- Quienes sostienen los cuidados en casa generalmente son las mujeres, mismas que no reciben una remuneración y es un trabajo que no se encuentra visibilizado.
- La economía feminista lo que busca es visibilizar los trabajos de cuidados y domésticos, además de cuestionar la economía convencional.
- El trabajo de cuidados en México representa 23.5% del PIB.
A raíz de la pandemia los trabajos de cuidados y domésticos se multiplicaron en los hogares, debido a que además de las actividades habituales se sumó el trabajo remoto, la asistencia educativa y la atención a infectados de coronavirus.
Quienes sostienen los cuidados en casa generalmente son las mujeres, mismas que no reciben una remuneración y es un trabajo que no se encuentra visibilizado.
Desde la década de 1990 se habla de la economía feminista, gracias al impulso de feministas como Mercedes D’Alessandro, Amartya Sen, Betsy Warrior y Marilyn Watig, quienes buscan señalar que los modelos económicos están basados en el género masculino.
¿Qué es la economía feminista?
Mercedes D’Alessandro sostiene que las mujeres, más de la mitad de la población mundial, han sido encasilladas en el estereotipo del trabajo en el hogar y la atención a otras personas, debido a un «atributo de la feminidad».
La economía feminista cuestiona las relaciones de género entre el hombre y la mujer, donde el primero se encuentra en el ámbito de lo público, mientras que la mujer se queda en lo privado sin recibir remuneración a cambio de ese trabajo.
«La economía feminista cuestiona a la economía convencional, que pone en relevancia la sostenibilidad de la vida contra el mercado. Hay una diferencia entre mujeres y hombres, donde la contribución de las mujeres bajo estos conceptos (tradicionales)», explica Indra Rubio, coordinadora del programa de Género y Derechos Económicos Sociales Culturales y Ambientales del ILSB.
Además, la economía feminista visibiliza el trabajo de cuidados que se considera secundario y la mayoría de las veces es un proceso que sostienen otras actividades.
«Para que exista capital, para que exista dinero, deben existir los trabajos de cuidados que son las actividades domésticas que la mayoría de las veces se hacen por mujeres», agregó Rubio.
Todas las actividades dentro del hogar sostienen la riqueza en lo público
Indra Rubio enfatiza que las actividades domésticas sostienen las labores en el ámbito público, las cuales generan riqueza en un país, y la mayoría de las veces los países no lo miden dentro del Producto Interno Bruto (PIB).
Tan solo en México el trabajo de cuidados representa el 23.5% del PIB.»Esta es una cifra abrumadora de tiempo y recursos que dedican las mujeres para estas actividades».
La economía feminista también toma en cuenta el tiempo en que se hacen estas funciones, «vemos cuánto tiempo toma dedicarle a estas actividades y que no permite desarrollar otras».
Es importante llamarle trabajo a estas actividades
Por otro lado, uno de los puntos importantes es llamar a las labores domésticas como trabajo, debido a que involucran esfuerzo, dedicación y tiempo; y permiten que se desarrollen otro tipo de acciones que generan riqueza.
«Cuantas veces no hemos escuchado decir a alguien ‘mi esposa no trabaja es ama de casa’. No, ella sí trabaja pero no es remunerada.»
El ingreso por estas actividades, permitiría a las mujeres tener autonomía y por ende, oportunidades de decisión. «No solo es pagarles, ese trabajo debe ser corresponsable en todas las personas que habitan el hogar».
De acuerdo con Indra, las mujeres dedican 25 horas a las actividades domésticas en una semana, es decir, un día y una hora se invierten en hacer cuidados del hogar. En cambio, los hombres solo dedican 10 horas.
Sin embargo, con la pandemia los trabajos de cuidados se incrementaron a 50 horas a la semana.
«El cuidado de los niños, de personas mayores y de las actividades en casa, durante la pandemia evidenciaron su importancia para sobrellevar otros roles».
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