- El trastorno del espectro autista (TEA) es más difícil de identificar en las mujeres que en los hombres.
- Esto se debe a que históricamente los criterios de diagnóstico para el autismo se crearon pensando en los hombres.
- A continuación, describimos los signos de autismo en mujeres y personas a las que se les asignó el sexo femenino al nacer.
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El trastorno del espectro autista (TEA) es una enfermedad neurológica y del desarrollo que afecta a la comunicación, el comportamiento y el aprendizaje. Se calcula que el autismo es cuatro veces más frecuente en hombres adultos que en mujeres, pero hay que tomar esta estadística con cautela.
Las investigaciones sobre el autismo se han realizado sobre todo en niños y hombres, por lo que es probable que las mujeres estén infrarrepresentadas, dice Jessica Myszak, psicóloga licenciada.
No solo es un problema para las estimaciones estadísticas sino, también para el diagnóstico.
«Las mujeres adultas y aquellas a las que se les asignó sexo femenino al nacer probablemente tendrán más dificultades para encontrar una evaluación adecuada del autismo», afirma Myszak.
Hasta 80% de las mujeres con autismo son diagnosticadas erróneamente, afirma Sarah Lister Brook, directora clínica de la Sociedad Nacional de Autismo del Reino Unido. Sin embargo, es importante que las mujeres adultas que sospechen que pueden tener TEA reciban diagnóstico.
«Las mujeres y niñas autistas a menudo se enfrentan a barreras adicionales, y muchas pasan toda su vida sin un diagnóstico de autismo, sin comprender quiénes son y sin un apoyo vital», afirma Lister Brook.
Importante: Existe un debate en curso sobre si es más apropiado hablar primero de la identidad (por ejemplo, las personas autistas) o primero de la persona (por ejemplo, las personas con autismo). Tener esto en cuenta es importante para evitar el lenguaje capacitista.
Signos de autismo en mujeres adultas
Los criterios diagnósticos del autismo son los mismos para todos los sexos y edades. Pero pueden presentarse de forma diferente en las mujeres adultas, dice Myszak.
La gente puede estar familiarizada con los síntomas del autismo en los niños, como el stimming. Este término se refiere a autocalmarse con movimientos repetitivos como agitar las manos o mecerse. No obstante, los síntomas del autismo en adultos son más sutiles e incluyen cosas como ansiedad o pasar más tiempo a solas.
Las mujeres autistas suelen disfrazar sus síntomas para ajustarse a las expectativas sociales, dice Lister Brook. Esto puede ser mentalmente agotador y llevar al burnout, dice Sharon Kaye-O’Connor, psicoterapeuta autista y educadora en autismo de Idlewild Intuitive.
Importante: Los signos del autismo —como el retraimiento social— pueden simular trastornos del estado de ánimo o enfermedades mentales. Las personas con autismo también corren un mayor riesgo de padecer ciertas afecciones como ansiedad y depresión. Por lo tanto, es importante trabajar con un proveedor con experiencia en la evaluación de múltiples condiciones de salud mental. Si te diagnostican depresión pero crees que también tienes TEA, busca una segunda opinión.
El enmascaramiento puede hacer que los síntomas sean menos evidentes para los demás, pero las mujeres con autismo y las personas cercanas a ellas pueden notar los siguientes síntomas:
Se les dificulta hacer amistades
Los problemas con las interacciones sociales son uno de los síntomas emblemáticos del autismo.
Y de hecho, las mujeres con TEA a menudo son capaces de superarlo para hacer amistades significativas, dice Lister Brook.
Sin embargo, estas amistades «a menudo pueden parecer un trabajo duro y, por lo tanto, las mujeres con autismo suelen necesitar mucho tiempo de inactividad social», dice.
Agotamiento social
Las mujeres con autismo a menudo sienten que tienen que trabajar más que los demás para conseguir los mismos resultados, dice Myszak.
Esto se debe en parte a que enmascaran sus síntomas. La escuela, el trabajo y las interacciones sociales pueden dejarlas exhaustas.
Se sienten diferentes a los demás
A menudo, las mujeres con autismo se sienten diferentes o como si tuvieran que ocultar quiénes son en realidad.
Para encajar, las mujeres con autismo pueden adoptar los gestos de otras personas o personajes de la televisión, dice Kaye-O’Connor.
Además, suelen no poder identificar lo que les hace sentirse diferentes de sus compañeros.
Tienen intereses muy específicos
Al igual que otras personas con autismo, las mujeres con TEA suelen tener intereses hiperfocalizados.
