• ¿Se toman mejores decisiones por la mañana o por la noche? ¿Cuál es la franja del día idónea para llevar a cabo estas elecciones?
  • La ciencia ha intentado desentrañar estas cuestiones en varios estudios y experimentos, y ha encontrado en el ajedrez el mejor campo de estudio.

Cómo se toman decisiones, los factores que influyen en ellas o cuáles son los picos del día más propicios para elegir uno u otro camino son temas de interés en los que la ciencia ha querido profundizar a través de diversas investigaciones.

Una de ellas midió el comportamiento de toma de decisiones de 184 usuarios del Free Internet Chess Server (FICS) para descubrir a qué hora del día los jugadores de ajedrez tomaban las mejores elecciones, ya que los movimientos de este deporte se emplean a menudo en experimentos que analizan el pensamiento humano complejo.

La base de datos del juego de ajedrez FICS se presentó como la herramienta de estudio óptima. Con su muestra de decisiones correctas e incorrectas, permitió a los investigadores estudiar no solo el período de tiempo; sino también la calidad del comportamiento de toma de decisiones en el mundo real en varios momentos del día.

El día o la noche, ¿cuál es el mejor momento para tomar decisiones?

Los resultados, publicados en la revista Cognition, concluyeron que la toma de decisiones más precisa se produce al principio del día entre las 8 a.m. y la 1 p.m.

Sin embargo, a pesar de que las decisiones de la mañana se mostraron como más precisas y acertadas, no fueron las más rápidas. El estudio reveló cómo a medida que avanzaba el día, la toma de decisiones de los jugadores de ajedrez se aceleraba y la precisión se desplomaba. La velocidad y la precisión de las decisiones se cancelaron mutuamente.

Las dos variables se compensarían mutuamente para mantener el rendimiento durante todo el día. El cansancio repercute en la toma de decisiones, aunque depende en cierta medida del cronotipo de cada persona —si es alondra madrugadora o búho nocturno—. Eso sí, aunque las personas más nocturnas comienzan a decidir más tarde, el patrón es el mismo para ambos grupos.

La investigación resulta especialmente interesante para comprender que—si por la mañana vamos más despacio, pero somos más precisos y por la tarde somos más rápidos pero menos acertados—, podemos priorizar tiempo o calidad a la hora de tomar decisiones importantes, ya sean laborales o personales.

Otro estudio llevado a cabo en 2011 indicó que las decisiones son un 65% favorables después de comer y cerca de un 100% justo antes; debido a la distorsión provocada por el hambre.

[Fuente | How Stuff Works]

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