lavables, la gran mayoría utilizan desechables, que pese a ser más efectivas, su precio es más elevado.
Pero uno de los principales problemas que generan los cubrebocas se encuentran en la cantidad de contaminación que genera.
Tanto es así, que más de 1,560 millones de cubrebocas acabaron en el océano, y estas tardan hasta 4 siglos en descomponerse. Pero cuyo remedio puede estar más cerca de lo esperado.
Investigadores australianos publicaron un estudio en la revista The Science of the Total Environment con el que han averiguado una forma de hacer que los cubrebocas puedan ser parte del conglomerado de escombros a partir del cual se hacen las carreteras.
Estos tan solo representaban un 1% de la mezcla, pero la mejoraba, dándole una mayor cohesión a la mezcla en las diferentes pruebas y siendo aptas para realizar construcciones de obra civil.
El compuesto también tenía hormigón armado, que es el elemento fundamental para que el resultado de la vía sea el óptimo.
En esta ocasión se utilizaron 6.8 millones de cubrebocas, eso sí, en esta ocasión nuevas y no reutilizadas, ya que para que el proceso sea seguro, estas deben estar desinfectadas primero.
Esta cantidad de mascarillas fue suficiente para poder hacer una vía de algo menos de un kilómetro, de dos carriles.
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