- Crear áreas verdes en ciudades y dar mantenimiento a los árboles es mucho más complicado de lo que crees. Esta es la especialidad de los arboristas.
- La arboricultura va más allá de las grandes talas de árboles y es una profesión que no debe relacionarse únicamente con los hombres.
- Business Insider México platicó con las arboristas Mónica Martínez y Vanesa Tilán para conocer todos los detalles de esta profesión.
Cuidar y dar mantenimiento a los árboles es mucho más complicado de lo que creemos. Los arboristas son especialistas que crean áreas verdes en las ciudades basándose en las necesidades que tienen los árboles.
Aunque no es conocida popularmente (y algunas veces se llega a confundir con la jardinería), esta profesión está ganando cada vez más terreno en todo el mundo, incluyendo en México.
Sin embargo, algunos tabúes que debes sacar de tu cabeza a la hora de pensar en la arboricultura es que solamente se trata de hacer talas de árboles a gran magnitud; y que es un trabajo que solamente pueden ejercer los hombres.
Business Insider México platicó en exclusiva con las arboristas Mónica Martínez y Vanesa Tilán para conocer todos los detalles de esta profesión, cuáles son los principales retos que enfrentan diariamente y por qué existen campeonatos internacionales de trepa de árboles.
¿Qué hacen los arboristas?
La Asociación Mexicana de Arboricultura A.C. (AMA) define los arboristas como especialistas “en el cuidado de los árboles”. Ellos conocen cuáles son sus necesidades y están entrenados y equipados para proporcionales un buen cuidado.
Los servicios que los arboristas ofrecen incluyen la poda, el derribo, el cuidado urgente, la plantación, la fertilización y el control de plagas y enfermedades en los árboles.
La profesión incluye un poco de todo: educación ambiental, voluntariado, capacitaciones a empresas, gestión de recursos y visión de futuros, lo que permite predecir qué sucederé en varios años si se planta un árbol en un determinado lugar.
Mónica Martínez estudió biología y comenzó a trabajar con inventarios de arbolado urbano al terminar su carrera. Luego supervisó el mantenimiento de los árboles, lo que la llevó a convertirse en arborista. Actualmente, hace trabajo voluntario con la AMA, coordina el grupo de Mujeres Arboristas de Latinoamérica (MALA) y tiene su propia empresa llamada Dendroma.
La mexicana dijo a Business Insider México que ella trabaja principalmente con arbolado urbano, dando mantenimiento con bases científicas y técnicas.
“Para que podamos cortar un árbol o una rama debemos saber cómo es su biología, qué especie es, cómo crece y todo lo que puede hacer”, dijo.
“Algunos nos llaman ‘cirujanos de los árboles’, porque hacemos trabajos ‘quirúrgicos’ que solo pueden lograr las personas calificadas, que en este caso serían los arboristas”, agregó.
La educación ambiental es fundamental para los arboristas
Vanesa Tilán estudió Gestión Forestal y de Medios Naturales en España. Al terminar su carrera, se fue a Alemania con una beca porque en su país la profesión no era muy reconocida y faltaba profesionalizarla.
Después de hacer prácticas profesionales por tres meses, consiguió trabajo en una empresa alemana y comenzó a practicar la trepa de árboles recreativa, lo que la llevó a representar a España en campeonatos internacionales.
Vanesa conoció a compañeros arboristas de todo el mundo y a lo largo de su carrera ha viajado a Suiza, Dinamarca, Estados Unidos, Israel y México para conocer las diferentes técnicas y dar talleres de arboricultura.
Actualmente, Tilán tiene su propia empresa en España y es colaboradora oficial de Husqvarna España, GRCS de Wisconsin en Estados Unidos, y The Arborist Store en Canadá.
Cuando tiene que explicar qué es su profesión, a ella le gusta decir que “cuida árboles”. Para la española la parte más importante es la educación ambiental.
“Hay que informar y concientizar al ciudadano. De nada sirve tener un parque muy bonito o gastarse mucho dinero en una gestión cuando no lo haces accesible”, dijo.
“Al final, esta profesión crea zonas más confortables para que los ciudadanos las disfruten”, agregó. “Lo que intentamos es acercar a las personas a la naturaleza para que la quieran y la respeten”.
