- Matthew, de 42 años, era gerente de operaciones en un proveedor de muebles de oficina.
- Cuando su empresa regresó a la oficina, un empleado recibió un ascenso por el que competía.
- Matthew no planeaba dejar su trabajo de una manera tan emocional. Aquí está su historia.
Trabajé como gerente de operaciones en un gran proveedor comercial de muebles de oficina ubicado fuera de Filadelfia durante seis años. Mis funciones incluían la supervisión de un equipo de instaladores, la gestión de la garantía de calidad de nuestro producto y la realización de análisis de ventas para determinar las necesidades de inventario.
Hace unos meses, mi empresa contrató a un nuevo empleado que provenía de una industria diferente y que, en mi opinión, no tenía mucha experiencia en gestión de proyectos.
En una oficina hay rumores… y se decía que yo podía ser promovido
Hablé con el asistente de mi jefe, quien me confirmó que estaba en la contienda. El ascenso incluía un aumento de 20% de mi salario, lo que lo habría llevado a casi 75,000 dólares.
Cuando el coronavirus comenzó a extenderse, mi empresa se vio muy afectada porque no había muchos clientes. Todos nos vimos obligados a encerrarnos en casa y perdí mi empleo temporalmente —y, claro, se suspendió la conversación sobre el ascenso.
Durante ese tiempo, me concentré en mis trabajos paralelos: crear sitios web especializados y hacer marketing de afiliación. En marzo, mi empresa empezó a hablar de volver a la oficina en abril.
El 19 de abril regresamos a la oficina por primera vez. Durante un discurso de la empresa, se anunció que un empleado contratado recientemente recibió la promoción.
Inmediatamente después del anuncio, hice una escena.
A decir verdad, no recuerdo mucho más que dirigir algunos improperios a mi jefe y explicarle que después de seis años en la empresa, me merecía el ascenso. Recuerdo que agarré todas mis cosas y salí por la puerta furioso. También recuerdo que me temblaban las manos en el camino a casa.
Pensando en retrospectiva, no estaba listo para renunciar
En seis años, solo falté tres días al trabajo y tengo dos hijos pequeños. Creo que fui un empleado estrella, pero ese anuncio se sintió como mi punto de ruptura.
Este es el primer trabajo que dejo.
No creo que me hubiera enojado tanto si hubieran ascendido a alguien con más experiencia
Lo habría aceptado, lo habría tomado como un momento de aprendizaje y quizás habría comenzado a buscar otras oportunidades en otro lugar.
Pero como se lo dieron a alguien sin experiencia en la misma industria, estaba fúrico. No tiene sentido.
No he hablado con mi jefe anterior desde entonces. Ese puente está quemado.
Siempre quise algo diferente a un trabajo de oficina, pero nunca anticipé que lo dejaría de una manera tan emocional
No me gusta tomar decisiones impulsivas; era poco propio de mí.
Pero no me arrepiento. Tengo algunos ahorros, aunque me hubiera gustado tener más libertad financiera antes de tomar una decisión como esa.
En los últimos años, he estado trabajando para generar ingresos pasivos haciendo marketing de afiliación y he ganado dinero con ello, pero hasta ahora nada que me sostenga a largo plazo. Me encantaría trabajar para mí y hacer mi propio horario en lugar de hacer más rica a otra persona.
Me entrevisté en algunos lugares y tuve algunos prospectos en la misma industria.
Aprendí a no volver a tomar una decisión que altere mi vida cuando no soy sensato
Cualquiera que alguna vez quiera dejar su trabajo o se sienta molesto por su trabajo, debe mantener la calma.
Creo que si no hubiera renunciado estando tan enojado, no habría durado mucho en mi empresa de ninguna manera.
Hubiera sido difícil darles 100% cuando obviamente no estaba siendo correspondido. Pero al menos podría haberme asegurado otro trabajo sin dejar de recibir mi salario normal en lugar de invertir en mis ahorros.
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