Una de las cualidades que tiene el ser humano es la capacidad de influir en algo o en alguien. Aunque no exista esa intención, todo el mundo influye sobre alguien más; por ejemplo, los padres en sus hijos, los vendedores en los clientes, los gerentes en sus empleados; un amigo influye en otro amigo, etcétera.
Al menos eso es lo que nos menciona John C. Maxwell y Jim Dornan en su libro “Cómo influenciar a las personas”. Ahí, hablan de los 4 niveles ascendentes en los que opera la influencia personal:
- Modelo
- Motivación
- Mentor
- Multiplicación.
Cito en particular este libro porque evidencia la profunda relación que existe entre los axiomas o principios de la imagen y cómo influye en las personas.
Tener una buena imagen trae consigo beneficios como mayor seguridad en uno mismo, aumentas tu nivel de confianza que transmites y tienes mayor credibilidad; por lo tanto, este principio establece que, si la tienes, aumentará tu influencia sobre las personas.
Todo aquello que podamos percibir con nuestros sentidos como los 4 niveles ascendentes está basado en la imagen que nosotros estemos comunicando. Sin ella no podríamos obtener un resultado, es por eso que si ajustamos los niveles añadiendo la imagen quedarían de la siguiente forma.
1. Eres un modelo a seguir
Cuando somos pequeños absorbemos el mundo con base en lo que percibimos a través de nuestros sentidos. Parte de ello lo conforman los roles de nuestros padres que funcionan como un modelo a seguir, imitamos su comportamiento porque es el ejemplo que nosotros vemos y creemos correcto; de la misma forma funciona cuando crecemos, nos convertimos en un modelo a seguir con nuestra imagen y de esta forma podemos influir en el comportamiento de los demás.
Por ejemplo, en redes sociales podemos ver cómo las personas se convierten en influencers porque a los demás les gusta su forma de ser, pensar o actuar.Así pasa también cuando vemos a nuestro artista favorito, nuestro líder de opinión, un amigo o amiga, alguien del trabajo etc. La imagen que proyectamos formará parte esencial de poder ser un modelo a seguir para los demás.
2. Motiva a tus seguidores
En este nivel influimos en otros cuando establecemos una conexión emocional.
Siguiendo con el ejemplo de redes sociales es cuando ya tenemos a nuestro influencer favorito, ya se convirtió en nuestro modelo a seguir porque nos gusta la manera en cómo piensa, cómo viste, la forma en la que se maquilla o el cuerpo que tiene porque hace mucho ejercicio, ahora va la parte en la que nos motiva a hacer lo mismo a través de la conexión emocional exponiendo cómo cambió su vida gracias a lo que ha estado haciendo todo este tiempo, en ese momento ya establece una conexión porque te está haciendo sentir que tú también lo puedes lograr, de esta forma es como comienzas a motivar a los demás e influyes en ellos.
3. De influencer a mentor
Ya una vez que comienzas a motivar a las personas y ellos hacen tus mismas acciones, entonces te empiezas a convertir en una especie de mentor para ellos. s decir te colocas en el puesto en el que te van a escuchar y serás la guía para ayudarlos a mejorar sus vidas.
Recuerda eres un ejemplo a seguir y por lo tanto un mal comportamiento, malas palabras, agresiones o descuido de tu arreglo personal podrían generar el descontento de algunos de tus seguidores.
4. Cada vez son más
Este es el último punto al que llegamos, en el que se empieza a generar un efecto multiplicador.
Normalmente esto empieza a suceder como un efecto cadena, cuando comienzas a cambiar tu imagen, tu estilo de vida y llevas hábitos que otras personas quisieran y que tú empezaste a hacer porque otra persona te inspiró a llegar lejos y además ves resultados. Entonces la gente empieza a notar en ti esa diferencia y a la vez los inspiras a ellos, es como cuando alguien dice si ella o él pudo porque yo no voy a poder, y entonces se va replicando el efecto de persona en persona.
De esta forma es como se da el efecto de influir en los demás pero todos ellos basándose en una buena imagen y en buenas intenciones, no se trata de manipular, se trata de contribuir con cambios que ayuden a otros a sentirse mejor y a ser mejores personas en sus acciones.
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