Concientizar a la población una de las partes más difíciles de ser arborista
Martínez considera que el reto más grande que tiene es transmitir a la población por qué su trabajo es importante, por qué es complejo y por qué es necesario utilizar ciertas técnicas.
“Nos falta conocer más de los árboles para que apreciemos cómo se deben de trabajar de forma correcta”, dijo.
“Tenemos que acercarnos más a la ciencia y transmitir nosotros mismos los conocimientos científicos a la población, para que todos lo podamos ver como algo normal y parte de nuestra vida diaria”, añadió.
Tilán coincidió que es difícil hacer entender a las personas porque les cuesta creer y dar su confianza.
“Aún se sigue maltratando a los árboles. No le damos la importancia que deben a las zonas verdes”, dijo. “Hay un miedo innato en el ser humano de que se les va a caer un árbol o una rama, por lo que piensan que hay que cortarlo. Realmente no es así”.
“Déjenme hacer mi trabajo y desarrollar todo lo que yo sé. En unos años se van a dar cuenta de lo que pasa”, agregó. “Trabajamos con seres vivos, no es algo que hacemos e inmediatamente vas a ver. Necesito un periodo de tiempo”.
¿Por qué son importantes los campeonatos de trepa de árboles?
Los campeonatos de trepa de árboles se celebran en todas partes del mundo para difundir los protocolos de seguridad que necesitan cumplir los arboristas, de acuerdo con Vanesa Tilán.
“En nuestra profesión, el que trepa no tiene muchas oportunidades de hacerlo mal porque se estás jugando la vida cada vez que sube a un árbol”, dijo la española. “Lo que se fomenta con los campeonatos son las técnicas oficiales y con seguridad”.
Mónica Martínez coincidió en que el Campeonato Mexicano de Trepa de Árboles mantiene un espíritu educativo que transmite cómo hacer este trabajo de forma segura.
“Implica una preparación. Tienes que estudiar. No puedes llegar al campeonato con una buena condición física y un equipo muy bonito y ya”, destacó. “Tienes que tener cierta preparación física en cuanto técnica”.
Como se mencionó anteriormente, Tilán ha representado a España en múltiples campeonatos internacionales. Para participar en ellos, se prepara físicamente porque realiza pruebas que normalmente no se hacen.
“Aunque las sabes hacer, son pruebas que tienes que realizar a un determinado tiempo. Intentas repetirlas varias veces para pulir aquellas cosas que te salen mal”, contó.
Acercarse a las autoridades tampoco es sencillo
Además de concientizar a la población sobre la importancia de la arboricultura, Mónica y Vanesa reconocieron que trabajar junto a las autoridades gubernamentales es otro reto que enfrentan diariamente los arboristas.
En España, la arboricultura se ha ido profesionalizando con el paso de los años, pero el problema sigue siendo la mala praxis, ya que en algunos lugares no se les permite hacer su trabajo.
“Te dice: ‘Cualquiera se sube a un árbol. Cualquiera se sube a una grúa’; pero no es así”, contó Tilán.
La arborista considera que es afortunada, ya que ha tenido reuniones con las autoridades de algunas ciudades en su país para enseñar, educar y presentar sus proyectos.
“Actualmente, estoy trabajando con varios ayuntamientos y administraciones”, dijo. “Me están dando proyectos que son muy innovadores. Me están dejando hacer las cosas como yo sé hacerlas y se están dando cuenta de que funcionan».
En México, la relación con el gobierno cambia en cada estado. Martínez ejerce en la CDMX y considera que es complicado realizar su profesión en la capital del país, aunque en dicha ciudad los arboristas pueden acceder a cursos de capacitación y acreditaciones por parte de la Secretaria del Medio Ambiente (SEDEMA).
“En muchos estados, la gente está haciendo trabajo voluntario, relacionado con la arboricultura, y es muy cercana a las autoridades. Entonces, desde antes de hacer sus reglamentos meten todos los conceptos necesarios», dijo.
“De esta manera, cuando ya existen las normas sabes quién es profesional, cómo puedes distinguirlos —en el sentido de evaluar sus credenciales y capacidades— para saber que es la persona adecuada para tocar un árbol”, añadió.
