• La misión JUICE explorará las lunas de Júpiter para descubrir si sus terrenos son propicios para la emergencia de vida.
  • El principal atractivo de estos satélites son sus océanos de agua líquida que esconden bajo su superficie congelada.
  • La sonda debe llegar en 2034 a la órbita de Ganimedes, el mayor satélite del sistema solar.
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Debajo de su banquisa se mueven enormes océanos de agua líquida, terrenos propicios para la emergencia de vida. La exploración de las lunas heladas de Júpiter —el objetivo de la misión JUICE— abre un nuevo capítulo en la búsqueda de otros mundos habitables.

Estos entornos están tan alejados del Sol que los astrónomos los excluyeron hace mucho tiempo de la zona considerada habitable del sistema solar. Hasta hace poco, esta “terminaba en Marte”, explicó a AFP la astrofísica Athéna Coustenis, una de las responsables científicas de la sonda europea.

Sin embargo, los descubrimientos aportados por las sondas Galileo (1995), alrededor de Júpiter, y Cassini (2004), alrededor de Saturno, ampliaron el campo de investigación.

Esta no se centra en estos planetas gigantes y gaseosos, no propicios para la vida, sino en sus lunas heladas: Europa y Ganimedes en Júpiter; y Encélado y Titán en Saturno.

Ese es el destino al que partirá la misión JUICE (Jupiter Icy Moons Explorer, Explorador de las Lunas Heladas de Júpiter) de la Agencia Espacial Europea (ESA) este jueves.

Se centrará especialmente en Ganimedes, mientras que la próxima misión de la NASA, Europa Clipper, se enfocará en Europa.

El principal atractivo de estos satélites de Júpiter son los océanos de agua líquida que esconden bajo su superficie congelada, un ambiente propicio para la vida.

“Es la primera vez que vamos a explorar hábitats más allá de la línea de hielo, allí donde el agua líquida ya no puede existir en superficie”, explicó Nicolas Altobelli, responsable de JUICE para la ESA en enero desde la sede de Airbus, que concibió la sonda.

La sonda debe llegar en 2034 a la órbita de Ganimedes, el mayor satélite del sistema solar. También es el único que dispone de su propio campo magnético para protegerlo de las radiaciones.

Océano gigantesco en las lunas de Júpiter

Todas estas características sugieren un entorno estable, otra condición para la emergencia de la vida y su mantenimiento.

“No se trata de que aparezca vida, sino de que se mantenga”, afirmó Athéna Coustenis, investigadora en el laboratorio LESIA del Observatorio de París.

A diferencia de las misiones a Marte —que rastrean restos de una vida hoy desaparecida—, la exploración de las lunas heladas busca ambientes todavía habitables, lo que no ocurre en el planeta rojo.

La habitabilidad requiere también de una fuente de energía. No obstante, las temperaturas heladas del entorno de Júpiter no procede del Sol, sino de la gravedad que el enorme planeta ejerce en sus satélites, con “efectos de mareas” parecidos a los que ocurren en la Tierra con su luna.

Este fenómeno permite “disipar el calor en el interior de las lunas y mantener el agua en estado líquido”, explicó Francis Rocard, planetólogo del Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES).

El océano de Ganimedes es “gigantesco”, describió Carole Larigauderie, jefe de proyecto de JUICE en el CNES. Encajado entre dos espesas capas de hielo, puede tener varias decenas de kilómetros de profundidad.

“En la Tierra, hemos llegado a encontrar formas de vida al fondo de los abismos”, apuntó.

En efecto, algunos ecosistemas terrícolas son capaces de mantenerse sin luz y son un hervidero de microorganismos como bacterias y arqueas.

Misiones complementarias

Dicho ecosistema necesita de nutrimientos para mantenerse.

“La pregunta es saber si el océano de Ganimedes los contiene”, afirmó Coustenis.

Por ejemplo, sería necesario que el océano pueda absorber componentes depositados en su superficie para disolverlos después en el agua, desarrolló la astrofísica.

Los instrumentos de JUICE inspeccionarán este océano por todos los costados para evaluar su profundidad, su distancia de la superficie y su composición.

La sonda orbitará alrededor de ocho meses alrededor del satélite y podrá acercarse hasta a 200 kilómetros de altura, cobijado de las radiaciones.

Sin esta magnetosfera, su hermana Europa es menos hospitalaria para una aeronave espacial. La sonda estadounidense Europa Clipper, que llegará a su destino a la par que JUICE, solo podrá sobrevolarla.

No obstante, los datos recogidos por las dos misiones serán complementarios, señalaron los científicos.

Si se demuestra que Ganimedes cumple todos los requisitos para albergar vida, “el siguiente paso lógico” sería enviar un módulo de aterrizaje, dijo Cyril Cavel, responsable científico de Airbus.

√Esto forma parte del sueño”, aunque todavía no del proyecto en este momento, agregó.

Con información de AFP.

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