• Esta semana se reportó que Aaron Taylor-Johnson fue contactado para ser el siguiente James Bond.
  • A lo largo de la historia se han seleccionado actores para dicho papel que están escalando en su carrera, no que están en su punto más alto.
  • Daniel Craig incluso fue muy criticado cuando fue elegido para el personaje, para después convertirse en el favorito de los fans.
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Más personas han caminado sobre la Luna que las que han interpretado a James Bond, por lo que no es de extrañar que el agente secreto con licencia para matar sea uno de los papeles más codiciados del cine. 

El casting de un nuevo 007 siempre atrapa la imaginación del público, incluso ahora, cuando todavía es solo un rumor se le ofreció el papel al actor británico Aaron Taylor-Johnson.

En el pasado ya han habido falsos rumores. Por ejemplo, en 1986 se habló de que el papel sería interpretado por el modelo australiano Finlay Light.

Incluso antes de las redes sociales, el casting de James Bond siempre fue un tema de intriga pública. Antes de que Sean Connery fuera elegido para Dr. No (1962), el Daily Express organizó un concurso para encontrar al Bond “ideal”. 

El ganador fue el modelo Peter Anthony, quien superó a varios contendientes, incluyendo el doble de acción Bob Simmons.

La historia contada a menudo de que el productor Albert “Cubby” Broccoli le “ofreció” el papel a Cary Grant debe tampoco debe creerse mucho. Los honorarios de Grant por la película en ese momento cuadruplicaban el presupuesto total del elenco del Dr. No, que era de 25,000 libras esterlinas (hoy 31,642 dólares).

Harry Saltzman, socio de producción de Broccoli, dijo a la prensa que se consideró a Michael Craig y Patrick McGoohan. Y el archivo de United Artists reveló que Broccoli y Saltzman vieron la película bélica The Valiant (1962), pero informaron que en esa película “Robert Shaw no nos impresionó a ninguno de nosotros como si fuera James Bond». 

Aunque Shaw fue elegido posteriormente como un asesino en From Russia with Love (1963).

A lo largo de los años se han acumulado dos mitos sobre el casting de Connery. Uno es que era un desconocido cuando fue elegido. De hecho, Connery ya era un actor de televisión bien establecido y tuvo importantes papeles secundarios en películas —como Another Time, Another Place (1958) y The Frightened City (1961)— antes de recibir la llamada.

Broccoli afirmó que fue el papel de Connery en la fantasía caprichosa de Disney Darby O’Gill and the Little People (1959) lo que lo puso en su radar.

El otro mito es que el creador de Bond, Ian Fleming, desaprobaba a Connery, considerándolo demasiado rudo y dispuesto a interpretar al agente secreto. 

Sin embargo, como se reveló en la colección de cartas del tío de Fergus Fleming, The Man With the Golden Typewriter (2015), el autor conoció (y aprobó) a Connery.

El escritor le dijo a su confidente, Blanche Blackwell, que “el hombre que han elegido para Bond, Sean Connery, es un verdadero encantador. Bastante desconocido, pero un buen actor con la apariencia y el físico adecuados”.

El próximo en la fila

James Bond fue el fenómeno de taquilla de la década de 1960, y cuando Connery decidió que era hora de dar un paso atrás tras protagonizar cinco películas, encontrar un reemplazo fue un proceso prolongado. 

El modelo australiano George Lazenby —un auténtico desconocido cuya única experiencia como actor había sido en los anuncios de televisión de Fry’s chocolate— ganó el papel gracias a su capacidad para montar escenas de lucha convincentes.

On Her Majesty’s Secret Service (1969) es la adaptación más cercana al libro de Fleming, pero no tuvo un desempeño tan bueno como los Bonds anteriores en pantalla grande. Lazenby cargó con la culpa de su percibido fracaso: estaba destinado a ser el Bond que solo salió en una cinta.

El actor estadounidense John Gavin, mejor conocido por interpretar al novio de Janet Leigh en Psycho (1960), firmó en Diamonds Are Forever (1971). Gavin tenía la apariencia y el físico adecuados para el papel y habría interpretado a Bond como británico.

Sin embargo, United Artists estaba decidido a recuperar a Connery y le hizo una oferta que no pudo rechazar: 12.5% de los ingresos netos de la distribuidora con un anticipo en efectivo de 1.25 millones de dólares (mdd) y un acuerdo para producir dos películas de su elección.

No es de extrañar que Connery parezca divertirse tanto en Diamonds Are Forever. A Gavin se le pagó y se le liberó de su contrato.

El casting de Live And Let Die (1973) resultó controversial. United Artists quería una estrella de renombre y su archivo confirmó que se acercaron a Clint Eastwood y Paul Newman, pero ninguno de los dos estaba interesado.

Al final todo se redujo a elegir entre Burt Reynolds o Roger Moore. De acuerdo con informes, Saltzman favoreció al primero, pero Broccoli “se opuso violentamente” a Burt Reynolds. 

Moore surgió como la opción de compromiso, ya que era el único actor sobre el que podían ponerse de acuerdo.

Moore fue la primera estrella establecida en ser elegida como James Bond, aunque su fama la obtuvo por la televisión, interpretando al caballero héroe de The Saint (1962) y The Persuaders (1971). 

También era el Bond de mayor edad en el momento del casting. Como señaló un crítico: “Roger Moore tiene 45 años. Predigo que ahora podría estar interpretando a James Bond cuando tenga 50 y tantos”. 

Eso fue exactamente lo que sucedió.

El sucesor de Moore fue otro actor de televisión, el irlandés Pierce Brosnan, protagonista de Remington Steele (1982). No obstante, cuando la cadena se negó a liberar a Brosnan de su contrato, Timothy Dalton fue un reemplazo tardío para The Living Daylights (1987) y License to Kill (1989). 

Brosnan finalmente consiguió el papel que pensaba que se le había escapado nueve años después en GoldenEye (1995). En ese sentido, fue quien esperó más tiempo para interpretar al agente.

Los James Bond modernos

Brosnan era el 007 favorito de los fanáticos. Por el contrario, su sucesor, Daniel Craig —cuyo papel más importante había sido en la película británica de gánsteres Layer Cake (2004)— fue una elección sorpresa. 

Su elección provocó una especie de reacción violenta por parte de los fans: que era demasiado bajo, “feo” y rubio para ser James Bond.

Incluso hubo una campaña en línea, “Craig Not Bond”. Sin embargo, el éxito de Casino Royale (2006), Skyfall (2012) y otras tres superproducciones silenciaron a las críticas. 

Craig, uno de los pocos Bonds que abandonó la saga en el momento que él eligió, se retiró del Servicio Secreto de Su Majestad con las cinco películas más taquilleras en la historia de la serie.

Entonces, con excepción de Lazenby y Moore, los productores de James Bond generalmente eligen a un actor en la cúspide del estrellato. 

Aaron Taylor-Johnson, si los rumores resultan ser ciertos, encajaría en ese patrón. No es un desconocido, pero tampoco es una superestrella. 

Y a sus 33 años también sería el Bond más joven desde Lazenby, una consideración nada despreciable, teniendo en cuenta que los productores querrán fichar al nuevo 007 para al menos tres películas.

* Este artículo se publicó originalmente en inglés.

The Conversation es una fuente independiente y sin fines de lucro de noticias, análisis y comentarios de expertos académicos.

James Chapman es profesor de estudios cinematográficos en la Universidad de Leicester.

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