• Asumir un ascenso puede ser emocionante, pero también requiere mucho tiempo y es estresante cuando tienes que heredar más responsabilidades, dice la coach ejecutiva Melody Wilding.
  • Al tomar esta difícil decisión, sugiere clasificar tus opciones, hacer un juicio rápido o hacer un juego de roles para ver cómo sería tomar una ruta sobre la otra y evaluar tu respuesta emocional.
  • Piensa en cómo este paso afectará tu yo futuro y recuerda ceñirte a tus valores fundamentales y alinear tus acciones en consecuencia.

Cuando Tessa vino a mí como cliente de coaching, tenía una pregunta en mente: “¿Debería aceptar esta promoción?”

Verás, Tessa era gerente de marketing en una importante empresa de Fortune 500. Tessa amaba su trabajo, la empresa y su equipo. Una dedicada intérprete de alto rendimiento, estaba en la vía rápida para crecer.

Al mismo tiempo, su trabajo solía ser agotador. La optimización de las campañas de marketing sacó a relucir su lado perfeccionista y Tessa sacrificó el equilibrio entre el trabajo y la vida personal para impulsar los lanzamientos. Tenía tres subordinados directos y disfrutaba ser su líder, pero dudaba que fuera realmente buena en su trabajo.

Entonces, cuando el jefe de Tessa se acercó a ella sobre su interés en un ascenso, se sintió en conflicto.

Por un lado, un ascenso a directora supondría un gran avance en su carrera. Vendría con más informes directos, abriría nuevas puertas, le daría mayores oportunidades y la expondría a la alta dirección.

Por otro lado, Tessa se preguntó si podría manejarlo. ¿El estrés sería demasiado? ¿Podría soportar la presión, los simulacros de incendio y la política? ¿Realmente querría la responsabilidad que conlleva liderar un equipo más grande?

Después de pasar muchas noches sin dormir luchando con los qué pasaría si, Tessa vino a mí en busca de entrenamiento.

Luchadores con empatía y decisiones profesionales

Tessa es una luchadora con empatía, una triunfadora que también es muy sensible.

Los luchadores empáticos piensan y sienten todo más profundamente. Por naturaleza reflexiva y perspicaz, pueden ver todos los lados de una situación, las ventajas y las desventajas, lo que puede hacer que las grandes decisiones profesionales sean más desafiantes.

Los luchadores con empatía tienen un gran impulso por el significado de su trabajo. Entonces, si bien están motivados por metas ambiciosas, para ellos, el crecimiento no siempre tiene que parecerse a subir la escalera. Por lo general, significa tener un trabajo satisfactorio junto con una sensación de paz interior.

Al mismo tiempo, muchos luchadores con empatía como Tessa han olvidado cómo escuchar sus propias voces después de vivir una vida dictada por las expectativas de otras personas. Se ven atrapados en “deberes” y tienden a buscar respuestas fuera de ellos mismos (encuestando a otros, investigando sin cesar, etc.) y su fuerte crítico interior ahoga su intuición.

Si algo de esto te suena, entonces no estás solo. Además, cuando se trata de tomar decisiones difíciles, tus cualidades pueden ser una fortaleza si se canalizan correctamente. De hecho, la investigación muestra que las personas con mayor sensibilidad sobresalen en áreas que implican una deliberación reflexiva y planificación de acciones.

Aquí hay algunos ejercicios que le enseñé a Tessa mientras reflexionaba sobre si aceptar un ascenso la pondría en el camino correcto. También pueden ayudarte a obtener claridad para cualquier decisión que puedas estar enfrentando.

Para tomar decisiones difíciles debes clasificar tus opciones

En una escala del uno al 10, ¿qué tan emocionado te sientes cuando piensas en la opción A (uno es ninguno, 10 es imposible —¡cinco no es una opción!). Entonces, en una escala del uno al 10, ¿qué tan gratificante crees que sería? Haz lo mismo con la opción B. ¿Qué te dicen tus respuestas?

1. Piensa en tu yo futuro

Cuando mires hacia atrás en un año, ¿qué te arrepentirás de no haber hecho? Digamos también que hay una versión de ti en el futuro que ya es exitosa y feliz. ¿Qué te aconsejaría hacer esa versión de ti mismo?

2. Recupera tus valores

Tus valores fundamentales representan lo que es más importante para ti. Algunos ejemplos de valores fundamentales son la libertad, la diversidad, la estabilidad, la familia o la tranquilidad. Piensa en su valor fundamental número uno. ¿Qué acción o decisión está más alineada con ese valor central o lo acerca más a él?

3. Para tomar decisiones difíciles puedes ayudarte de un juego de roles

Por un día, actúa como si hubieras elegido la opción A. Observa cómo piensas y te sientes: ¿aliviado, un nudo en el estómago, emoción, pavor? Luego, por otro día, prueba la opción B. Haz un balance de tus reacciones.

4. Hacer un juicio rápido puede ayudarte a tomar decisiones difíciles

En una hoja de papel, escribe esta decisión como una respuesta sí/no (“¿Me hará feliz aceptar la promoción?”). Escribe “sí/no” debajo de la pregunta y deja una pluma cerca. Después de unas horas, regresa al papel e inmediatamente encierra en un círculo tu respuesta.

5. Camina por el peor de los casos

Para cada opción, pregúntate, ¿qué es lo PEOR que podría pasar? ¿Qué tan probable es que suceda? ¿Cómo lo manejarías si sucediera lo peor?

Tomar una gran decisión profesional es un equilibrio entre la cabeza y el corazón. Las hojas de cálculo y las listas de ventajas y desventajas son excelentes, pero a veces no hay reemplazo para hacer espacio para escucharte a ti mismo. Esa es exactamente la razón por la que estos ejercicios se centran en conseguir que extraigas datos de tus respuestas emocionales.

Después de todo, al final del día, solo tú sabes cuál es tu mejor siguiente paso.

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