Antes que nada feliz año nuevo 2024, deseo que este sea uno de mucho crecimiento y aprendizajes. Sobre todo deseo que sea uno en el que disfrutes cada minuto del camino, porque ahí es donde se encuentra la verdadera felicidad.
Quiero contarte que tuve la enorme bendición de salir con mi familia a esquiar, aunque ya lo había hecho en otras ocasiones, esta fue la primera vez que lo disfrute a tope y realmente lo saboree. La razón fue porque lo viví desde un ángulo diferente.
Dejé de pensar solo en la meta, de lograr ir al siguiente color de pista y comencé a disfrutar cada minuto, curiosamente avancé más rápido que nunca. Este cambio de mentalidad me hizo pensar en una analogía de lo que ha sido mi viaje como emprendedora.
Esquiar y emprender
El esquí es una emocionante actividad que combina velocidad, control y la belleza de la naturaleza. Es básicamente una metáfora perfecta para el viaje que me ha tocado vivir como emprendedora.
1. Preparación y entrenamiento
Antes de enfrentarte a la montaña, debes conocer a fondo tu equipo: desde tus esquís hasta tu ropa de abrigo. Cada elemento juega un papel crucial en tu rendimiento y seguridad. Además, es esencial entender las condiciones de la pista: ¿Es polvo?, ¿hielo?, ¿está llena de baches? Conocer estos detalles te permite ajustar tu técnica y estrategia.
En los negocios, el ‘equipo’ se traduce en tus recursos: capital, empleados, herramientas tecnológicas. Comprender tu mercado es como entender las condiciones de la pista. ¿Es un mercado en crecimiento? ¿Está saturado? ¿Cuáles son las tendencias actuales? Este conocimiento te permite desarrollar una estrategia informada y eficaz.
Al igual que en al esquiar —donde no puedes lanzarte a una pendiente sin haber planificado tu ruta—, al emprender, necesitas una estrategia clara y bien definida. Esto incluye establecer objetivos, identificar a tu público objetivo, y desarrollar un plan de marketing y ventas. Una preparación y entrenamiento exhaustivos son la base sobre la cual construirás tu éxito empresarial.
Aunque quiero ser muy clara con algo, de nada sirve mucho planear para terminar no ejecutando nada por miedo. Debe haber una combinación entre preparación e ir a la acción y repetir cuántas veces sea necesario, mejorando cada vez.
2. La experiencia del descenso
Cada bajada es única y te enfrenta a diferentes desafíos: quizás un giro inesperado, un cambio repentino en la pendiente, o una variación en la calidad de la nieve. Estas incertidumbres requieren que seas flexible y te adaptes rápidamente. La habilidad para leer el terreno y ajustar tu enfoque es fundamental.
En el emprendimiento te encuentras con desafíos y oportunidades nuevos y cambiantes. Un día podrías estar tratando con un cliente difícil, y al siguiente, explorando una nueva oportunidad de mercado. Esta constante fluctuación requiere una agilidad mental y flexibilidad comparable a la de un esquiador experto.
Esta capacidad de adaptación no solo es crucial para sobrevivir en el cambiante mundo empresarial; es lo que te permite prosperar. Al igual que el esquiador que domina la pista, el emprendedor que navega con éxito a través de estos cambios se posiciona para el éxito a largo plazo.
3. Caída y levantamiento
En el esquí, las caídas son inevitables, pero cada caída es una oportunidad para aprender. Analiza qué salió mal: ¿Fue un error en la técnica, falta de atención o simplemente una condición impredecible de la pista? Es crucial cómo te recuperas, aprendes de ella y te vuelves más fuerte.
En el mundo empresarial, los fracasos y los contratiempos son parte del viaje. Podrías enfrentar un producto que no se vende, una campaña de marketing que fracasa o una crisis económica que afecta tu negocio. Estos momentos son críticos no solo para probar tu resiliencia, sino también para aprender.
La paciencia también es clave. Al igual que no puedes esperar convertirte en un experto esquiador de la noche a la mañana, tampoco esperes que tu negocio tenga éxito instantáneo. Requiere tiempo, esfuerzo y persistencia.
Analiza tus fracasos, entiende qué salió mal y cómo puedes mejorar. La capacidad de recuperación y aprendizaje es lo que diferencia a los emprendedores exitosos de los demás.
4. Mejora continua
Finalmente, en el esquí cada día es una nueva oportunidad para mejorar tus habilidades, aprender nuevas técnicas y superar tus límites anteriores. Esta mentalidad de mejora continua es esencial para mantenerte relevante y competitivo en el mundo de los negocios.
Como emprendedor, debes esforzarte por aprender constantemente: desde tendencias innovadoras en tu industria hasta nuevas habilidades de gestión y liderazgo. Este enfoque de mejora continua puede manifestarse en la optimización de tus procesos, nuevos productos o servicios, incluso en tu desarrollo personal y profesional, así como el de tu equipo.
Al igual que el esquiador que aspira a pistas más desafiantes, un emprendedor debe aspirar a metas más grandes y desafiantes. Esto podría significar expandir tu mercado, diversificar tu cartera de productos o servicios, o simplemente mejorar la eficiencia y efectividad de tus operaciones actuales.
Espero que este artículo te haya inspirado a abordar los desafíos de tu emprendimiento con la misma pasión y determinación que me hizo a mí aplicarme esta vez en las pistas de esquí. Recuerda que cada descenso, curva, y obstáculo superado en las pistas, es un paso más hacia tu éxito como emprendedor.
Si esta analogía entre el esquí y el emprendimiento ha resonado contigo, te invito a seguir explorando este camino juntos. Sígueme en @empoweringrace, donde encontrarás más recursos, consejos y estrategias para fortalecer tu viaje como emprendedor digital. Mi objetivo es ayudarte a navegar por las complejidades del mundo de los negocios con la misma habilidad y gracia que un esquiador experto.
Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.