«Sus intereses especiales pueden, a primera vista, parecer bastante típicos —caballos, lectura, determinados programas de televisión, hacerse las uñas—, pero la profundidad de sus conocimientos y el tiempo que dedican a estos temas es mucho mayor de lo que se ve en las mujeres neurotípicas», dice Myszak.
Por otro lado, las mujeres con TEA pueden sentirse desinteresadas en áreas que interesan a sus compañeros, como las citas, películas u otros tópicos.
Sobrecarga sensorial
Las mujeres con TEA pueden sentirse abrumadas por los sonidos, las imágenes, los olores y otros estímulos sensoriales. La sobrecarga sensorial puede hacer que se sientan distraídas o irritadas. Sin embargo, muchas siguen adelante gracias al enmascaramiento.
En otras ocasiones, puede que no sean capaces de identificar que se sienten abrumadas, dice Lister Brook. En su lugar, se centran en soluciones que les hagan sentirse mejor, como optar por ropa holgada, comer solo ciertos alimentos y evitar los espacios ruidosos.
Desregulación emocional
A veces las mujeres con TEA pueden sentirse desreguladas emocionalmente. Esto significa que tienen problemas para controlar sus emociones, mientras que otras veces tienen un gran control de ellas, dice Lister Brook.
Pueden tener problemas para identificar qué emociones están sintiendo o para relacionar síntomas físicos —como dolor de estómago o de cabeza— con su estado emocional.
Deseo de certeza
Las personas con TEA, incluidas las mujeres, prosperan cuando tienen rutinas predecibles.
Pero puede resultarles difícil tolerar la incertidumbre, y pueden ponerse ansiosas cuando no pueden controlar el resultado de una situación, dice Lister Brook.
Trastornos del estado de ánimo
La mayoría de mujeres con autismo son diagnosticadas erróneamente de trastornos del estado de ánimo como depresión o ansiedad.
Con el tiempo, el burnout de enmascarar los síntomas también puede conducir a la depresión, dice Kaye-O’Connor.
Cómo diagnosticar el autismo en mujeres adultas
Obtener un diagnóstico de autismo en la edad adulta puede ser difícil. Lo mejor es acudir a un psicólogo o psiquiatra con experiencia específica en el diagnóstico de TEA en adultos.
«Incluso puede ser útil preguntarles por su experiencia trabajando específicamente con mujeres adultas», dice Myszak.
Muchos adultos con autismo se autodiagnostican tras reconocer sus síntomas. Esto puede ser una validación, pero el diagnóstico formal es importante. El proceso puede incluir o no pruebas neuropsicológicas.
Aunque obtener un diagnóstico puede asustar, a menudo valida a las mujeres con autismo, dice Myszak.
«Muchas personas que no reciben un diagnóstico a una edad temprana piensan que son tontas, que no se esfuerzan lo suficiente o que se están volviendo locas, y sus compañeros pueden ser igual de crueles», afirma. «Para muchos adultos que no han sabido si eran autistas, conocer la razón por la que experimentan el mundo de forma diferente puede ser un alivio increíble».
Cómo «tratar» el autismo en mujeres adultas
Expertos en la materia, como Lister Brook y Kaye-O’Connor, rechazan la idea de que el autismo requiera tratamiento.
«El autismo no es una enfermedad, y el objetivo no es hacer que los autistas sean ‘menos autistas'», afirma Kaye-O’Connor. «Se trata de ayudarlos a descubrir su verdadero yo, auténtico y autista, y a crecer en él».
Por lo tanto, antes de buscar intervenciones, las mujeres autistas deben pensar qué aspectos de su vida les gustaría cambiar.
Por ejemplo, tal vez les gustaría aprender a tolerar la incertidumbre, tratar la depresión o la ansiedad, o reducir el impacto que el TEA tiene en su carrera profesional. A continuación, pueden buscar intervenciones y apoyos específicos para abordar sus necesidades, por ejemplo
- Terapias como la cognitivo-conductual para controlar los síntomas.
- Terapia ocupacional, que puede ser especialmente útil para gestionar la sobrecarga sensorial.
- Medicación, incluidos medicamentos para el trastorno de déficit de atención (TDAH) y antidepresivos.
- Educación sobre el TEA en adultos.
«El apoyo más importante que podemos ofrecer a los autistas es ayudarles a identificar y comprender sus propias necesidades específicas, y luego trabajar juntos para encontrar formas de satisfacer esas necesidades», dice Kaye-O’Connor.
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