- Chick In destaca en Tijuana como una cadena de sándwiches de pollo enfocada en calidad, diversidad y transparencia en el negocio.
- La expansión de Chick In no se centra solo en abrir más sucursales, sino en sumar socios que compartan la visión de negocio y quieran crecer de forma conjunta.
- Chick In busca asociarse con personas enamoradas de su forma de trabajar, ofreciendo transparencia y derechos a las ganancias a sus socios.
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“El respeto al proceso del negocio, la calidad y la diversidad en el menú son los pilares en los que se sustenta Chick in”. Así lo expresaron Ari Shrader y Sebastían Bustillos, socios de la exitosa cadena de sándwiches de pollo que está marcando tendencia en Tijuana, Baja California.
La empresa inició como un proyecto culinario orientado a ofrecer a sus clientes una experiencia de calidad con ingredientes orgánicos. Actualmente es un referente local en sándwiches de pollo, y está en vísperas de extenderse por ciudades estratégicas del país.
La capacidad para abrir más sucursales no es una prioridad para Chick In en lo que se refiere a la expansión de su empresa, sino el sumar a socios que quieran crecer de forma conjunta bajo su misma visión de negocio.
“Buscamos asociarnos con personas que, al igual que nosotros, estén enamorados de la forma en que trabaja Chick in”, detallaron los socios. “No buscamos dinero o que nos compren acciones, sino a las personas idóneas para que, junto con los cuatro que ya somos, crezcamos exponencialmente. A nuestros socios les ofrecemos la misma transpariencia y derecho a las ganancias que a cualquiera de nosotros”.
En un mercado en el que pareciera que todos los negocios ya existen, Chick In llega para demostrar que no todo está dicho: “Hemos llegado para compartir nuestra visión culinaria donde la calidad, el servicio y la exigencia no están peleados», detalló Shrader.
En sus propias palabras, se trata de brindar la misma calidad estandarizada de producto y servicio en cualquier ciudad o sucursal que los clientes visiten de Chick in.
“Damos opciones suficientes al cliente, dependiendo su gusto y cuánta hambre o antojo tenga en el momento. Nos motiva mucho que ellos estén conformes y contentos y que el menú les dé la oferta con la que se sienten satisfechos.Yo como cliente, es lo que busco cuando voy a consumir algo. El ofrecer un producto que nosotros mismos consumiríamos es la prueba de que la calidad resalta», finalizó Bustillos.
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