• La reina Rania de Jordania compartió unas lecciones sobre liderazgo en el evento México Siglo XXI, de Fundación Telmex Telcel.
  • Para ser un buen líder hace falta el respeto de la comunidad. Y ese se gana a partir del trabajo duro y la buena comunicación.
  • La monarca, famosa por su trabajo por la igualdad y la educación, considera necesario que las personas conozcan tu historia, quién eres y por qué tu causa los impacta.

Rania al Abdullah, reina de Jordania, sabe que siempre decepciona a los niños cuando la ven llegar en auto, y no en carruaje, para hablar con ellos y que, en un momento u otro de su encuentro, le preguntarán por qué no lleva puesta una corona. Sin embargo, ve en esas oportunidades una forma contar su propia historia, explicar quién es y por qué decidió luchar por la igualdad y el acceso a la educación de todas las personas.

“Cuando asumí el título, decidí que lo llevaría con el mayor respeto, pero no permitiría que él me llevara a mí”, contó la monarca en el evento México Siglo XXI, organizado por Fundación Telmex Telcel.

Esa decisión le ha permitido generar un tipo de liderazgo más flexible y cercano desde hace al menos 21 años, cuando se volvió reina. Además, dijo, le ha permitido comunicarse mejor con las personas y aprovechar los puntos en común con quienes se relaciona.

Estas son las lecciones que la reina Rania ha aprendido sobre el liderazgo —y que no solo aplican a la monarquía, sino que pueden usarse en cada esfera de la vida.

1. Debes estar seguro de quién eres

La reina Rania no nació en la familia real. Se casó en 1993 con el entonces príncipe heredero, Abdullah II y asumió la corona seis años después, en marzo de 1999.

Debido a las preconcepciones sobre las labores reales de una monarca consorte, su papel era visto como “una etiqueta inherentemente simplista”, que no representaba sus ideales o las causas por las que luchaba. Eso la impulsó a abrirse camino y definirse dentro del encargo.

“Ser una reina no es quien soy, lo veo más como un puesto de trabajo o una responsabilidad. Hasta el día de hoy, me despierto cada mañana sintiendo que debo ganarme ese título y trabajar duro”, comentó.

2. Escuchar para inspirar

Para la reina Rania, uno de los atributos fundamentales que debe tener un líder es ser buen escucha.

“Para liderar tienes que inspirar, y para inspirar tienes que escuchar a la gente y conectar con ellos”, dijo.

La monarca considera que, en un mundo cada vez más polarizado, es necesario alejarse de las visiones “ellos contra nosotros” y ver los puntos en común, para poder construir acuerdos.

“No necesariamente vas a estar de acuerdo con alguien que no tiene tu postura, pero si lo escuchas puedes detectar las verdades que tienen sus argumentos. Y entonces te puedes acercar”.

3. La confianza no viene con un título

“La única forma de inmunizarte ante la calumnia es ganar la confianza de la gente”, consideró la reina Rania.

Es necesario tener el respaldo de la gente y demostrar que gobiernas “con base en tus valores y principios”. Sobre todo, cuando te enfrentas a decisiones complicadas.

“A menudo, un líder debe decidir entre algo malo y algo peor”, y lo mejor es decirlo y demostrar que estás siendo fiel a lo que dices.

La reina Rania relató que, en 2011, con la guerra en Siria, Jordania —su vecino al sur— comenzó a recibir un gran número de refugiados. Entonces, el gobierno que encabeza su marido tuvo dos opciones: asumir el enorme costo económico que representaría para su país recibirlos o dejarlos morir.

“Decidimos abrir las fronteras. Eso ha sido un gran golpe para el país, pues no tenemos recursos naturales. Aumentó la deuda pública, la deuda externa y también el desempleo. Jordania tuvo que asumir el costo de un problema regional (…) Hay quienes no están de acuerdo, pero todos tuvieron la visibilidad de lo que haríamos y eso da confianza”.

4. Los buenos líderes se definen por su pasión, no por su posición

Para ser un buen líder no hace falta tener una posición alta, sino el respeto de la comunidad. Y ese se gana a partir del trabajo duro y de la buena comunicación.

“La gente necesita saber cómo tu lucha y tus acciones impactan en sus vidas” y convencerlos de que, en el corto, mediano o largo plazo, se beneficiarán.

5. No hay un liderazgo estático

Ser un líder en 2020 no implica lo mismo que ser un líder en 1990 —ni en 2019, antes de la pandemia de coronavirus.

El mundo cambia a gran velocidad y, por ello, todos los líderes deben crecer, aprender y evolucionar constantemente.

“Una parte importante del liderazgo es continuar evolucionando y adaptarte a la situación. No puedes tener un liderazgo estático cuando todo tu contexto ha cambiado”.

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