La situación se complica cuando se trata de hacer trepa recreativa, ya que los arboristas también requieren de permisos especiales para poder practicarla.
“No tenemos un lugar para hacerlo, aunque somos profesionales y no vamos a dañar a los árboles”, dijo la mexicana.
“A la hora de comunicarnos con las autoridades es complicado, porque tienes que estar detrás de múltiples oficios, explicar lo que vamos a hacer, porque a veces no saben, cuando ellos mismos son los encargados del manejo de los árboles”, añadió.
Las mujeres siguen siendo una minoría en la arboricultura
Al igual que otros trabajos físicos, la arboricultura se continúa relacionando directamente con los hombres. Sin embargo, Tilán asegura que ha visto un aumento en la participación de las mujeres.
“Quizá es gracias a que en las redes sociales pueden descubrir esta profesión, que suele ser poco conocida y que siempre está vinculada a lo masculino”, dijo.
La española explicó que la arboricultura puede verse como un “trabajo para hombres” porque muchas veces se identifica por la maquinaria que requiere o las grandes talas de árboles.
“Para mí hay mucho más. Hay cosas más difíciles y precisas en un árbol, que necesitan mucho más cariño que realizar una tala”, dijo. “Es un trabajo que requiere de elasticidad, agilidad y delicadeza, cualidades que normalmente se relacionan con las mujeres”.
Vanesa cree que otro problema es que las mujeres viven aferradas a las barreras de género que se les impusieron desde pequeñas, ya sea por la cultura o el ámbito social en el que se desenvuelven.
“Reconozco que hay que ser valiente o pensar de una manera diferente para decir: ‘yo no quiero secretaria, quiero subirme a un árbol’”, dijo. “En casi todos los sueños, somos nosotras las que nos decimos: ‘no puedo’. Cuanto te quitas esa palabra, los sueños se hacen realidad”.
“Nadie dijo que es fácil. Hay que luchar por ello. Al final, la recompensa es alcanzar lo que querías”, agrego.
En México, la AMA actualmente cuenta con 112 socios vigentes, de los cuales 17 son mujeres. Asimismo, 31 de estos miembros son arboristas certificados por la Sociedad Internacional de Arboricultura (ISA). De esta cifra, solamente tres son mujeres.
Mónica Elias, arborista certificada, dijo a Business Insider México que han habido más mujeres certificadas en los últimos años, pero hoy solo hay tres vigentes porque es necesario renovar su acreditación cada tres años.
MALA: la red para mujeres arboristas latinoamericanas
Iris Magaly Zayas, presidenta del Comité Hispano de la ISA, tuvo la idea de armar un grupo de mujeres arboristas latinoamericanas para brindarles un espacio al cual acudir en caso de que lo necesitaran, contó Mónica Martínez, una de sus primeras integrantes, a Business Insider México.
Mujeres Arboristas de Latinoamérica (MALA) nació como un grupo de WhatsApp y luego se convirtió en una página de Facebook, en la que ahora se realizan capacitaciones internas.
Vanesa Tilán, quien también forma parte de MALA, compartió que actualmente hay casi 40 mujeres que intercambian información y dudas sobre arboricultura.
“Lo que más me gusta de este grupo es que no hay autocompasión”, resaltó. “Al contrario, solo me encuentro con mujeres que tienen unas ganas locas de crecer y superarse. Eso es lo que más me motiva”.
Por la pandemia del Covid-19, múltiples proyectos de MALA tuvieron que frenarse, pero el objetivo es poder expandir el grupo para incluir a todas las mujeres que forman parte del gremio, compartió Martínez.
¿Qué debes hacer si quieres ser arborista?
Mónica recomendó a todas las personas interesadas en convertirse en arboristas acercarse a la AMA, acudir a sus cursos, prepararse y estudiar mucho.
“En el camino se van a encontrar a personas que saben mucho y las pueden apoyar. Acérquense a ellas, busquen a un buen mentor o compañero para que les ayude a seguir un buen camino”, dijo.
Por su parte, Vanesa cree que es importante quitarse las barreras que uno mismo tiene para convertirse en dueños de su trabajo.
“Es bonito levantarse por las mañanas y vivir tus sueños, no el de los demás. Sean libres en todos los ámbitos. Sean libres para decidir”, dijo.
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