• Los nombres de estos edificios son poco conocidos en el colectivo citadino, ya que sus apodos son más creativos y divertidos
  • El pantalón, la suavicrema, el dorito y la lavadora son algunos de los apodos que se le han dado a los edificios más emblemáticos de la Ciudad de México
  • El arte arquitectónico ha sido la razón principal para nombrar a estos edificios de maneras extravagantes, aunque también cuestiones sociales y políticas entran en juego

Si se trata de creatividad para ‘rebautizar’ las cosas, los mexicanos nos pintamos solos. Desde el “mal del puerco” para referirse al cansancio que se experimenta después de comer y las “guajolotas” que es una torta de tamal; hasta los apodos que utilizamos para referirnos a los más emblemáticos edificios que adornan a la Ciudad de México. 

Estas piezas arquitectónicas son parte fundamental del paisaje de una de las ciudades más grandes y pobladas del mundo, además de ser referencia al momento de dar una dirección entre capitalinos. 

Estos son los apodos de los edificios más conocidos en la Ciudad de México: 

Estela de luz, alias “la suavicrema”

El arquitecto encargado de este edificio fue César Pérez Becerril. Mide 104 de alto y 6 de ancho. Está ubicado en el Bosque de Chapultepec.

Fue construido para conmemorar el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana en medio de la llamada “guerra contra el narco”, la estrategia de combate al crimen organizado que inició en el sexenio de Felipe Calderón.

Costó 83 millones de dólares y ha sido señalada en múltiples ocasiones como un «monumento a la corrupción», por su sobrecosto y las irregularidades detectadas en su construcción.

Arcos Bosques, alias “el pantalón”

Teodoro González de León, Francisco Serrano Cacho y Carlos Tejera hicieron realidad lo que fuera el primer edificio inteligente de la Ciudad de México. 

Son dos torres gemelas unidas por un puente que, para los arquitectos, era un arco triunfal; sin embargo, para los citadinos parecía más un pantalón. 

Tiene una altura de 161.5 metros y se encuentra en Bosques de las Lomas. 

Calakmul, alias “la lavadora”

Cerca del “pantalón”, en Santa Fe, se encuentra este edificio, obra del arquitecto Agustín Hernández Navarro. Su nombre hace alusión a la antigua ciudad maya de Campeche. 

Este cubo con círculos de cristal en cada cara, le pareció más una lavadora la gente de la ciudad que un homenaje a la ciudad de Campeche.

World Trade Center CDMX, alias “el resistol”

Originalmente conocido como el Hotel de México, este rascacielos de 207 metros de altura fue obra de los arquitectos Guillermo Rosell de la Lama, Joaquín Álvarez Ordóñez y Ramón Miquelajauregui.

Se ubica en la colonia Nápoles. 

Torre FIBRAMEX, alias “la licuadora”

También conocida como Torre Axa o Torre Mexicana, este edificio de la colonia Del Valle, mide 132 metros de altura. Es obra del arquitecto Gildardo Alvarado y García.

Originalmente, fue pensada como una torre de control de aeropuerto; sin embargo, los capitalinos le vieron forma de electrodoméstico. 

Después del terremoto de 1985, fue catalogado como uno de los rascacielos más seguros del mundo. 

Torre Virreyes, alias “el dorito”

Teodoro González de León fue el arquitecto encargado de este edificio de 121 metros de altura, ubicado en Lomas de Chapultepec. Por su forma triangular, los mexicanos le han visto cara de totopo.

Museo Soumaya, alias “el florero”

En la colonia Granada se puede ver y entrar a esta obra arquitectónica, que estuvo a cargo de Fernando Romero. Mide 46 metros de altura y está cubierto por más de 16,000 placas de aluminio hexagonales, que para los citadinos asemeja un florero. 

Monumento a la Independencia, alias “el ángel”

Uno de los edificios más antiguos, inaugurado en 1910 para conmemorar el Centenario de la Independencia de México, estuvo a cargo del arquitecto Antonio Rivas Mercado.

En realidad, es una columna honoraria que con una estatua de la Victoria Alada – la diosa romana del triunfo -, que sostiene una corona de laurel y una cadena rota de tres eslabones. Pero, desde el comienzo, se le llamó coloquialmente «el ángel de la independencia».

Está ubicado en Paseo de la Reforma.

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