- En abril el consumo privado en México creció 25% el último año según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
- Krzysztof Pelc sostiene que si la gente comprara en menor medida serían más felices y trabajarían menos.
- Esta forma de consumir podría eliminar la idea de comprar para reforzar alguna posición social, e implicaría un mayor interés por servicios de salud y educación lo que abre camino a nuevas desigualdades.
Después de la pandemia el consumo se está recuperando; en abril el consumo privado en México creció 25% interanual según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Además, el índice de confianza del consumidor, que refiere la situación económica actual y esperada de los mexicanos, se ubicó en 44.5 puntos en junio —un aumento de 12.5 puntos respecto al mismo mes de 2020.
Esto que podría suponer que la consecuencia de un año marcado por el confinamiento y las restricciones es un nueva forma de vida y consumo.
¿Comprar menos para ser más felices?
El científico político Krzysztof Pelc sostiene que si la gente limitara la cantidad de cosas que compra, estarían ante una sociedad más feliz. A su vez, trabajarían menos horas y serían más equitativos, según analizó Business Insider en un reportaje.
Pelc explica que ahora que la recuperación del gasto comenzó a pasar de los bienes a los servicios, es un buen momento para cambiar costumbres.
El experto dice que una ola de gasto más discreto por parte de los ciudadanos más ricos, comprar menos bienes y más servicios podría implicar un mayor grado de bienestar.
Como todo, tiene sus desventajas.
Como el consumo discreto puede acrecentar la desigualdad
Esta nueva forma de consumir podría eliminar la idea de comprar para reforzar la posición social, e implicaría dejar a un lado marcas de renombre.
En Estados Unidos 1% de la población gastó menos en bienes materiales desde 2007, escribió la académica Currid-Halkett, citando datos de la encuesta de gastos del consumidor del país.
En esta línea, la autora explica que era probable que durante la pandemia aumentara el consumo en educación y salud, pilares básicos de la sociedad actual. Al contrario de lo positivo que pueda parecer esto, el nuevo paradigma económico que abre camino a nuevas desigualdades.
«Esto expuso enormes desigualdades y reproduce ciertas formas de privilegio», explicaba la experta.
En concreto, los datos de inflación de ese mes mostraron que esas categorías se convirtieron en los bienes más caros durante las dos primeras décadas del siglo XXI.
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