Paul Alejandro Sánchez

Paul Alejandro Sánchez

Energía Circular

El jueves por la noche, el presidente de Rusia Vladimir Putin inició lo que él denominó una operación especial contra la junta de gobierno de Ucrania, pero que el resto del mundo condena como una invasión al más puro estilo de Goliath contra David. En un mundo tan interconectado como en el que vivimos, la noticia fue seguida en tiempo real desde Twitter, TikTok, canales de noticias y streaming del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Sin embargo, mas allá de la situación geopolítica, dada la configuración de los mercados energéticos a nivel global, el evento indudablemente tendrá efectos en el sector a nivel mundial. Sus repercusiones se sentirán hasta en países que no se encuentran cerca del conflicto, como México.

Tan solo a unas horas de que se dieran a conocer las primeras escaramuzas, el precio del petróleo Brent para los contratos de abril rompió la barrera de los 100 dólares, cosa que no se había visto desde el 2014; le siguieron el precio para los contratos de mayo y para los contratos de abril de la referencia WTI. Esto implica, que de continuar con esta tendencia, el precio de la referencia mexicana podría terminar acercándose peligrosamente a los 100 dólares por barril.

En otros años, esto sería una cuestión de felicidad. Por ejemplo cuando en 2004 México era uno de los principales productores y exportadores de crudo y la balanza comercial por mucho superavitaria; sin embargo, conforme la producción y exportación de crudo de México se ha reducido, las importaciones se han incrementado. En consecuencia, la balanza petrolera actual es deficitaria.

Hay que analizar las consecuencias en el futuro inmediato

Por un lado, los ingresos petroleros tanto por exportaciones como por producción nacional, se incrementarían considerablemente, ya que la Ley de Ingresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2022 estableció como precio del barril 55 dólares. Eso significaría que el precio de la mezcla mexicana podría estar duplicando su proyección en los ingresos presupuestales y generar un excedente petrolero importante.

Pero, por otro lado, también está la sombra de la inflación muy presente. Hoy en día el mercado nacional no alcanza a cubrir las necesidades del consumo energético nacional; es decir, importamos alrededor del 70% de los petroquímicos, petrolíferos y gas natural que se consume en territorio nacional por lo que como país estamos sumamente expuestos a las variaciones de los precios internacionales.

De continuar la tendencia de los precios internacionales, significaría que veremos impactos en el precio de la gasolina y diesel, gas LP; gasavión y gas natural, los cuales importamos de Estados Unidos. Pero no es todo, también el gas natural es fundamental para la generación de energía eléctrica en México, toda vez que el 60% de la generación del país depende de este insumo, por lo que podríamos también ver presión en los precios de la generación eléctrica.

Todo esto genera presiones en toda la cadena de valor del país por lo que el efecto inflacionario que ya de por sí arrastramos, podría intensificarse más y llegar al doble dígito. De esta forma, los precios de la gasolina y de la electricidad para los usurarios domésticos se tendría que ajustar al alza para compensar el incremento inflacionario de acuerdo con las fórmulas establecidas vigentes.

Adicionalmente, y para mantener parte de los precios de las gasolinas a raya, se necesitaría generar más estímulos fiscales a las gasolinas. Si bien el estímulo del IEPS ya llegó a su límite, se podría estimular a los precios de los vendedores a través del ISR, cosa que ya pasa en la región fronteriza desde hace unos meses.

Las sanciones contra Rusia podrían suponer un escenario más adverso

Todo lo anterior se vislumbra en el corto plazo, pero no sabemos que tanto se puede extender esta situación y que tanto puede escalar el conflicto. La Unión Europea y Estados Unidos han amenazado con represalias pero por lo pronto solo se vislumbran sanciones económicas y no un conflicto bélico a escala mundial, el cual, no obstante, tampoco puede descartarse.

De extenderse las tensiones y de escalar la magnitud del conflicto, los países competirán sobre recursos cada vez más escasos. Por ejemplo, si las sanciones de las economías se extiende al petróleo y gas ruso, Europa y Asia tendrían que aumentar su consumo de gas natural de otras fuentes como el gas natural licuado o el carbón. 

Esto implicaría, por un lado, mayor competencia por recursos escasos, lo que incrementaría los precios del petróleo y gas natural en el mundo y, por otro lado, es posible que se reactive en gran medida la producción y exportaciones de carbón y otros combustibles pesados, lo que representaría, también, un golpe fuerte a la transición energética.

Todavía es muy pronto para delimitar la escala y duración de este conflicto, pero lo que es un hecho es que, como han señalado algunos analistas y politólogos, el evento de ayer podría marcar el fin de la era de posguerra fría y la relativa estabilidad económico-política de los años recientes.

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Brenda Peralta / Business Insider México

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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